El Castillo de Canena fue el escenario que acogió esta mañana la entrega del IV Premio Internacional Castillo de Canena de Investigación Oleícola ‘Luis Vañó’, que este año recayó en un trabajo sobre un inhibidor metabolo-epigenético natural de las células madre tumorales presente en el aceite de oliva virgen extra, presentado por dos investigadores del Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional (CIDAF) y del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI)-Instituto Catalán de Oncología (ICO).
El rector de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Gómez Ortega; el director de Aceites Castillo de Canena, Francisco Vañó Cañadas; la directora comercial de Castillo de Canena, Rosa Vañó Cañadas, y el director ejecutivo de la Universidad de California en Davis, Dan Flynn, hicieron entrega de los 6.000 euros del premio y de la placa acreditativa a Antonio Segura Carretero, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Granada y coordinador de investigación científica del Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional y Javier A. Menéndez, investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Girona-Instituto Catalán de Oncología.
Un trabajo sobre un inhibidor metabolo-epigenético natural de las células madre tumorales presente en el aceite de oliva virgen extra ha resultado ganador del IV Premio Internacional Castillo de Canena de Investigación Oleícola ‘Luis Vañó’, dotado con 6.000 euros y placa acreditativa, que convoca la prestigiosa empresa oleícola jiennense con el apoyo de la Universidad de Jaén y la Universidad de California en David (UC Davis) de Estados Unidos.
El jurado, compuesto por representantes de la Universidad de Jaén y la Universidad de California en David (UC Davis) de Estados Unidos, destacó, tanto la calidad como la cantidad de trabajos presentados, un total de quince en esta IV edición.
El director general de Castillo de Canena dijo estar de enhorabuena, porque se han presentado 15 trabajos, lo que supone “el récord absoluto en estas cuatro ediciones. Son trabajos muy enjundiosos, muy interesantes, que apuntan a un vector, que para el sector es muy importante, que es la innovación”. Vañó apuntó que el aceite de oliva tiene 5.000 años de historia, “pero todavía tenemos muchísimo camino por recorrer y precisamente este premio de hoy, lo que hace es estudiar y descubrir que un componente minoritario del aceite de oliva extra es un inhibidor de las células madres tumorales, y creo puede ser un hallazgo realmente interesante para todos: para los consumidores y para los productores”.
El rector de la UJA, por su parte, manifestó que en el binomio innovación-investigación en el aceite de oliva “ha de estar detrás la Universidad. La UJA aporta todo lo que tiene que ver con innovación e investigación en este sector, y hay que premiar los trabajos que destacan aspectos innovadores del sector, diferentes a los tradicionales”. En este sentido, destacó que la UJA participa en la elección del trabajo ganador, como parte del Jurado, junto a investigadores de la Universidad de California Davis.
Asimismo, el director ejecutivo de la Universidad de California en Davis dijo que los trabajos presentados fueron “espectaculares, y claramente, el trabajo que ha ganado, ha sido el gran vencedor con diferencia, porque han puesto de manifestó una serie de combinaciones químicas dentro del aceite de oliva, que puede significar un antes y un después en la investigación del cáncer”.
Investigación
Antonio Segura Carretero explicó que con esta investigación se demuestra que una propiedad inherente al aceite de oliva extra, “unos compuestos minoritarios, los polifenoles, tienen una capacidad bioactiva bastante alta y lo que hemos hecho es demostrar esa capacidad anticancerígena”. En el caso del Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional, “hemos aislado, purificado y caracterizado esos compuestos. En definitiva, conocerlos muy bien. Y esos compuestos purificados, lo que se han probado son líneas celulares para demostrar su capacidad inhibitoria en células de cáncer de mama”. “Con ello, contribuimos a demostrar una cosa que se conoce, que es que el aceite de oliva es un buen alimento, que tiene unos compuestos minoritarios muy saludables; que desde el punto in vitro se trata de montar una capacidad anticancerígena, pero que tiene una capacidad preventiva muy interesante y que podemos aprovechar como un superalimento que es el aceite de oliva”, subrayó.
Javier A. Menéndez aseguró que, a partir de ahora, “tenemos que conseguir que esa molécula, que el grupo de Antonio ha purificado y nosotros hemos caracterizado y descubierto, que tiene una actividad antitumoral en el laboratorio, con animales, donde inyectamos tumores, puede llevarse a los humanos. Lo que sabemos es que este tipo de moléculas son inestables, que es muy difícil que tenga una vida muy larga en los pacientes. Y como investigadores, lo que nos toca ahora, es una labor dura, de años, para conseguir que esas moléculas las mimeticemos, generemos moléculas nuevas, más estables, que recapitulen toda la actividad que hemos visto en una molécula natural”. Menéndez apuntó que, en los últimos años se sabe “que en un tumor, no todas las células tumorales son capaces de iniciar ese tumor; no todas las células son capaces de iniciar una metástasis. Son unas pequeñas poblaciones de células, que llamamos las células madres tumorales. Si consiguiéramos eliminarlas, es muy posible que pudiéramos controlar la enfermedad mucho mejor. El problema es que esas células no responden a ningún fármacos. Hemos descubierto, de manera paradójica, que esta molécula presente de forma natural en el aceite de oliva extra es capaz es decir a esas células madre tumorales por qué no cambias tu identidad y te vuelves normal. Lo que les hace es cambiarles el metabolismo, sus instrucciones genéticas. Al hacer esto la célula sigue viva, pero es incapaz de iniciar el tumor”.
Foto: Un momento de la entrega del Premio en el Castillo de Canena.
(Vicerrectorado de Comunicación y Proyección Institucional de la UJA (C.Q.R.)