Abrir los monumentos es abrir Jaén
De todos es sabido que es mucho el patrimonio arquitectónico perdido en la ciudad de Jaén. Muchas de las fotografías para el recuerdo que adornan los bares de nuestra ciudad lo atestiguan, así como el impagable trabajo de documentación e investigación de Agustín Garzón Martínez, recogido en su libro “Reconstruyendo el pasado arquitectónico de Jaen”, volumen 1 y 2 o “las 80 mejores fachadas arrebatadas a Jaén” del mismo autor, paradigmas todas ellas de la arquitectura civil, religiosa y palaciega giennense entre los siglos XVI al XX, que sobrevivieron en la mayoría de los casos durante siglos, y que finalmente fueron víctimas del pico y la pala a que somos tan aficionados en esta ciudad, producto de la vorágine inmobiliaria de los años 70, pero también otros casos más recientes como la demolición en los años 90 del Palacio de los Uribe, por la Junta de Andalucía, doblemente dolorosa pues es la administración que tiene la obligación por ley de velar por la salvaguarda del Patrimonio.
En este caso su demolición se argumentó por la necesidad de construir un centro educativo, que tras años de paralización, hoy nos obsequia con la visión de un monstruoso forjado, en el corazón mismo del Conjunto Histórico. Se derribó el palacio para construir un centro escolar. Hoy no hay palacio, pero tampoco hay centro. Con el mismo argumento, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén ya han dado luz verde para la construcción de otro centro sobre los restos arquológicos de la Judería de Jaén. En fin….la historia se repite.
Pero también es cierto que la ciudad de Jaén a pesar de esta pérdida sistemática, irreparable e irremplazable aún atesora un gran patrimonio histórico debidamente catalogado con la figura de máxima protección, inmuebles inscritos en el Catálogo General de Bienes de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Andaluz, así como en el PGOU de Jaén, en el Catálogo General de Bienes Protegidos del Término Municipal de Jaén, en muchos casos completamente desconocido para los ciudadanos de Jaén, como la Iglesia de Santo Domingo, que desde su cierre hace 40 años y más de 20 de obras, está cerrada a cal y canto, sin fecha de finalización y sin determinar su uso público final.
La respuesta masiva de miles de ciudadanos que en la primera edición de Jaén Genuino con la visita a los “espacios ocultos” y de la Noche Jahenciana, en octubre del año pasado, haciendo cola para conocer su patrimonio, si algo puso de manifiesto fue que los giennenses nos sentíamos turistas en nuestra propia tierra, y por otro que la gente está deseando conocer su patrimonio. Recuerdo de aquel día como anécdota que un señor que hacía cola para ver el interior del Arco de San Lorenzo le decía a su hijo pequeño: “esto es como cuando vamos de viaje y hacemos turismo viendo monumentos”. Este hecho debería hacer reflexionar a todos, y aquí va la mía:
La Ley de Patrimonio Histórico Andaluz dice: “Cuando se trate de Bienes de Interés Cultural, además se permitirá la visita pública gratuita al menos cuatro días al mes, en días y horas previamente señalados, constando esta información de manera accesible y pública a los ciudadanos en lugar adecuado del Bien de Interés Cultural”. Desde que nos dirijimos a la Junta de Andalucía mediante escrito firmado por 500 personas, algunas de ellas cargos públicos de los distintos partidos con representación en la administración local y autonómica, solicitando a la Junta que cumpla con sus obligaciones en aquellos bienes que son de su titularidad y que hagan cumplir a propietarios, han sido unos cuantos los monumentos que se han ido abriendo poco a poco, hecho que hemos saludado públicamente como muy positivo, porque esta legítima aspiración ciudadana (legítima porque emana de la ley) debe de poner fin a la discriminación que la ciudad de Jaén sufre con respecto a las demás capitales andaluzas.
Como muestra un botón: En Sevilla, sólo en 2015 fueron cuatro los BIC abiertos al público para cumplir con sus obligaciones; el Palacio de Dueñas, el de Altamira, el de Mañara y la Casa Rosa. La presidenta de la Junta de Andalucía, en la apertura de este último decía. “Es nuestra voluntad y nuestro objetivo, que cada uno de los espacios que tenemos la obligación de conservar, se pongan a disposición del disfrute de la gente”. ¿ Por qué en Jaén cuesta tanto trabajo lo que es norma para otras capitales andaluzas? Esta petición tiene que ver con la parte más social de la Ley, la que entronca con el espíritu mismo del Estatuto de Autonomía, que consagra el acceso a la cultura para todos los andaluces, pero además, para la ciudad de Jaén, azotada desde hace años de forma durísima por la crisis, con cifras de paro alarmantes, la apertura de los monumentos, su puesta en valor y la difusión de nuestro patrimonio, estoy convencida que constituye un motor de activación económica y de creación de empleo.
La promoción de nuestro patrimonio monumental y etnológico, del que es paradigma las Lumbres de San Antón, para las cuales hemos solicitado a la Junta de Andalucía la incoación de expediente con la declaración de Bién de Interés Cultural, ha de partir del acuerdo de todos los afectados, porque aún valorando como un gran paso que se terminen logrando los días de visitas gratuitas a la Catedral, la Iglesia de Santo Domingo, la Santa Capilla de San Andrés, al Palacio de los Cobaleda-Nicuesa, además de los ya abiertos con la aplicación de la legalidad vigente, apenas si salimos del mismo lugar, si no hay acuerdo entre propietarios particulares, la diócesis, administraciones, empresarios y ciudadanía para hacerlos coincidir en días y horarios y lanzar una oferta cultural, patrimonial y turística fuerte con proyección de futuro, donde Jaén brille con luz propia, como se merece en el panorama turístico provincial.
En ese deseable marco sería importante alzar la vista e ir más allá incluso del cumplimiento de la ley para contemplar la apertura de todos los monumentos, que aunque no sean BIC y por tanto no estén obligados por ley, pero que se encuentran dentro de la delimitación del Conjunto Histórico de Jaén que sí que lo es. La Diócesis posee un único BIC: la Catedral, pues el Camarín de Jesús y la Santa Capilla de San Andrés son de otra titularidad. Ningún convento en activo ni iglesia de Jaén lo son, pero realmente sería bueno para Jaén la apertura al público con horarios que concilien la difusión de nuestro rico patrimonio, con los horarios de culto.