Fiel a su cita de todos los años se acaba de celebrar en el Ayuntamiento de la capital el anunciado debate sobre el estado de la ciudad, precedido por las críticas de la oposición que han discrepado del momento y de la rapidez en la convocatoria. La experiencia de las sesiones de estas características en el pasado indican que pronto se olvidan los acuerdos adoptados, señal de que lo que parece interesar es aprovechar el momento y que cada cual ofrezca su visión de la realidad de Jaén, aunque también sirve para rendir cuentas por parte de los que gobiernan y para ejercer el control que legítimamente corresponde a la oposición. Para el alcalde y su equipo de gobierno los avances son extraordinarios, mientras que la oposición discrepa casi punto por punto. Nada nuevo bajo el sol, no podía esperarse situación diferente. Tras el pleno, que apenas ha durado un par de horas, la conclusión que hemos sacado es que se han abierto algunas expectativas, a las que llamaremos luces, pero sigue habiendo muchas más sombras o asignaturas pendientes. De todas maneras le voy a dar la razón al alcalde, Javier Márquez, en algo en lo que todos coincidimos y es que hace dos años el Ayuntamiento de Jaén estaba para cerrar o legalmente para ser intervenido, y con todos los obstáculos que se quiera, se han podido salvar muchas dificultades, y, por ejemplo, nadie habla ya de un tema tan sensible como que se pongan en peligro las nóminas del personal, que era el principal indicio de que el escenario era el peor posible.
Como digo cada cual ha representado su papel y lo contrario nos hubiera sorprendido. El alcalde, bastante optimista, aunque sin dejar de reconocer que se mantiene la complicada situación financiera, ha hablado de cierta “normalización” gracias a lo que él ha estimado estabilidad económica, política e institucional, que han logrado que ahora “se respire mejor”. Javier Márquez ha puesto mucho empeño en dejar constancia, frente a las críticas que suelen hacerse al respecto, de que sí existe un “modelo de ciudad”, basado en la recuperación de la zona histórica y monumental, la peatonalización como un elemento para rescatar el centro, las obras en esta zona y la atención a los barrios, en la medida en que sea posible. De todos modos, en su fervoroso alegato, el regidor ha hecho su examen de conciencia para dejar claro que “gobernar esta ciudad no es fácil”, a pesar de que él lo está intentando.
La oposición ha discrepado de la imagen presentada por el primer edil. Así, Manuel Montejo, de Jaén en Común, que ha sido bastante duro en sus críticas, llegando a pedir la dimisión del alcalde, “para que no se alargue más la agonía de este mandato”, ha recriminado al gobierno municipal que no se ha cumplido ninguna de las propuestas que fueron aprobadas en el debate del pasado año. Este es un mal ejemplo, y aunque el alcalde se ha tratado de zafar hablando de “teatro” por parte de este grupo, quedaba claro que no tiene sentido acudir a un pleno sin haber hecho previamente los deberes del anterior. Elemental. Por su parte, el portavoz socialista, Manuel Fernández Palomino, también se ha referido a un debate amargo y una oportunidad perdida, ha hecho un discurso diferente, incluso trascendente, al lamentar que “Jaén sea una ciudad donde no se pueden cumplir los sueños”, si bien, en su actitud de suave en las formas y firme en el fondo, “Suaviter in modo, fortiter in re”, ha reconocido que el gobierno local ha acertado cuando aceptaba la colaboración de otras instituciones, con referencia al tranvía o al Palacio de Deportes.
De los tres concejales no adscritos, Salud Anguita está distanciada del equipo de gobierno, su pertenencia activa en la primera línea de protagonismo de VOX, debe ser la causa, pero hoy ha criticado el estado lamentable de la ciudad. En cambio el edil Iván Martínez, que en la práctica es uno más de las filas del PP, ha defendido que “las mejoras se ven a simple vista”, en tanto que Víctor Santiago, a su aire, también ha sido crítico con un “mandato casi perdido”. Por cierto hace meses que Santiago se hizo muy presente en las redes sociales con grabaciones a diario en distintos lugares de la ciudad y ya abandonó esa tarea, es el único que parece que va por libre salvo que decida intentar alguna aventura.
Resumiendo, en el haber de este equipo de gobierno, además del pago de las nóminas, como ha señalado el alcalde, si bien la situación económica sigue siendo gravísima y de vez en cuando nos ponen colorados en los medios de comunicación nacionales por la elevada deuda y los plazos de pago a proveedores, se encuentran asuntos encarrilados como la colaboración para hacer realidad el tranvía o el Palacio de Deportes, de hecho hoy mismo ha firmado el alcalde la cesión de los terrenos para la nueva infraestructura deportiva. El alcalde, además, se puede apuntar a su favor haber descongestionado la apertura del Museo Íbero que enfrentaba a administraciones, cosa diferente y que depende de la Junta es que vaya a estar tanto tiempo sin su exposición permanente, que es para lo que fue creado. Añadamos las obras del Jaén Plaza, el desarrollo poco a poco del PGOU, la peatonalización a pesar de sus polémicas, las obras que se están realizando y con las que nadie contaba, que también suponen mejoras y empleo. Además estamos esperando el DUSI, parece que, y ya es hora, se está en el camino, con la Junta, de solucionar la asignatura pendiente del instituto en el APA III y los problemas urbanísticos para la construcción del Conservatorio en el Bulevar; se han mejorado las expectativas del turismo, ha sido un éxito la World Pader Tour, también lo fue la San Antón, se ha convocado el Premio Hasday Ben Shaprut…sinceramente hace dos años parecía imposible llegar a un balance así, que seguramente no es para tirar cohetes, pero para un Ayuntamiento en la situación del de Jaén presenta algún mérito.
En cambio en el capítulo de las necesidades no cabe para nada el triunfalismo. Un presupuesto en tres años, una ciudad sucia a más no poder, a pesar de que se ha renovado con FCC y se le ha dado un voto de confianza; un casco antiguo que sigue olvidado, una Catedral para la que no se han movido iniciativas municipales de cara a su posible declaración como Patrimonio de la Humanidad, un abandono generalizado de los diferentes barrios, la infravivienda, asuntos importantes que siguen coleando como Las Protegidas, los cementerios, especialmente el viejo de San Eufrasio, que es un despropósito; Los Cañones, Jabalcuz, la estación intermodal, la necesidad de mejorar el pésimo transporte público, mayor impulso a la cultura; la demanda municipal, aunque no sea su competencia, del parque arqueológico y la puesta en valor de Marroquíes Bajos, para que no se nos caiga la cara de vergüenza; la RPT del Ayuntamiento que no acaba de presentarse, y, no nos olvidamos de la que tendría que ser prioridad y el Ayuntamiento carece de medios y posibilidades para luchar contra esta lacra, me refiero a los casi 10.000 parados con que cuenta la ciudad.
Esta es nuestra ciudad con sus luces y sus sombras. Hay algo sobre lo que conviene poner el foco y es que el equipo de gobierno, el actual o el que sea, no puede escudarse en las responsabilidades de los demás para justificar sus actuaciones. Debe exigir con contundencia, por supuesto, pero lo primero que tiene que hacer es asumir sus propias competencias, llorar menos y actuar más y mejor, no es de recibo abdicar de responsabilidades como si todos los demás fueran los obligados a sacarle al Ayuntamiento las castañas del fuego, en esta deriva cada cual debe asumir su cuota parte, pero el Ayuntamiento y su equipo de gobierno tienen que ser los primeros en actuar, si no es con medios, al menos que lo haga con imaginación. No hay por desgracia varitas mágicas, es cuestión de voluntad y de trabajo. Ya he dicho en alguna oportunidad que no me disgusta la manera de ser y de actuar de Javier Márquez, y sin demasiado esfuerzo para ello hay que reconocer que ha logrado una ciudad sensiblemente mejor de la que heredó. No ha debido ser fácil, de hecho todos sabemos que en varias ocasiones estuvo a punto de arrojar la toalla, creo que si finalmente ha aceptado el reto es porque le apasiona Jaén y no se quiere rendir pese a la fuerza de la adversidad, lo cual le honra.
Estamos en tiempos reivindicativos, con una sociedad civil alerta, muy despierta, por lo que el alcalde y su equipo de gobierno y el conjunto de la Corporación deben ser permeables a estos ejemplos de compromiso ciudadano. Hay que aprovechar todas las ocasiones posibles para que nuestra maravillosa ciudad no se pare, por desgracia nos hemos quedado atrás en muchos aspectos y deberíamos juramentarnos entre todos para avanzar. Hay 114.658 habitantes que lo están esperando. Es necesario y urgente tener la capacidad y el liderazgo necesarios para tender puentes y eliminar barreras que a veces los políticos construyen para preservarse ellos, cuando la que tiene que hacerlo es la ciudad, es decir, el interés general. Si finalmente alguien me hiciera una sola pregunta, esta: ¿Cómo está la ciudad? Respondería rotundamente que mal, hasta que supere, frente a todas sus fortalezas, una pereza institucional, por llamarle de una manera prudente, que le está lastrando por horas.
FOTO: De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Javier Márquez, Manuel Fernández Palomino, Manuel Montejo, Salud Anguita, Iván Martínez y Víctor Santiago.