Resultado de la votación, el esperado: 170 votos a favor de Mariano Rajoy; 180 en contra. Seis votos tienen la culpa de que en este momento no haya presidente del Gobierno. El viernes por la tarde habrá nueva votación y bastará una mayoría simple, más síes que noes, pero salvo un milagro de última hora tampoco es previsible que la investidura salga adelante. Con la votación han finalizado más de diez horas intensas de debate en el Congreso de los Diputados.
Como señalaba ayer el debate para la investidura de Mariano Rajoy no ha salido de lo previsible, y la prueba está en que esta tarde ha sido la votación y tras la misma la situación, lamentablemente para el país, sigue siendo la misma. Estas son en líneas generales, las impresiones que saco tras el paso por la tribuna de los diferentes líderes políticos:
1.-Pedro Sánchez, que fue el primero en hacer uso de la palabra, ha repetido todos los argumentos conocidos en la estrategia socialista en favor del ‘No es no’ para Rajoy. Como ha resumido muy bien mi admirado analista Enric Juliana, “se ha encadenado al no” mientras bastantes dirigentes de su partido le exigen una convocatoria del comité federal para volver a posicionarse, en su caso. Sánchez probablemente quiere que si hay que echar marcha atrás la decisión sea orgánica, del comité federal. El suyo ha sido un discurso bastante encorsetado, de poca frescura y previsible como es el propio Sánchez, aunque ha estado bien ordenado en los argumentos, pero sin aportar novedad alguna y sobre todo sin ofrecer ninguna salida al complicado panorama político. En resumen, intervención correcta pero en la que el resultado es que sigue manteniendo la ambigüedad, ni se ofrece para salir del atolladero ni es capaz de saltar al ruedo ofreciendo una alternativa, si es que la tiene. Hay quien defiende que la suya ha sido una moción de censura encubierta, pero no es posible considerarla tal si a la enfermedad no se le aplica la correspondiente medicina. Por cierto que los grupos nacionalistas le han hecho guiños al PSOE, pero aportan a sus propuestas hipotecas por las que Sánchez no podrá transigir.
2.-De lo mejor de la mañana ha sido el debate entre Rajoy e Iglesias, sobre todo tras la intervención inicial del líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, que ha sido un mitin infumable. De pronto ha aparecido el mejor Rajoy, luciéndose como buen parlamentario que es, con recursos dialécticos, con fina ironía, y el cara a cara ha despertado interés porque ha respondido a las expectativas. Iglesias se ha crecido y ha estado esta vez oportuno, cómodo y a la altura. Iglesias ha reconocido a Rajoy: “Me encanta debatir con usted”. Algo es algo. “¿Si no va a ser investido presidente, qué hacemos aquí?”, se preguntaba el líder de la nueva izquierda, al tiempo que enviaba un mensaje a los socialistas y en concreto a Sánchez: “Es hora de decidirse. Diga claramente a los españoles cuál es su apuesta”. Pues nada, como el que oye llover. Me opinión es que Iglesias, al menos esta vez, ha eclipsado a Sánchez.
3.-En nombre de las confluencias de Unidos Podemos, el catalán Domènech, ha tratado en su breve intervención de centrar el debate, resumiendo las tres alternativas que hay sobre la mesa: un gobierno del PP con el apoyo de Ciudadanos; un gobierno del PSOE con Unidos Podemos y sus confluencias; o las terceras elecciones. Ninguna de estas incógnitas se ha despejado.
4.-En este debate se ha hablado mucho de este país, de la España que va bien, según unos, y de la que va mal, según otros, incluso de la España “de los buenos” y de “los menos buenos”. En este sentido destaco la frase que Rajoy ha dirigido a Alberto Garzón, el líder de Izquierda Unida: “De vez en cuando hable usted bien de España, haga el favor”. Iglesias ha hablado también de España: “España somos los españoles, no los inversores ni los socios europeos”. Y la réplica de Rajoy: “España somos los pueblos, la gente, ustedes, nosotros, aunque seamos peores, todos somos España”.
5.-Albert Rivera ha estado bien, echando de vez en cuando un vistazo a los folios que llevaba, pero con una gran capacidad para la improvisación, en un tono de “Suaviter in modo, fortiter in re”, es decir, suave en las formas, pero duro en el fondo, ha hecho una defensa de los acuerdos con el PP, dejando entrever que para firmarlos han realizado un esfuerzo como el que en su día formularon con el PSOE, ya que la actual situación necesita, ha explicado, del entendimiento entre la vieja política y los nuevos partidos. Rivera ha dicho también que los ciudadanos no se equivocan, que los que se equivocan son “los que piensan en intereses de partido o personales”. Con un claro destinatario. Finalmente, tras recordar que frente al triunfalismo del PP, España está a la cabeza del paro en Europa o del fracaso escolar, con lo que ha marcado diferencias con sus socios en este momento, ha apostado por un país “con riesgos, pero con muchas oportunidades”, donde hay que hablar de soluciones y no de problemas o del “y tú mas”. Ha sido especialmente crítico con Unidos Podemos, sobre todo cuando ha dicho, dirigiéndose a Pablo Iglesias, que “yo sé que usted es más partidario de hombres de estado como Otegi. Yo soy partidario de hombres de estado como Suárez”. Una directa con metralla, y no fue la única.
7.-Por supuesto que se ha hablado de corrupción, a mi juicio menos de lo que se corresponde con la gravedad de uno de los grandes males de la nación, y el PP sabe mucho de ello. Rajoy ha salido al paso de algunas acusaciones, por ejemplo del propio Sánchez, pero ni ha ahondado en las culpas propias, ni siquiera se ha referido a las ajenas como podía esperarse. Ha debido creer que mejor pasar página. Más contundente ha sido Mariano Rajoy con el llamado “problema catalán” y en parte el vasco, respondiendo a las duras afirmaciones del catalán Tardá, de ERC, que ha anunciado la próxima llegada, contra viento y marea, de la República catalana, frente al discurso inamovible de Rajoy en favor de la unidad de España y la defensa de la Constitución, como también ha replicado a otro catalán de contrastada tendencia independentista, el señor Homs. Un problema de calado que necesita un gobierno fuerte que le dé debida respuesta, en su caso.
8.-Al final del debate y tras las intervenciones de los grupos minoritarios, una tarde un tanto aburrida y monótona, salvo excepciones muy puntuales, ha hecho uso de la palabra el portavoz popular Rafael Hernando, en defensa de las posiciones de su partido, en un tono menos conciliador que el de Rajoy, supongo que para elevar la moral de su electorado y simpatizantes, y ha utilizado su habitual y característico estilo provocador, un tanto deslenguado y atrevido, que no se ha ahorrado adjetivos para los partidarios del no, en especial dedicados a Sánchez, por cierto ausente gran parte de la tarde de la Cámara, algo poco entendible, y a Iglesias, además de a los grupos independentistas a los que acusó de amenazar y coaccionar constantemente al Estado.
9.-En resumen, frustrado intento de investidura de un Rajoy que me ha causado buena impresión en el conjunto de sus intervenciones. Ayer estuvo plomizo, aburrido y flojo, pero hoy le he visto combativo, con recursos, manejando el parlamentarismo con bastante aplomo y buena oratoria. Creo que el problema de Rajoy en este debate han sido los asesores que le escriben sus discursos, cuando es él mismo tiene más mordiente y en momentos llega a ser incluso brillante, se lo tengo que reconocer.
Al final nadie quiere elecciones, por lo que se ha repetido insistentemente, pero una vez más los hechos políticos contradicen a las intenciones. Por sus hechos les conoceréis. Y los hechos de lo que hablan es de la prórroga de la situación de desgobierno sin que parezcan importar mucho las tremendas consecuencias que se puedan derivar. Nadie es responsable, pero todos lo son.
Fotos:
Mariano Rajoy no ha logrado la investidura en la primera convocatoria donde necesitaba mayoría absoluta.