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Hace unos días se ha hecho pública la noticia de que la Junta de Andalucía y su delegación provincial de Salud en Jaén van a hacer una apuesta por un nuevo modelo hospitalario. Si en distintas ocasiones hemos formulado reproches al sistema actual, y de vez en cuando, algún elogio siempre que hemos visto aspectos positivos, en este caso nos llama la atención que se pretenda abrir un proceso de participación social para mejorar la asistencia sanitaria. Supongo que esta propuesta no ha nacido por generación espontánea y que habrá que agradecerlo y mucho a las movilizaciones que se han producido en el sector de la sanidad, la última ocasión con un amplio respaldo ciudadano, porque la salud es algo que nos interesa a todos sin distinción.

El trabajo de las plataformas no cae en saco roto, puede que a veces no sea muy visible, pero la política no puede hacer oídos sordos al ruido de la gente, sobre todo cuando es atronador. En la sanidad jienense hay cosas que funcionan bien y hay también un amplio margen de mejora, y no me refiero solo a la situación tercermundista de las habitaciones con tres camas, que es lo que más daña a la vista en los tiempos en que estamos, o las quejas por el funcionamiento de las urgencias, que son aspectos muy visibles para el público en general, sino que hay bastantes elementos que requieren de una estrategia que permita avanzar y demostrar que en Jaén también estamos en el siglo XXI y que los recursos hay que adaptarlos a la modernidad, también en sistemas operativos y sobre todo en calidad.

En definitiva, me agrada que la Delegación de Salud, y su responsable en Jaén, Teresa Vega, junto con los directivos del Complejo Hospitalario, con el aval de la Escuela Andaluza de Salud Pública, hayan anunciado un nuevo modelo hospitalario para la ciudad de Jaén, con un proceso de participación social amplio, que me parece de lo más novedoso y elogiable, porque para definir el nuevo modelo de atención hospitalaria en la capital de cara a los próximos años y las estrategias que se tienen que desarrollar en el Complejo Hospitalario como centro de referencia provincial, y de cara a la planificación de los recursos que sean necesarios, se va a consultar a los colegios profesionales y a colectivos sanitarios y ciudadanos, asociaciones de pacientes, así como a la Universidad, tal como se ha informado ya al Consejo Asesor de Gestión Clínica del Complejo, todo ello con la pretensión de utilizar todas las conclusiones que se saquen de esta ambiciosa consulta, en el establecimiento efectivo de un modelo innovador, que venga a satisfacer las expectativas de los ciudadanos y profesionales, y, como se ha dicho en la presentación de esta iniciativa, para ligar los problemas actuales con las tendencias y cambios sociales, demográficos y de morbilidad, incorporando los recursos tecnológicos en el ámbito de la Medicina.

Para poder extraer resultados de esta participación social que se requiere se han previsto foros, entrevistas con los agentes que se consideran clave, al tiempo que se prevé la puesta en marcha de un canal de participación virtual. Habrá dos actuaciones en paralelo, a nivel interno, con la presencia activa de los grupos de mejora, sindicatos, sociedades científicas y colegios profesionales, y en el ámbito externo, con la opinión de grupos políticos, asociaciones de pacientes y vecinales, empresarios y Universidad. Se van a definir retos y estrategias y, en definitiva, de este plan, saldrá un modelo de atención hospitalaria que va a ser el resultado de un trabajo que se ha programado para seis meses. El objetivo final, como ha señalado el director del Complejo Hospitalario, José Luis Salcedo, no es otro que adaptar la cartera de servicios a la demanda de los usuarios.

Por lo menos como idea me parece constructiva, cosa distinta será la aplicación que en su día se haga y si se siguen al pie de la letra las sugerencias que se hagan para cambiar el actual modelo hasta otro más satisfactorio y al gusto de la población. Insisto en que no se trata solo de la tercera cama, aunque celebraremos el día, parece que ya inmediato, en que se destierre esta imagen tan antigua y deplorable, sino que lo que esperamos es que, ya que se adopta una medida tan ambiciosa como la que reseñamos, sea para comprometerse con lo que la sociedad jienense demande.

La plataforma por la sanidad ya ha dicho que espera que no se trate de un “lavado de cara”. Nosotros deseamos que no sea un brindis al sol ni una medida electoralista cuando se van acercando las elecciones autonómicas y hay que cambiar los esquemas. Por lo pronto repito que es un compromiso por el que felicitar a quienes lo han promovido, que han tomado nota del clamor de la calle. Añadiré algo más de justicia, las críticas, muchas de ellas razonables, hacia el actual sistema, no pueden ni deben empañar el crédito de un Complejo Hospitalario de Jaén que tiene debilidades pero igualmente muchas fortalezas y unos medios que han ido a más en los últimos años y que en muchos ámbitos deben hacernos sentir orgullosos de esta infraestructura sanitaria.

No vamos a caer en el error de hacer una descalificación a la totalidad, aunque sea lo más fácil. Sin embargo estamos en un momento crítico para avanzar y exigir a la administración sanitaria una adecuación de los medios materiales y humanos a las demandas de una población a la altura del año 2017 en que nos encontramos.  Una pregunta para terminar, ¿qué pasará si en este proceso participativo en marcha la primera exigencia es que la Junta responda a la vieja petición de la tan demandada Ciudad Sanitaria? De cualquier manera este es el camino para instaurar un nuevo modelo sanitario en Jaén. Así, sí. 

Foto: Uno de los accesos al Complejo Hospitalario de Jaén.

 

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