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El domingo, día 31 de marzo, a las doce del mediodía, una representación de Jaén y de la provincia, que esperamos que sea numerosa, porque los organizadores han hecho un excelente trabajo para caldear el ambiente, va a estar en la Plaza Colón de Madrid, para tomar parte de la movilización que por primera vez en la historia protagonizan casi un centenar de plataformas representativas de la sociedad civil de diferentes provincias, en torno a lo que se ha venido en llamar “Revuelta de la España Vaciada”, que básicamente lo que pretende es exigir de las administraciones, empezando por la central, medidas inversoras potentes que ayuden al desarrollo de zonas que tradicionalmente han sido olvidadas por los gobiernos y que están notando los efectos devastadores de una despoblación que es, entre otras cosas, una consecuencia del abandono secular, los agravios que han existido entre diferentes lugares de la geografía española, y que en la práctica han dividido el país entre zonas prósperas y otras que se han ido alejando de los niveles aceptables de desarrollo socioeconómico, por tanto del progreso y de la modernidad. Este es el caso específico de Jaén y su provincia. En efecto no todos sus parámetros coinciden con los de esos otros territorios como Teruel, Soria, Zamora, etc., que el domingo se han dado cita en el centro de Madrid, pero hay una connotación que sí es común, quienes han decidido manifestarse y clamar por un futuro mejor y despejado. El hecho es que es la primera vez que Jaén va a Madrid con un mensaje claro de protesta, otras veces lo hizo para la defensa de sectores puntuales, como la OCM del aceite en 2003 y 2009, por ejemplo, o antes, en los tiempos de Franco, para rendir pleitesía al Caudillo. Ahora es diferente, van cuatro autobuses repletos de paisanos y muchísimos coches particulares, además de jienenses que residen en la capital de España y que han confirmado que no faltarán a la convocatoria. Lamentablemente en Jaén nadie con poderío económico o representativo ha apostado, como en otros lugares, por pagar autobuses gratis y fajarse en el apoyo explícito. En Jaén siempre cuesta un poco más, tenemos que asumirlo.

Pues bien, en el caso de Jaén el reto lo han asumido seis plataformas, que son “Jaén Merece Más”, “Todos a una por Linares”, “Plataforma a favor de la A32 Linares-Albacete”, “Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Jaén”, “Plataforma Jaén por el Tren” y “Asociación de Amigos del Ferrocarril de Jaén”. Las mismas denominaciones de los colectivos que reivindican en nombre de Jaén ya indican bien a las claras que nuestras principales carencias tienen que ver, sobre todo, con las infraestructuras y las comunicaciones, con especial incidencia en el caso del ferrocarril, que siempre estuvo de espaldas a Jaén y la situación a día de hoy refleja un panorama desolador, en el que estamos en la indigencia de servicios de calidad y competitivos en pleno siglo XXI, un panorama que retrata a la perfección como ningún otro el fracaso de la política y de los políticos que han ostentado poder en las últimas décadas. No pretendo hacer una enmienda a la totalidad y censurar todo cuanto se ha hecho desde la llegada de la democracia, pero se puede afirmar rotundamente que los problemas que nos acucian son muy importantes, se trata de asignaturas pendientes que las administraciones y sus representantes han ido suspendiendo de forma repetida, y nuestra preocupación es que este panorama, al que algunos responsables públicos pretenden justificar, es un lastre muy poderoso para converger con otros territorios tanto de España como de nuestra propia comunidad andaluza.

La plataforma “Jaén Merece Más” que lidera este nuevo tiempo de protagonismo de la sociedad civil no política, ha logrado, con la dificultad que esto entraña, reunir a muchísimos ámbitos y muy diversos de la ciudad. Es lógico que así sea, ha llegado la hora de pasar a la acción porque como Kennedy seguramente los jienenses tenemos que hacernos la pregunta de qué podemos hacer nosotros por la ciudad, en vez de qué puede hacer Jaén por nosotros. Los ciudadanos no podemos ser objetos pasivos, sí, ya sé que lo hemos sido tradicionalmente, pero tenemos una responsabilidad, la de conseguir una ciudad mejor para nosotros y nuestros hijos, y hemos visto y padecido que el futuro no lo podemos fiar a las decisiones de los demás, que hemos de implicarnos hasta los huesos y arrimar el hombro. Me alegro de que al fin la responsabilidad colectiva sume fuerzas y de que en esta plataforma ciudadana haya entusiasmo, pasión ciudadana y sobre todo ganas de restituir la dignidad que Jaén merece. También ha recibido desplantes, críticas interesadas, pero con esto había que contar, porque en una ciudad acostumbrada al “aquí no pasa nada” a algunos les incomoda que nazca un “vigilante” activo, comprometido e implicado. Por supuesto estoy de acuerdo en que en esta iniciativa, y en la concentración del día 31, puede acudir a título personal todo el que lo desee, incluidos políticos que sientan la necesidad de adherirse a la causa, pero sobran las siglas partidistas, los partidos políticos como tales, los sindicatos, etc., es decir, los que tienen cauces establecidos para perseguir sus objetivos por otras vías ya establecidas.

Tampoco creo que los integrantes del colectivo deban ser personas neutras, lo que quiero decir es que sean antes que nada pro Jaén y que cuando defiendan intereses particulares o sectarios sean llamados a salir por la puerta de la calle. Aquí no debe haber otra prioridad que no sea Jaén, en segundo lugar Jaén y si queda algo, también Jaén. Estoy convencido, transcurridos estos dos primeros años, de la bondad y de la valentía de este proyecto y espero y deseo que no falle como ha ocurrido con otras ilusionantes propuestas.

El balance es satisfactorio, se ha salido dos veces a la calle para reivindicar dignidad, protagonismo y sobre todo inversiones para Jaén, y la plataforma ha estado muy presente en el día a día de la ciudad, muy cerca de los temas de debate y en todo momento ofreciendo sus alternativas y dialogando con los responsables de las administraciones y con otras instancias, por ejemplo los encuentros con los portavoces parlamentarios andaluces, dando a conocer el panorama jienense y buscando aliados para salir de la situación actual. Por otro lado, el nacimiento de asociaciones de diferente naturaleza que han surgido para preservar la riqueza patrimonial, paisajística y de otros ámbitos, y que vienen trabajando con seriedad y rigor, está siendo una experiencia que arrastra hacia nuevos derroteros, ya nos estamos quitando el sambenito de la resignación y la indiferencia. Jaén ha sido siempre la provincia de la llamada Andalucía Oriental que se mostraba más conformista. Málaga va por su cuenta y tiene metida la directa, la ciudad ha crecido y se ha modernizado de manera considerable, con una política reivindicativa seria, la cuestión es que se ha hecho respetar y lo demás ha venido por añadidura. En el caso de Granada y Almería van muy paralelas, no se callan, otra cosa es que consigan todo lo que se proponen, pero salen a la calle a las primeras de cambio y hace poco se unieron en torno a los deficientes servicios ferroviarios y no digamos la sanidad. 

Siempre he pensado que las conquistas hay que ganarlas, no debemos ni podemos tener la sensación de que se nos regalan. Por esta razón no tenemos Ciudad Sanitaria, ni de la Justicia, ni toda una relación de proyectos pendientes que, dijeron haberse frenado por la situación económica, a pesar de que al mismo tiempo alardean de unas mejores expectativas, sospecho que tardarán muchos años en llegar en el mejor de los casos. En la ciudad de Jaén pocas veces se ha hecho uso del derecho a reivindicar lo que se considera justo, que yo recuerde una vez con la OCM, otra vez cuando surgió el impulso de una Mesa por Jaén que resultó tan efímera porque no logró concitar consenso…ni siquiera hemos sido capaces de salir a mostrar el rechazo al tranvía si en realidad tanto nos indignaba, y no digamos al ferrocarril que es lo que mejor define el abandono de Jaén como señalaba al principio.

Desde siempre, antes con Franco y después con la autonomía, ha sido fácil jugar con nosotros porque éramos tan predecibles que comprábamos todo lo que nos querían vender. Por eso no hemos estado en el mapa de la conflictividad, por eso Jaén era un paraíso, porque era zona libre de protestas y de respuestas. Nos hemos acostumbrado a decir a todo amén y este sino nos podía estar acompañando eternamente. Por esto me alegro de que Jaén se ponga las pilas. Nos alegra conocer la amplia relación de colectivos que se sienten concernidos con el proyecto pro Jaén, este mismo dato ya es estimulante. Porque ya es hora de espabilar, el sueño nos ha durado demasiado tiempo, y ahora, como bien sabe “Jaén Merece Más”, no hay tiempo que perder, por eso la respuesta del domingo debe ser determinante para que las administraciones tomen nota de que se acabó la sumisión y ahora aparece ese “Jaén, levántate brava”, una consigna recuperada para ganar esta batalla al futuro y a la esperanza. Vamos, no hay tiempo que perder.

 

 

 

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