Por ANTONIO GARRIDO / La UJA no se toca y a pesar de las adversidades, sobre todo de tipo económico, por los incumplimientos de la Junta con el Modelo de Financiación y el resto de los acuerdos sobrevenidos en el consenso firmado y publicado en el BOJA entre rectores y Consejería de Universidades, la realidad de los hechos es que hasta el momento se trata de papel mojado, que la relación de los rectores y rectora de las universidades públicas con la Consejería es pésima, creo que la peor en mucho tiempo y que este panorama inédito debe saltar por algún lado, o se aviene el consejero a negociar pero no con promesas sino con realidades, o tiene que intervenir el presidente, que no respondió a la llamada de los rectores, que resulta poco entendible, dicho sea de paso, o si no hay otra vía, es bastante probable que el asunto haya de pasar a los tribunales de justicia, porque al menos el Modelo de Financiación en sí mismo, tiene todas las bendiciones legales y en consecuencia ha de cumplirse, por las buenas o por las malas. Difícil papeleta también para el consejero José Carlos Gómez Villamandos, cuya gestión se va prolongando, aunque su buenismo, encanto personal, reconocida empatía y diplomacia, todo junto y además reconocido por propios y extraños, vayan perdiendo enteros a velocidad de vértigo, porque las situaciones no pueden eternizarse y los compromisos que se adquieren, antes o después hay que cumplirlos, al final siempre llega la hora de la verdad y es en ella donde se demuestra la verdadera responsabilidad que asumen los políticos y las instituciones a las que representan, porque de cara a los rectores, dejan a las universidades públicas en un mal lugar, negándoles lo que está escrito y firmado, excuso decir lo que era voluntad expresa, lo que antes se trataba de pacto entre caballeros que valía más que una firma ante notario, donde dijo digo…
Esta es la Espada de Damocles que pende sobre la Universidad de Jaén que, contra viento y marea, sigue obteniendo resultados satisfactorios a su gestión, fruto de una labor perseverante en muchos ámbitos, de hecho hoy mismo se ha conocido la buenísima noticia de que la UJA es valorada nada menos que como la mejor universidad española en educación e investigación en Sostenibilidad Ambiental, según recoge el UIGreenMetric World University Ranlings 2024, en el que de forma global la Universidad de Jaén se sitúa en el puesto 409 a nivel internacional y estamos hablando de que han tomado parte para esa clasificación nada menos que 1.477 universidades de los cinco continentes. Seguro que durante los próximos meses nos llegarán nuevos mensajes del papel de una institución tan joven como la nuestra y su proyección internacional, y es penoso que en estas circunstancias tan favorables en el ámbito académico y de imagen, en una cuestión tan importante como es la financiera, porque de ella depende el crecimiento, la expansión y los objetivos a medio y largo plazo para servir mejor a los intereses del territorio, el gobierno andaluz no haya entendido aún el mensaje que le trasladan los rectores sobre la vitalidad que debe presidir el funcionamiento económico de las universidades públicas y estén a expensas poco menos que de la generosidad o de arañar fondos de otras partidas. Siento decirlo, pero esto no es apostar por lo público, y conste que entiendo la lógica de que el dinero no es ilimitado, naturalmente existe un presupuesto, pero es el gobierno asumiendo su responsabilidad el que tiene que quitar y poner, teniendo cuidado de no causar daño a atenciones irrenunciables, y esta lo es, como lo son, por ejemplo, la sanidad o la educación, sin desmerecer al resto.
Pero si esto es así, aunque cueste creerlo, en el caso de Jaén es más grave todavía, porque a los compromisos formales del Modelo de Financiación, por ahora simple papel mojado, se une el hecho de que la UJA sigue atada a lo que queda del polémico ‘Modelo Velasco’, que era casi como un acta de defunción de todos los planes de futuro, porque sencillamente en el aspecto económico establecía rangos para las universidades y en nuestro caso la Junta, esa que viene de vez en cuando para regalarnos los oídos y decir lo mucho que nos quiere, nos situaba en un segundo o tercer nivel. Aquello pasó, al menos el objetivo del anterior consejero que a Dios gracias fue relevado, pero la duda está en si solo hubo cambio de titular para mantener, en mayor o menor medida, la misma filosofía, porque los devastadores efectos causados sobre la UJA no se han resuelto, eso sí, estaban en la agenda, pero nos estamos cansando de tan prolongada espera. Y don sin din, fracaso espectacular e inquietud constante de los responsables de la UJA que en vez de centrarse en la ilusionante tarea que tienen por delante, han de dedicar sus esfuerzos en luchar contra la adversidad, constatando que no salen las cuentas y que quienes tienen en sus manos las soluciones dilatan cualquier respuesta satisfactoria al clamoroso SOS.
No puede extrañar en tales circunstancias que se reactive la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad de Jaén y que une su esfuerzo al de la propia UJA y su rector para exigirle a la Junta que se ocupe y preocupe del futuro de las universidades, que se pone en serio peligro, pero sobre todo hay un objetivo irrenunciable que es el de no dejar sola ni un instante a nuestra UJA. Los de siempre se van a defender con el ataque, esto es política, pero en mi caso y solo puedo responder de mi conducta, no ha nacido a día de hoy el partido que pueda poseer autoridad para mover mi voluntad inequívoca al servicio de mi tierra, y desde hace muchos años, es decir, desde su propia creación, tengo el convencimiento de que es la única que nos puede cambiar, aunque se necesita tiempo, mental y materialmente, y en ello empeña a diario su compromiso. Claro y transparente como el agua, la UJA no se toca. Y hacerle daño es jugar con el futuro de Jaén y de los jienenses. Aviso a navegantes, no lo vamos a consentir.