Existe la opinión generalizada de que la pérdida de población en la provincia de Jaén es debido a la emigración de los jienenses y las jiennenses a otros territorios. Si bien es cierto que en 2016 (último año para el que existe información) abandonaron la provincia 16.323 personas, no lo es menos que en 2007, cuando aún no había comenzado la crisis, se iban casi 19.000.
¿Por qué entonces en 2007 ganábamos población y ahora la perdemos? Hay varios motivos, el primero y fundamental es que en 2007 llegaban a la provincia unas 20.500 personas y en 2016 algo menos de 13.000. Por lo que hemos pasado de tener saldo migratorio positivo a tenerlo negativo desde 2012.
El segundo de los motivos es que el crecimiento vegetativo también está en números rojos desde 2011. O lo que es lo mismo, nacen menos personas de las que mueren. Esto es consecuencia, a su vez, de dos factores: una población envejecida (el 18,63% de la población jiennense tiene más de 65 años) y una tasa de natalidad muy baja (8,30 nacimientos por cada 1.000 habitantes). Pero estas variables son muy similares a las de la media española, con un 18,82% de la población mayor de 65 años y 8,75 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Y es que en España, pero también en Andalucía, la tasa de fecundidad es de las más bajas de Europa (1,4 hijos por mujer) y la edad media para tener descendencia de las más altas, casi 32 años.
¿Qué está ocurriendo entonces? Pues que estamos asistiendo en Andalucía, pero también en España y en Europa, a una inversión de la pirámide poblacional, que se ensancha en la cumbre, mientras que se achica por la base. Este cambio demográfico comenzó hace ya algunas décadas, pero la llegada de población extranjera a comienzos del siglo XXI, más joven y con hijos e hijas menores nos hizo vivir un espejismo.
Según las proyecciones de un estudio reciente del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, en 2040 la mayor parte del territorio andaluz tendrá un porcentaje de jóvenes (menores de 16 años) y de mayores (de más de 65 años) similar al que en estos momentos tiene, por ejemplo, la Sierra de Segura. Ese mismo estudió prevé que en 2040 la población andaluza no habrá crecido y que en 2070 lo que habremos es perdido 800.000 habitantes en la comunidad autónoma.
Para evitar o contrarrestar esta tendencia se puede actuar desde tres flancos. En primer lugar, posibilitando el que los jiennenses y las jiennenses puedan desarrollar su proyecto de vida en la provincia y no tengan que emigrar, para lo que es esencial contar con un tejido empresarial fuerte que genere empleos y de calidad. En segundo lugar, haciendo de Jaén un territorio suficientemente interesante, como lo fue hace unos años, para atraer a personas que viven fuera de la provincia. Y, en tercer lugar, incrementando la natalidad, para lo que habrá que mejorar la conciliación personal, familiar y laboral, seguir trabajando por la igualdad real y ayudar a las familias. Tal y como se ha demostrado en los países nórdicos y en otros países vecinos como Francia, estas ayudas podrían ser una de las mejores inversiones de futuro para España.