Empecemos por su población. La provincia de Jaén apenas ha sufrido variación desde 1978, año en el que contaba con 648.640 habitantes. En 2018, 40 años más tarde, viven en Jaén 638.099 personas, un 1,6% menos que hace cuatro décadas. En estos últimos 40 años de ayuntamientos democráticos el mínimo número de habitantes se alcanzó en 1991 (638.032) y el máximo en 2010 (670.761), pero las variaciones no han sido muy significativas.
La esperanza de vida al nacer se ha incrementado en este periodo en más de 7 años. En 1978 este indicador era de 74,76 años y ahora casi alcanzamos los 82.
En estas últimas cuatro décadas la provincia de Jaén ha experimentado, como Andalucía y España, una inversión de su pirámide poblacional. El índice de envejecimiento (población mayor de 64 años en relación a la población menor de 16 años) era de un 37,11% en 1978 y actualmente se sitúa en un 122,50%. Esto es fruto del aumento de la esperanza de vida y de la reducción de la tasa de natalidad, que ha pasado de 15,88 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 1978 a menos de la mitad en la actualidad (7,68).
La población, por otra parte, está mucho más preparada que antes. En el año 1980, primer año del que se dispone de información, se contabilizaban un total de 89.520 personas analfabetas en la provincia de Jaén (casi el 14% del total). En la actualidad éstas sólo suponen un 3% de la población. Por otra parte, los jiennenses de 30 a 34 años con formación superior se han multiplicado por más de 5. En 1980 sólo 2.630 jiennenses de esa edad tenían estudios superiores. Esta variable alcanza ahora las 12.522 personas.
En el mercado de trabajo, en 1978 se contabilizaba una población ocupada de 180.100 personas. Cuarenta años después trabajan en Jaén 216.630, 36.530 más, lo que supone un incremento del 20,28%. Cabría señalar dos aspectos esenciales de esta población ocupada. En primer lugar, su distribución por sectores productivos. En 1978 el 36,95% trabajaba en el sector agrario y en el sector servicios estaba ocupado el 34,81%. En estos 40 años hemos asistido, claramente, a la terciarización de la economía jiennense. En 2018 sólo el 12,05% de la población trabajaba ya en el sector primario (lo que supone que el peso de la población ocupada en el sector agrario se ha dividido por 3) y el sector terciario emplea al 69,06% de la población (su peso se ha multiplicado por dos en este periodo).
En segundo lugar, su distribución por sexos también ha variado notablemente. En 1978 el 79,23% de la población ocupada eran hombres (el 20,77% mujeres). Veinte años más tarde, en 1998, este porcentaje se había reducido hasta el 69,41% (las mujeres representaban entonces del 30,59% de la población ocupada) y en 2018 el 57,88% de las personas empleadas en el mercado de trabajo jiennense eran hombres y el 42,12% mujeres.
En el sector turístico, hace 40 años la provincia de Jaén sólo contaba con 88 establecimientos hoteleros y 3.499 plazas en este tipo de alojamientos turísticos. En el año 2018 el número de establecimientos es de 174, prácticamente el doble, y las plazas hoteleras 8.445. Por lo que respecta a los viajeros y pernoctaciones registradas en este tipo de alojamientos, señalar que en 1984, primer año del que se dispone de información, se contabilizaron 254.324 viajeros y 399.934 pernoctaciones. En 2018 se registraron un total de 540.751 viajeros y 967.040 pernoctaciones en la provincia de Jaén.
Por último, fijándonos en otro de los sectores clave en nuestra economía, destacar que hace 40 años Jaén tenía 454.230 hectáreas de olivar y que en 2017 se contabilizaban más de 580.000. Asimismo, cabe destacar que al comienzo de nuestra democracia sólo el 8,19% del olivar era de regadío y que actualmente más del 40% lo es.
Sin duda, el Jaén de hoy no es el de hace cuatro décadas, cuando se constituyeron los primeros ayuntamientos democráticos, como tampoco lo son sus municipios, sus habitantes, ni lo es su tejido productivo o su economía. Han cambiado muchas cosas y otras tantas han de cambiar para alcanzar las metas que, como provincia, queremos lograr.