Los políticos de las diferentes administraciones castigaron a Jaén y debe ser la única capital de provincia andaluza sin tener un Palacio de Deportes. Ahora está en proyecto, al fin, el Olivo Arena, gracias a que la Diputación ha comprometido a la Junta y lo van a financiar conjuntamente, porque de lo contrario no hubiera sido posible, la Junta nunca apostó por ello y tampoco el Ayuntamiento, menos aún en la última etapa por su ruina económica. Pero resulta vergonzoso que unos por otros, que no lo consideraron jamás una prioridad, estemos sin unas instalaciones deportivas propias del siglo XXI. Y conste que si últimamente algunos se han animado a actuar es porque los éxitos del Jaén Paraíso Interior de Fútbol Sala han puesto al descubierto esta asignatura pendiente, una más, de las muchas que hay que anotar en el debe de unas administraciones cuyo balance deja que desear en muchos aspectos. La Salobreja ya no reúne condiciones, no puede albergar encuentros de cierta categoría porque se ha quedado obsoleta y damos una imagen pésima al mundo cuando se ofrecen imágenes por televisión de esta infraestructura tan deficiente.
Ahora se presenta el dilema de la celebración el próximo día 28, lunes, del segundo partido de semifinales de la liga frente al potente Inter Movistar y el Jaén Paraíso Interior, que juega como local, ha tenido que decidir que este encuentro se traslade al Palacio de Deportes de la vecina Granada porque el viejo pabellón de La Salobreja no sirve para un evento de estas características, especialmente porque va a ser retransmitido por televisión y necesita unos determinados medios, que en Jaén no existen, aparte de que la propia proyección exterior de las imágenes ya plantea una serie de exigencias que tendrían que asumirse en Jaén y no parece que sea el caso. De modo que los socios, los aficionados y todos los que puedan estar interesados, han de viajar a la capital de la Alhambra. El problema principal no radica solo en trasladarse, que también, sino en sufrir el agravio, en ser más conscientes si cabe del desequilibrio territorial que la Junta ha propiciado, de sentirnos en una palabra el culo del mundo en infraestructuras que otros lograron hace tiempo y han podido disfrutar de ellas.
Y gracias a que hemos tenido la suerte de contar con un club triunfante, porque de lo contrario seguramente no estaríamos hablando del Olivo Arena ni de ningún otro proyecto. Pero tenemos al Jaén Paraíso Interior de Fútbol Sala que nos ha dado el alegrón de dos copas de España, el subcampeonato de la Copa del Rey y el propio hecho de ser uno de los mejores equipos del mundo. Ahora le toca jugar con el campeón de Europa, el Inter Movistar, y una gloria que se podía quedar en Jaén tiene que emigrar, ni partido, ni resultados económicos, nada…a Granada. Me consta que muchos seguidores están indignados porque se tenga que producir esta situación, que pode de evidencia, una vez más, la insensibilidad de nuestra clase política de antes y de ahora por darle a Jaén la categoría de una capital, con los mismos equipamientos que disfrutan en otras ciudades andaluzas del mismo nivel.
Luego se quejarán esos mismos políticos si asoma alguna pancarta o las reacciones de los fieles a este deporte les ponen colorados. Se lo han ganado a pulso. Ahora, a esperar que el Olivo Arena empiece a construirse ya y no sea otra promesa que se alargue en el tiempo. Los jienenses quieren ver las obras en marcha y tener la certeza de que este club que está haciendo historia va a tener para su proyección un Palacio como cualquiera de los que habitualmente visita. No ganamos para humillaciones.