Jaén tiene un problema, bueno tiene muchos, pero hay uno que le afecta de manera especial para levantarse, y es avanzar hacia el progreso soltando lastre de unas cuantas décadas en las que esta provincia lo ha tenido casi todo, incluso políticos mandando mucho en Andalucía y en el país, y Jaén sigue estancada, prácticamente donde estaba, peleada con los indicadores que la sitúan en el lugar menos apetecible de todos. Tan rica la pobre, que diría el escritor Manuel Anguita Peragón, al que hoy recordamos con afecto por sus acertados diagnósticos sobre nuestra tierra.
La reflexión se me ocurre tras leer la noticia de que un numeroso grupo de empresarios granadinos, medio centenar, en representación de 37 empresas y de seis organizaciones empresariales y siete instituciones, promueven una misión institucional y empresarial a Nueva York de la mano de Cámara Granada, la que se considera por el digital elindependientedegranada “la más ambiciosa” organizada nunca y en la que también participa la Cámara de Comercio de Motril. Granada no es Jaén, desde luego, pero Jaén tiene un enorme potencial para seguir mirando al exterior, empezando por nuestro aceite de oliva, y por fortuna contamos con un buen número de empresas exportadoras. Nos falta el instrumento que durante tantos años propició el contacto allende las fronteras, la Cámara de Comercio, una de cuyas competencias, tal vez la más destacada, sea precisamente el comercio exterior.
Ya nos hemos referido en numerosas ocasiones a la situación de espera impaciente que se vive en torno al presente y al futuro de la entidad cameral. La asociación “Renacer Cámara de Comercio” que está luchando contra viento y marea para “resucitar” una entidad tan fundamental para la ayuda al empresariado, se está reuniendo durante estos días con los representantes de los diferentes grupos en el Parlamento de Andalucía. Hasta el momento todo son buenas palabras, al menos esa es la impresión tras las reuniones con los grupos parlamentarios y políticos de Vox, PP y PSOE, y van a continuar los contactos. Creo que habrá práctica unanimidad en los grupos, pero ya veremos lo que dicen después los hechos, que es lo que realmente importa. Si todos mantienen en la Cámara la misma posición que defienden con los empresarios jienenses, el “renacer” debería estar próximo. Una cosa sí es bien clara, el numeroso grupo que se ha creado para salvar de la quema a la organización cameral, liderado por un valiente empresario ajeno a los tejemanejes, como es Manuel Barrionuevo, está más unido y dispuesto que nunca a luchar por una herramienta imprescindible y que se tiene que recuperar cuanto antes, las dilaciones juegan cada día en contra del interés general de Jaén.
A todo esto, hemos visto que la semana pasada, la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ) ha recibido la visita del alcalde, Julio Millán, y de María Cantos, y se ha hablado del entendimiento que debe presidir la relación entre el Consistorio y el sector empresarial, y se ha abordado el necesario impulso de la Cámara, eso sí, una vez que la Junta, como organismo tutelante, resuelva sobre lo que la CEJ entiende como “el proceso de liquidación por el que actualmente atraviesa”. De hecho, aprovecha para ponerse a disposición de la administración andaluza “como organización empresarial más representativa de la provincia”. Una declaración propia de organizaciones que siempre se han posicionado como “íntimas enemigas”, por muy difícil de entender que esto resulte y que tiene su razón de ser en intereses que no son empresariales. Un pronunciamiento normal en una provincia donde también los empresarios, especialmente sus cúpulas directivas, han tenido una pésima relación en décadas, de hecho la CEJ ha guardado un clamoroso silencio en todo este tiempo sobre la situación cameral, cuando es de suponer que era un problema que les afectaba también directamente.
Hay un comportamiento irregular en Jaén desde hace muchos años, es lo que he llamado en algunas ocasiones “mamoneo”, excesiva complicidad entre políticos y agentes sociales, finalmente acaban debiéndose favores y hace que se relajen las posiciones y no sean tan contundentes como debieran, todo lo cual ha propiciado la politización de las organizaciones empresariales, no siempre, pero en algunos periodos, los más conflictivos, sin olvidar las disputas entre CEJ y Cámara que, también con la complicidad del poder político, se repartían sillones y responsabilidades, en un espectáculo lamentable y dañino para esas instituciones y para la propia imagen de Jaén, porque primaba el protagonismo en vez de reconocer y apostar todos juntos por el desarrollo de la provincia, en cuya tarea no puede sobrar nadie, ni antes ni ahora.
El estilo, forma y manera ‘made in Jaén’ yo no dudo de que se creara con buena voluntad, para tratar de buscar sinergias en favor de la provincia, puede ser, no quiero ser malicioso y por tanto le quiero dar el beneficio de la duda, pero me temo que ha sido letal para nuestros intereses, más que nada porque no ha habido controles suficientes, se ha abusado en exceso de la confianza otorgada, del compadreo, y como además han funcionado a demanda las generosas subvenciones, aquí no se ha quejado nadie, hay veces que los silencios son más expresivos que las grandes declaraciones y se ha acumulado la podredumbre en un sistema que ha sido extremadamente perjudicial para Jaén porque los años transcurridos son irrecuperables. Este es uno de los irritantes problemas de siempre en Jaén que no sé muy bien si cuando tanto se habla de regeneración podrá remediarse. Ahora bien, por intuición de más de cuarenta años observando a esta tierra, que también es la mía, tengo el convencimiento de que va a costar, salvo actuaciones muy drásticas, que son las necesarias, dar un cambio de timón a una dirección inadecuada, porque por el momento nos lleva a la nada. ¿O creen que estamos donde estamos por un simple capricho del destino? Creo que toca hacer una llamada a la unidad empresarial y a vencer la cerrazón para que nada se interponga en el futuro de la provincia. Me ha dado mucha envidia el ejemplo de Granada que relataba al principio. Cuánto nos queda por hacer…
Dicho esto, seguimos atentos a la conformación de las listas por Jaén para las elecciones generales del 10 de noviembre. En el PSOE están plenamente confirmadas, debido a la bendición de Madrid y de Sevilla. En relación con el PP ya señalé hace unos días que por simple intuición pensaba que no iba a ser tan sencillo refrendar la candidatura y no me estaba refiriendo a María Luisa del Moral, sino a Javier Márquez, que tiene hoy una situación política diferente a la que gozaba cuando fue propuesto para encabezar lista y acceder a la presidencia del Consejo de Alcaldes. Hoy he leído en la crónica “Trastienda de la política”, de Manuela Rosa, en Diario Jaén, que “el pescado no está vendido” como prematuramente parece que se dio a conocer en la comparecencia de la pasada semana, ante la sorpresa de Juan Diego Requena, el presidente provincial, que hubiera preferido actuar con alguna cautela. Por cierto que no tiene mucho sentido, lo haga quien lo haga, exhibir el número de iniciativas parlamentarias en los pocos meses de legislatura que han transcurrido, sobre todo porque no hay diana a la que disparar, no hay gobierno o es provisional, y las iniciativas se convierten en brindis al sol. Da igual que la presente Javier Márquez, hasta ahora senador, sobre la estación intermodal, o que lo haga el Ayuntamiento de Jaén, a propuesta del PSOE, sobre los servicios ferroviarios, ya sé que importa mucho demostrar que se está al quite de los asuntos, pero también conviene hacerlo en momentos propicios para que surta algún efecto. De todas maneras los políticos van a lo suyo y ahora la obsesión es dirigir sus dardos hacia la parte contraria. El PSOE exigiendo a la Junta lo que no fue capaz de hacer, y el PP haciendo lo propio con Madrid, demandando lo que en su día no se reivindicó a los gobiernos de Rajoy con el mismo interés que ahora se hace. Este cruce nos da una visión un tanto pobretona de la política, deberíamos estar en otro estadio superior.
Pero es lo que hay. Algunos ejemplos más. Los alcaldes del PSOE se alegran de que al fin se vayan a realizar las obras tan necesarias de la carretera A-311, de Jaén a Andújar, por Fuerte del Rey y Lahiguera. Dicen que es “herencia del PSOE”, pero el caso es que se lo va a apuntar en su haber el delegado Jesús Estrella, que por cierto me da la impresión de que lo está haciendo mejor que bien. Esto de la herencia no cuela, y no me refiero solo en este caso, sino que obras son amores, la Junta ha tenido mucho tiempo para sacar adelante proyectos y es verdad que había en cartera asuntos pendientes desde muy antiguo, pero lo que cuenta son las realidades, hagamos un ejercicio de honestidad, aunque a algunos no les guste. El PP en la capital también se arroga la autoría del programa de feria de San Lucas. Hay que ver lo alta que tienen algunos grupos políticos la autoestima. Al concejal José Manuel Higueras le faltan adjetivos para valorar la que considera “su” feria, mientras que el grupo del PP felicita al equipo de gobierno por mantener “su” programa. Con más detenimiento diseccionaremos la programación ferial, vayamos por partes.
También quería aludir brevemente a la entrega de los Premios “Amparo Cano” concedidos por la agrupación socialista de la capital, que conmemora nada menos que su 130 aniversario, que eso no lo puede decir cualquiera. Aprovecho para dedicar un cariñoso recuerdo a Amparo Cano, socialista a la que admiré y con la que tuve una relación excelente en su etapa de concejal, porque era sobre todo un ser humano extraordinario. Con respecto a los premios concedidos, chapó por las distinciones para Basilio Dueñas, para Lola Gómez, y me van a permitir que me detenga en mi gran amigo Miguel Ortega, porque con esta familia he tenido mucha cercanía y a Miguel le profeso gran estima. Sí me ha chocado bastante que el PSOE de Jaén premie a la ministra en funciones de Hacienda, María Jesús Montero, porque sinceramente no sé qué han visto en ella. No entro en la valoración como política andaluza primero y nacional después, porque me consta que está bien considerada en niveles de partido, pero mi sorpresa procede de que en Jaén se le haga un reconocimiento a una responsable pública que no ha movido un dedo en apoyar a esta capital, ni en la Junta de Andalucía ni en el Gobierno de la nación. Ignoro las cuestiones internas de los partidos políticos, pero me cuesta mucho trabajo entenderlo.
Nada nuevo en torno a Onda Jaén, si acaso que mañana habrá nueva concentración. Y seguimos a la espera de los informes, que deben ser tan importantes, para aclarar lo que realmente es decisivo, al margen de la tranquilidad por el mantenimiento de los puestos de trabajo, y es el restablecimiento del servicio, que es lo que desean los trabajadores. A todo esto se propaga, y cada cual le pone su acento, la próxima llegada de alguna que otra televisión privada a la capital. Cuantos más medios de comunicación, mejor. No olvidemos que hubo un tiempo en la ciudad en que había tres cadenas, Onda Jaén, Localia y Canal 23, y no había ningún conflicto. Las televisiones informan y el jienense saca sus conclusiones. Y en el ámbito del corporativismo me agrada la idea de que haya trabajo para los periodistas y para los técnicos que esperan una oportunidad. De modo que la competencia es sana y lo que muchos defendemos es que ahí, en ese escenario, tenga su sitio la radio y la televisión municipal.
Lo que sí me ha gustado mucho es la adhesión del Ayuntamiento a la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO). Hasta aquí hemos considerado a Jaén oficiosamente la Capital Mundial del Aceite de Oliva, pero aparte de iniciativas de carácter local, algunas novedosas, sobre todo gracias al buen trabajo de Charo Morales de Coca, la verdad es que no se habían dado pasos decisivos, porque había que retratarse económicamente, y estar en la AEMO es lo primero, porque ahí están representadas las instituciones que defienden al sector del olivar y del aceite. Ahora sí es verdad que estamos en el camino de reivindicar para Jaén un título que sabemos que le corresponde, pero que también hay que ganárselo con una serie de obligaciones y no por simple generación espontánea. No se trata de dar titulares, sino de hacer las cosas bien y por sus cauces reglamentarios.
Finalmente, estamos de enhorabuena con el panorama cultural. Acaba de terminar el programa de Noches de Palacio, que durante varios años viene regalando la Diputación a toda la provincia, pero con una apuesta singular por la capital. Y el Festival de Otoño ya ha ofrecido sus primeras manifestaciones con una excelente respuesta. Al final la cultura es la que mejor refleja el estado de ánimo y de salud de una comunidad, en este caso la ciudad de Jaén, es un termómetro que no falla. Vamos a no bajar la guardia.