Los comerciantes del centro de la ciudad han conseguido para la manifestación convocada con el apoyo de Comercio Jaén un más que considerable poder de convocatoria al reunir a varios cientos de personas en la protesta no exactamente contra la peatonalización emprendida hace justamente un año por el Ayuntamiento, sino más bien contra la manera con que se ha hecho, en la que la principal crítica hacia la instancia municipal es que no se ha favorecido la accesibilidad a la zona, por lo que los comerciantes dicen haber perdido el 20 por 100 de las ventas. En este punto de la accesibilidad recuerdan las promesas que recibieron cuando se ponía en marcha el proyecto, que se establecerían más plazas de aparcamiento y que el transporte público iba a funcionar como un reloj, y se lamentan de que estos buenos deseos se han quedado en agua de borrajas. Y con un tranvía que ni está ni se le espera. Entre los comerciantes más activos en la protesta hay que contar con los del mercado de San Francisco, la inmensa mayoría de ellos y otros muchos de la zona, han echado sus persianas poco antes de las doce del mediodía para salir a la calle y recorrer las principales calles del centro de la capital, desde la emblemática Bernabé Soriano hasta la Plaza de Santa María, donde está el Ayuntamiento.
Estos comerciantes, que como decimos están apoyados y alentados por Comercio Jaén, han llegado más lejos en las propuestas que reclaman del Ayuntamiento, y es que el proceso de peatonalización completa se produzca solo los fines de semana, con lo que, según ellos defienden, se podría conjugar la peatonalización con la actividad comercial, el ocio con el negocio, la defensa del medio ambiente y la protección del patrimonio histórico, evitando la “desertización” del centro. El alcalde no ha disimulado, no le ha gustado para nada esta alternativa.
Creo que en esta polémica que existe en la capital jienense en torno a la peatonalización todos los agentes interesados tienen al menos parte de razón y lo digo yo que estoy totalmente a favor de esta medida. Y tampoco debe extrañarnos que se levanten voces en contra, esto ha ocurrido en todos los lugares donde se ha aplicado, siempre han aparecido las reticencias, porque los efectos beneficiosos de la peatonalización no son inmediatos, tardan algún tiempo en llegar, entre otras cosas hay que vencer obstáculos, hábitos muy extendidos entre la población, entre ellos la utilización abusiva del coche propio, etc. Pero estamos convencidos de que acaba por imponerse y que es un placer pasear por las ciudades que ya han tenido esta experiencia, y que se cuentan por centenares en toda España, y en nuestra provincia, donde por ejemplo es un gustazo recorrer Úbeda o Baeza. Se está haciendo también en Madrid, en general en todos sitios se quiere dar prioridad al peatón en detrimento del coche particular, y esto va en beneficio de todos, aunque plantee incomodidades.
En su día felicité el Ayuntamiento y al alcalde, Javier Márquez, por la valentía de la peatonalización, contraviniendo la política del regidor anterior, que abrió La Carrera que había cerrado la alcaldesa socialista. Eso quizá fue un paso atrás que ha resultado innecesario y que a la postre retrasa en una década la concienciación sobre un tema esencial para el ciudadano. Digo que soy un convencido, pero no tan irresponsable para entender que un proyecto de esta envergadura se puede llevar a cabo por decreto y sin contar con los sectores pero sobre todo con las personas afectadas, en el centro y en los barrios más próximos. La medida es buena, insisto y reitero, pero pierde su sentido y su razón de ser cuando no intenta el consenso y resolver, uno a uno, los problemas y los inconvenientes que acarrea una peatonalización a la medida de Jaén, porque es verdad que a esta filosofía se han sumado muchísimas ciudades, cada vez más, pero cada una de ellas tiene unas singularidades, Jaén posee las suyas propias y por tanto no cabe establecer paralelismos con otras experiencias, ni de Granada, ni de Málaga, ni de Pontevedra…pero lo que está claro es que el éxito llegará, porque llegará, de eso estoy seguro, cuando el Ayuntamiento sea consecuente y reconozca que no está en posesión de la verdad absoluta y que tiene que ser permeable a las críticas y a las propuestas razonables, aparte de tener mucha mano izquierda y ciertas dosis de paciencia. Luego hay gente que se opone porque sí, y estas actitudes no pueden ser tenidas en cuenta cuando hay un modelo que pretende o así lo entiendo, una ciudad más amable, para ser disfrutada por los jienenses y quienes nos visiten, y esto es lo que a la larga ha triunfado en todos sitios, y no me cabe la menor duda de que justamente esto es lo que pasará en Jaén antes o después.
Se necesita diálogo y confianza, al final todo el mundo debe querer lo mejor para su ciudad y eso es lo que se trata de construir, una ciudad de futuro. Hay que hacer concesiones, por supuesto, pero no caben los intereses particulares, por muy legítimos que resulten, hay que poner la luz larga en la aspiración de contar con una capital que forje otra mentalidad y donde al final todos los agentes implicados salgan ganando. No creo que resulte tan difícil ni tan complicado.
Por tanto me parece bien que en su legítimo derecho muchos comerciantes hayan salido a la calle a reclamar soluciones a las propuestas que han planteado al Ayuntamiento. La instancia municipal ha de escucharles porque el comercio del centro, a veces tan injustamente olvidado, es el gran motor de la ciudad y un deber de los responsables es el de cuidarlo, mimarlo y darle todas las facilidades, estar en conexión con él porque también es imagen y proyección de Jaén. Estar en contra o a la defensiva es un error, un grave error.
También el comercio de la ciudad, o al menos una parte de él, tiene que plantearse exigencias, no todo consiste en criticar al Ayuntamiento sin asumir antes propias responsabilidades, porque cada palo debe aguantar su vela. Y se ve que no todo el comercio del centro urbano de la capital piensa lo mismo. De hecho estos últimos días se ha presentado una campaña conjunta que ha sido avalada por 140 comerciantes y empresas para animar a los jienenses a que hagan sus compras en el centro, una campaña en positivo, con un movimiento detrás que han llamado #MuyJaén, Muy tú, y con el atractivo slogan de “Ven acá pacá”, “que en el centro puedes comprar”, donde hemos visto a gente que tiene negocios que ofrecen confianza, que son competitivos, y que como dice el nombre con el que aparecen en sociedad, se muestran encantados de estar ubicados en el centro y sentirse cómodos en él. Esto es bueno, la diversidad, no la uniformidad. Y que surjan cuantos debates sean necesarios. Pero no hay ni buenos ni malos, esta no puede ser la lectura, hay visiones comerciales distintas y ojalá que complementarias.
Sé que las cosas no son fáciles, de hecho quienes hoy han salido a la calle para protestar, han recordado el argumento de la existencia de 140 locales del Centro Comercial Abierto Las Palmeras que están en proceso de cierre, ya sea venta, traspaso, alquiler, etc. Ahora bien, esto ya ocurría antes de la peatonalización, es un problema añadido, preocupante por cierto, que tiene al menos una parte del comercio tradicional, en el que influyen la adaptación, la competencia, etc., es decir, una serie de condicionantes que en unos casos son externos y en otros son propios, y es lo que hay que identificar para hacer un diagnóstico y darle en lo posible su tratamiento. Achacarle todos los males a la peatonalización es completamente injusto, simplemente porque los argumentos no se sostienen. Cuestión diferente es que haya que hacer a la peatonalización todos los retoques que sean necesarios, y no deben doler prendas para ello, con tal de que sea apoyada lo máximo posible, nunca al cien por cien, de eso estamos seguros.
Por último me dirijo al Ayuntamiento. Pienso que debe seguir apostando por la peatonalización porque a medio y largo plazo lo vamos a agradecer todos. Ahora bien, esta tarea es incompatible con el ordeno y mando, hay que actuar con mucha sensibilidad y dar respuesta, uno a uno, a todos los inconvenientes que vayan surgiendo. Por ejemplo, cómo no mimar al mercado de San Francisco, al que hay que potenciar y dar vida, esto es elemental. Todas las acciones son posibles de armonizar, no nos empeñemos en verlo en blanco o en negro. Siempre digo que la ciudad es un proyecto que no se puede ni se debe parar y que por desgracia tampoco es posible contentar a los casi 114.000 habitantes.
Foto: Manifestación de esta mañana del comercio del centro por las calles de la ciudad. (Tomada de CARLOS ALTÉS).