Los jienenses nos vamos acostumbrando a ver a nuestro exalcalde, presidente provincial del PP y diputado en el Congreso, José Enrique Fernández de Moya, en debates abiertos de la política nacional. Ha vuelto a ser designado por su partido como portavoz de Hacienda en la Cámara Baja y en la última campaña electoral ha viajado a diferentes lugares, también algunas televisiones, para defender los postulados, principalmente en materia económica, de los populares.
Pues bien, el pasado sábado, fue un invitado más en La Sexta Noche, y la verdad es que se defendió bastante bien y creo que ha nacido una estrella, incluso de la televisión, y si no, al tiempo, como él se lo proponga está hecho. No entraré en los argumentos, en este como en otros espacios de debate, salvo los colaboradores habituales, cuando se invita a un político, normalmente del signo que sea, lo normal y que estamos hartos de ver, es que aprovechen su momento de gloria, con una más que notable presencia de españoles ante el televisor, para pasarse unos cuantos pueblos.
Pero él estaba allí por una razón de peso, contrarrestar todas las bofetadas dialécticas que se iban a dedicar a su ya excompañera Rita Barberá. Es más que probable que el PP enviara a Fernández de Moya a esa tertulia porque, aunque críticos con La Sexta, los populares saben que es momento de defenderse y no se pueden desaprovechar oportunidades. De ahí que enviaran a un ‘doberman’, que ya ha demostrado las veces que ha salido a la tribuna de oradores en el Congreso, no ha dejado indiferentes a sus señorías, sobre todo por los “piropos” que suele lanzar a la izquierda, especialmente al PSOE, aunque en esta ocasión se ha cruzado con la señora Bescansa (Podemos) a la que le ha hablado del dinero de Venezuela, de Irán, etc., que fue de lo más caliente de la noche. Además, con su peculiar estilo, Fernández de Moya va bien equipado de papeles, por documentación que no quede.
Como se trataba de enfrentar distintas maneras de corrupción, el político jienense, que debatía con Aroca, Sardá, Marhuenda, Inda y Bescansa, entre otros, la verdad es que no pasó desapercibido y aunque no habló el tiempo que él seguramente hubiera querido, aprovechó bien sus intervenciones para dejar en el aire una descarnada visión de los ERE de Andalucía, con cifras y nombres, un discurso cargado de metralla y visceral contra todo lo que se mueve en los gobiernos socialistas de la región. He visto en las redes sociales que parte de la militancia jienense de su partido le ha querido poner en los altares. Fernández de Moya en estado puro, aunque, es verdad, no con el apasionamiento y la crispación que exhibía en los plenos como alcalde, sino en un tono más moderado, aunque no por ello menos contundente y aniquilador. Ojo que no trato de justificarlo, simplemente lo describo.
Insisto, no voy a comentar los argumentos esgrimidos por el político jienense, ni me han llamado la atención conociendo al personaje, además en esta y en otras cuestiones todo depende del color del cristal con que se mira, pero sí me parece de justicia señalar que a la larga el trabajo es el mejor aliado para escalar posiciones y Fernández de Moya otra cosa no tendrá, pero es trabajador y disciplinado, tiene fortaleza política, y por ello se ha ganado un puesto en la escena nacional donde podremos verle con un poco de suerte mejor situado, sobre todo si el PP sigue gobernando. Lástima que su valía, que la tiene, no la haya puesto por completo al servicio de los intereses de Jaén, ese es en todo caso el reproche más grande que podemos hacerle.
Por cierto que en el señalado debate en una de las intervenciones del director de La Razón, Francisco Marhuenda, hizo referencia a los “caciques de Jaén” al hablar de la situación actual de la comunidad andaluza. No supe bien si se refería a los caciques de antes, aquellos que mandaban en el territorio y fueron la causa del devenir histórico de esta tierra, o se refería a los nuevos caciques que nos han nacido y que son tan perjudiciales como sus predecesores. La pena es que siempre que se hable de Jaén desde Madrid sea poco y mal.
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Fernández de Moya en La Sexta Noche, genio y figura.