Skip to main content

Por ANTONIO GARRIDO / El secretario general del PSOE en la provincia, Francisco Reyes Martínez, que lo es desde el año 2010, anuncia su retirada de este cargo, aunque seguirá al frente de la Diputación Provincial, donde lleva desde 2011 hasta cumplir el actual mandato, que expira con las elecciones locales de 2027. Es un proceso de jubilación controlado, una retirada en diferido. No es la primera vez que Reyes anuncia su intención de abandonar, tal vez reflexionando sobre una trayectoria demasiado larga, pero hace como un par de años, en pleno proceso de frustración de la provincia con el Colce, surgió el ofrecimiento del Centro de Desarrollo y Experimentación, Cetedex, y tras tantos desaires de su propio gobierno, tanto en Madrid como en Andalucía, al fin se le presentaba una buena nueva para la capital pero que puede ejercer influencia en todo el territorio, de manera especial en el área metropolitana. No es el Plan Colce, que el gobierno de España regaló a Córdoba, con el dedazo de Carmen Calvo y la complicidad de Sánchez, Montero y compañía, por cierto, qué causalidad, se cumplen hoy mismo cuatro años, maldita hemeroteca, que se conoció el fatal desenlace para Jaén al informar el Ministerio de Defensa que Córdoba era la elegida para el Proyecto Tecnológico de la Base Logística del Ejército de Tierra, y se derrumbaron tantas expectativas y trabajo previo, quedó defraudada la ilusión colectiva, el resto es suficientemente conocido por los jienenses, y tal vez conviene no olvidarlo, aunque nos hayamos resignado, el sino de Jaén desde siempre, y Reyes el primero, aunque coge ánimo al ver que Defensa se ha tomado gran interés y se empiezan a ver los frutos, tanto es así que hoy mismo, en un viaje a Madrid de una representación jienense, han sido informados de que gracias al Cetedex se va a instalar en Jaén una empresa del Grupo SAPA Placencia, ligada precisamente al sector de la defensa, que proyecta emplear a más de medio centenar de trabajadores e impulsar proyectos y probar tecnologías de movilidad y conducción autónoma y remota. Suma y sigue.

Desde este punto de vista el de hoy es un buen día para seguir construyendo un mejor futuro que sacie las aspiraciones de la capitalidad. Y es bastante probable que a la sombra del Cetedex vayan surgiendo más empresas. Reyes, que naturalmente hubiera apostado por un mayor compromiso, sobre todo en el ámbito de las comunicaciones, porque llevamos muchos años reivindicando un tren digno, es de los que piensan que estamos en el umbral del mejor tiempo posible, y aunque en la sociedad jienense ha cundido el pesimismo, fracaso tras fracaso, hoy se nos trata de convencer desde el poder de que los astros están alineados y que es la hora de Jaén. Otra vez, y van…A eso se agarra Reyes como un clavo ardiendo y es el motivo por el que se le ve totalmente involucrado y quiere ver el milagro Cetedex antes de retirarse de la política activa, porque en 2027 ya estará en edad de jubilación, 65 años.

“Creo que es el momento de un relevo en la secretaría general del PSOE de Jaén”, ha reconocido Francisco Reyes. Me parece que es el político en activo de la provincia con más trienios, baste decir que llegó al Ayuntamiento de Bedmar como concejal en 1987 y desde entonces ha ido creciendo en responsabilidades orgánicas e institucionales, alcalde de su pueblo, diputado a Cortes, delegado del Gobierno de la Junta y presidente de la Diputación, entre los más destacados, y la misma trayectoria en el PSOE, de la mano de su mentor Gaspar Zarrías, del que heredó el virreinato. Casi cuarenta años dedicado a la política, que cumplirá en 2027, demasiado tiempo, de hecho pudo ejercer muy poco de maestro de escuela, para lo que se formó. Del legado de Zarrías se quedó con lo mejor, su conocimiento profundo de la provincia, que esto es incontestable, porque se pueden cuestionar muchas cosas de todos estos años, pero los perfiles pollíticos de Zarrías y de Reyes han estado muy por encima de la media. Cuestión diferente son los resultados. Trataron de imitarlos, sin éxito, políticos populares como Fernández de Moya, y últimamente Erik Domínguez, obsesionado por conquistar la Diputación, y es posible que en los próximos comicios tenga mayores posibilidades si Reyes se apea de la carrera electoral, como parece lógico que ocurra.

El caso es que el político bedmareño, siquiera sea por el protagonismo de varias décadas, se ha convertido en un personaje singular, con muchos adeptos y también con numerosos críticos, no hay más que seguir las redes sociales, aunque en ellas también se cuela mucha basura y hay quienes no perdonan a Reyes su propia biografía. Objetivamente no se le puede negar su trabajo y su dedicación. La principal crítica que se le puede hacer se corresponde con la actuación del PSOE, partido hegemónico durante muchos años en la provincia, que a pesar de su peso político, o al menos eso hemos creído, no logró para el territorio tantos proyectos como hizo creer a sus votantes y a la sociedad en general. Lo que el socialismo ha dado a Jaén no se corresponde con el capital otorgado por la provincia en votos, tal vez por eso el secretario general quiere quedarse un poco más para saborear las buenas nuevas. Si se termina el Cetedex y todo lo que lleva aparejado y al fin, aunque sea gracias a que Jaén Merece Más está por medio y lo va a exigir en cada momento, llegamos a tener pronto un tren digno del siglo XXI y de Jaén, Reyes se podrá jubilar no sintiéndose del todo víctima del fracaso, de la derrota.

Por lo que se refiere a la tarea gestora al frente de la Diputación Provincial durante su etapa, también en la anterior de Felipe López, por no remontarnos ahora más lejos, pero sobre todo a la ‘era Reyes’, su principal escaparate, con independencia de que hay actuaciones mejores y peores, todo es absolutamente discutible, no tengo la menor duda al afirmar que se trata de la única administración, la única, lo repito, que contra viento y marea ha actuado y lo sigue haciendo con decisión en favor del territorio y no reconocerlo es negar la evidencia. Creo que ni siquiera es necesario dar cuenta de algunas de sus actuaciones, pero desde la Feria de los Pueblos a la promoción del turismo en la provincia, al Plan Estratégico, pasando por el valor añadido que dispensa a la calidad del aceite de oliva, al patrimonio monumental y natural, sin olvidar el compromiso con la cultura y el deporte (Palacio Olivo Arena, por ejemplo) y a la lucha activa contra el desempleo, incluso actuando muy por encima de sus competencias, hay toda una labor en la que se le debe reconocer, además de una buena administración de los recursos económicos, muy importante, nada que ver con la otra casa casi vecina, que se ha convertido, como vengo manteniendo, junto con la Universidad y la Caja Rural, en las tres patas en las que descansa la credibilidad y la confianza de la provincia.

En su condición de secretario general de los socialistas jienenses y con notable peso en el partido en Andalucía, en un proceso congresual en marcha, parece que toca un relevo generacional, aunque la señora Montero no sea precisamente el mejor ejemplo, los políticos deben ser conscientes, en realidad todos los cargos de responsabilidad, que como la propia vida, todo tiene un principio y un final, por lo que en el caso de Jaén toca cambiar de aires, también por higiene democrática, nadie se puede ni se debe perpetuar en los cargos. Francisco Reyes, además de declarar que es el momento de un relevo en la secretaría provincial socialista, ha añadido la coletilla de que no se presentará a la reelección “si hay unidad”. Ignoro si debe entenderse que en el caso de que no exista esa unidad en el partido optaría por seguir postulándose. Si se toma el pulso al PSOE jienense, lo normal es que se reconozca el esfuerzo de Reyes, pero también que sea casi un clamor la necesidad del cambio, es lo normal. ¿Y si no hay unidad? Ya se sabe lo que ocurrió en el anterior congreso, donde previamente hubo una movida que se pudo acallar de aquella manera, colocando de vicesecretario a un alcalde, el de Marmolejo, cargo que en realidad no llegó a ocupar. Una crisis que se cerró en falso y se volvió a la normalidad o a la normalidad impostada.

En este momento ya se sabe que el candidato oficialista es Juan Latorre, persona bien considerada en el partido, pero por lo que he leído también va a estar en línea de salida Ángelez Férriz, que goza de la simpatía muy extendida, tanto por su trayectoria como también por su labor como parlamentaria, por lo que de no haber consenso previo puede existir pugna, y ¿qué hará Reyes ante esa situación, si se da el caso? Por otra parte no puede ignorarse que existe química entre la nueva secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, y Ángeles Férriz, así es que o este panorama se despeja pronto o conflicto habemus. Menos mal que esta vez no aparece en escena Juan Francisco Serrano, el paisano y discípulo de Reyes, que viene siendo el comodín para cualquier destino, porque donde parece que él quiere seguir haciendo su carrera política es en Madrid.   

Resumiendo, que sí, que a la política debería irse con fecha de caducidad, que casi cuarenta años son demasiados y que, aunque sea en diferido, hace muy bien Francisco Reyes en ir apurando sus mandatos, tratar de acelerar proyectos para esta provincia, de manera que los jienenses, y no solo los que le votaron, se queden con lo bueno del poder en sus manos. Reyes repite, en realidad como todos, que para el PSOE Jaén es lo primero y así debería ser en respuesta al que sigue siendo un importante granero de votos, aunque el PP le pisa ya los talones. La Diputación sola no puede cargar con el impulso que necesita Jaén, aunque se ha implicado, en etapas socialistas al frente de la Alcaldía, como ahora, en la batalla de la capital y también se le nota a Reyes su síndrome de alcalde. En etapas del PP no ha sido lo mismo, pero no siempre por culpa de la administración de la Plaza de San Francisco. Ahora que Reyes es aún, ya por poco tiempo, especie de capitán general con mando en plaza, tiene obligación de exigir hasta desgañitarse, porque hasta ahora los presupuestos de Madrid han sido no mezquinos sino irrisorios. Está a tiempo antes de su despedida de no plegarse ni convertirse en garante subsidiario de la política que no nos ayude a converger y después de cuarenta años no debería pasar a la historia como un nombre más y sonoro de la frustración socialista en una provincia que tanta ayuda necesita. Creo en su buena voluntad de querer irse sin remordimiento, por eso hay que instarle a meter la directa.

Dejar un comentario