Si les digo la verdad por el momento solo hay detalles sueltos que me llaman la atención en algunas de las candidaturas que se presentan a las elecciones locales del próximo día 26. Mi idea es hacerme con la totalidad de los programas que se ofertan y hacer un trabajo comparativo a título de información, en la que opinaré lo justo y necesario porque no me corresponde ni siquiera insinuar quién merece el voto y la confianza de los ciudadanos de Jaén. Aunque en un comentario en el “buenos días” de esta mañana quería tender un puente a la esperanza, porque un periodo electoral en principio hay que considerarlo un revulsivo porque da la oportunidad de que las diferentes candidaturas compitan en iniciativas para mejorar Jaén, que es de lo que se trata. De todas maneras si les digo la verdad el paso del tiempo y esta ciudad estancada en la que vivimos, en lo que yo con todo el cariño del mundo digo que “resisto” da pie para poco margen al optimismo. Cada cuatro años se celebran elecciones, cada cuatro años nos atiborran de promesas y cada cuatro años todos y cada uno de los partidos, sálvese quien pueda, frustra nuestras expectativas. Por tanto no nos han dado motivos para pensar que ahora vaya a ocurrir algo diferente, ojalá que así fuera. Dejemos un margen por si se obrara el milagro.
Hace unos días publicaba en este blog enjaendonderesisto.es un delicioso artículo el escritor jienense Ramón Guixá, que hacía una apelación al jaenerismo de los diferentes cabezas de lista para los comicios locales para que, salga quien salga de alcalde o alcaldesa, dediquen todo su esfuerzo a propiciar un cambio de verdad en esta capital tan abandonada y tan necesitada. Habrá oportunidad de recordar sus principales carencias, pero todos los jienenses las conocen, son las mismas que hace una década y que dos, avanzamos a paso de tortuga. Únicamente los políticos que se encuentran en el poder son los que tienen otra visión diferente de esta ciudad en la que, claro es, parece que una mayoría tenemos el paso cambiado porque no vemos el panorama tan de color de rosa con el que algunos la quieren pintar, del mismo modo que hay otros que aprovechan el momento para predicar poco menos que el apocalipsis. Pues ni una cosa ni la otra, pero no podemos llamarnos a engaño. Jaén está mal, muy mal, y esto no es algo que deba sorprendernos a estas alturas, y peor que se ha puesto con la ruinosa situación económica del Ayuntamiento por culpa de gobiernos municipales irresponsables que no han sabido gestionar con talento y han derrochado a manos llenas sin que nadie les haya pedido cuentas por ello.
Por esto, por la cruda realidad económica, es por lo que choca que algunos cabezas de lista estén haciendo propuestas de diferente contenido sin que a renglón seguido nos informen de qué manera, en el caso de que tengan la responsabilidad de la Alcaldía, piensan pagar esas iniciativas, y me refiero tanto a proyectos que pudieran ser viables como a otros que simplemente me parecen brindis al sol, propuestas de las que se ponen en los programas, como diría el consejero de Economía de la Junta, pero que al llegar a los puestos se olvidan. De ahí que debería ser necesario, por un lado que los programas se presentaran ante notario para dar fe de su existencia y del compromiso que se adquiere con los vecinos, y además, como antes se indica, debería ser obligatorio al menos indicar en unas líneas de dónde tendrían que salir los fondos para cada proyecto, porque las arcas municipales están más que hipotecadas y por un largo tiempo. Ya sabemos que el papel es muy sufrido. Por eso solamente hago una recomendación, considerar a los que menos prometan, o lo hagan con prudencia, con ambición y de acuerdo con el realismo que debe imperar en las circunstancias actuales, no se trata de renunciar a ninguna aspiración importante, todo lo contrario hay que empezar por ellas, pero siempre con los pies en el suelo. Una de las propuestas que suscriben Ciudadanos y PP, por este orden, tras reunirse con el gremio del taxi, es la idea de autorizar a los taxistas para que utilicen la plataforma del sistema tranviario. La verdad, no lo tengo claro. Me parece más urgente poner en marcha el tranvía y después ordenar el tráfico de acuerdo con el nuevo transporte, y si es viable usar la plataforma de manera reglada, pero hay que darle una pensada. De todas maneras este tipo de anuncios llaman más la atención, aunque sea por el hazmerreír en que se ha convertido el tranvía, que proyectos sólidos y que afectan más al modelo de ciudad.
Y sigue habiendo reticencias de partidos como Ciudadanos y también de la plataforma “Jaén Merece Más” por la ubicación del Palacio de Deportes Olivo Arena. Ya creo haber expresado mi opinión al respecto. No se puede culpar a la Diputación de haber salido al rescate en afrontar una infraestructura demandada y se optó por la Institución Ferial seguramente pensando en que ya hay unas infraestructuras previas. Es verdad que no es bueno para la capitalidad que se desea potenciar sacar a las afueras una serie de servicios que podrían darle vida. Pero el problema aquí estriba en que ni el Ayuntamiento de Jaén con todos sus últimos gobiernos, ni tampoco la Junta de Andalucía, pensaron en dotar a esta ciudad de ese tipo de equipamientos. De hecho somos la última capital en disponer de un recinto de estas características gracias a la colaboración Junta-Diputación, pero sobre todo por la apuesta decidida de la Corporación Provincial. Tenemos un caso parecido al del Teatro Infanta Leonor, que las voces críticas llegaron cuando ya estaba terminado.
Creo que este Palacio de Deportes ya está en marcha, es de esperar que no surjan dificultades, y lo que hay es que exigir al Ayuntamiento, el que salga elegido, que a partir de ahora no deje escapar ningún proyecto que pueda mermar el liderazgo de Jaén como capital de provincia, ya sea con la futura estación intermodal, si alguna vez llega, o cualquiera otra de las que se incluyen en los programas electorales. Es por tanto inútil a estas alturas gastar el tiempo en debatir sobre el Olivo Arena que lo que queremos es verlo convertido en realidad y que como ha señalado Reyes no es incompatible con otra iniciativa municipal de la misma o parecida naturaleza. Si hay que pelear debe hacerse, al menos es lo que pienso, sobre otras muchas cuestiones y no perder las energías en algo que todo hace indicar que es irreversible. Es loable el interés de la plataforma ciudadana, pero su propuesta de la plaza de toros no deja de ser un supuesto y plantearía, caso de ser posible, que no lo creo, una serie de trámites que alargarían mucho tiempo una instalación que ya debería estar concluida si no es por los problemas que ha planteado el PGOU, ya definitivamente anulado. En cuanto a la petición de Ciudadanos lamentablemente se ha hecho desde fuera de las instituciones, porque no tiene representación, y será dentro de ellas, cuando lo logre el día 26, donde podrá influir políticamente en logros para la ciudad.
Por lo demás ya están empezando los debates. Esta noche voy a ver el anunciado por Canal Sur TV en Jaén y les contaré. De todas formas me hubiera gustado que en esta campaña tan singular por afectarnos a todos, hubiera debates cara al público y participaran todos los candidatos y candidatas, sin excepción, para conocerlos y poder ponerles nota a cada uno. Habíamos hecho un llamamiento a una campaña respetuosa en la que se hable de programa, programa, programa, en vez de insultos, insultos, insultos. De todo hay, aunque he de reconocer que han desaparecido los exabruptos, ahora los protagonizan más los palmeros en las redes sociales, algunos son temibles. En la jornada de hoy socialistas y populares se han enfrentado por el asunto del Pepru de La Magdalena, un plan que por las razones que sea, el caso es que no se ha hecho realidad y como llueve sobre mojado deja un mal sabor de boca. Y los socialistas de Julio Millán amenazan con rentabilizar en campaña el caso Matinsreg. No se le puede criticar, el dichoso asunto existe y promete ser un filón hasta el momento mismo en que llegue la sentencia.
Foto: Vehículos aparcados en la plataforma del sistema tranviario de Jaén (Imagen tomada de El País)