Me encuentro entre los jienenses tremendamente molestos, en realidad indignado, porque en el centro escolar resultante de la fusión de los colegios Peñamefécit y Ramón Calatayud, se haya decidido sustituir, al parecer a petición del consejo escolar, el nombre del exalcalde de la ciudad, por el del atleta paralímpico Antonio Prieto, medalla de oro de Andalucía en 1997 y deportista que sin duda se merece todos los honores, pero no a cambio de sustituir a la otra persona.
Lo puedo explicar, conocí en 1973, ya en su última etapa, a Ramón Calatayud Sierra, que en el año 1967, hace ahora medio siglo, llegaba a la Alcaldía de Jaén, desde la que realizó una grandísima labor y se ganó el aprecio y el reconocimiento de la inmensa mayoría de la ciudad. En las páginas de ABC de Sevilla, el periodista Javier López ha recordado ahora la labor de este regidor, entre otras su actuación decidida en pro de la infraestructura educativa de la capital, que le valió el reconocimiento público con que en su día fue distinguido. Es un mal ejemplo que el nombre de este ilustre hijo de Jaén desaparezca de un centro de referencia en uno de los barrios por los que más se preocupó.
Ramón Calatayud Sierra (Jaén, 1918-1999) fue uno de los hombres más representativos durante más de 50 años de la vida de Jaén. Hizo sus estudios en el colegio de los Maristas y en el Instituto de Enseñanza Media y San Agustín. Ingeniero Técnico Industrial, tuvo otros estudios en el campo de la electrónica y fue técnico en relaciones públicas. Fue un destacado empresario y estuvo inmerso en diversas instituciones. Concejal y alcalde accidental desde 1951 hasta 1957 sería regidor de la ciudad durante siete años entre 1967 y 1974. Impulsó importantes obras en la ciudad, entre ellas el Gran Eje.
Tuvo, además, una amplia e intensa vida representativa. Hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno El Abuelo y de la Cofradía de la Virgen de la Capilla, patrona de Jaén. Fue también presidente de la Agrupación de Cofradías durante 12 años. Fue procurador en Cortes y recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio por su labor en pro de los centros docentes de la capital.
Cooperó con todo tipo de asociaciones culturales y benéficas. Dio impulso a las fiestas taurinas de Jaén y, en lo deportivo, presidió al Real Jaén al que llevó a la Primera División. Encarnó en su vida los valores más tradicionales de Jaén y fue un adelantado en obras para la ciudad a la que sirvió con los mejores afanes. Gozó siempre de una gran popularidad.
Hace unos años, en la etapa de Carmen Peñalver, cuando el concejal José Montané emprendió una campaña para sustituir muchos nombres del callejero de la ciudad, también sonó la alarma, porque junto a nombres de los que se podía prescindir, porque no aportaban nada sobre la identidad de Jaén, se pretendió quitar su calle a Juan Pablo Gutiérrez Higueras, que era también otra injusticia enorme, propiciada por desconocedores de la historia del pueblo jienense. Por fortuna se consiguió frenar aquel propósito porque Gutiérrez Higueras hizo muchas cosas y todas ellas fueron para engrandecer a la ciudad de Jaén.
Es el mismo caso de Ramón Calatayud, un regidor que se dejó la piel por su ciudad, y que puso siempre por delante los intereses de Jaén. La implicación de este empresario y político en la vida social, le granjearon el cariño para siempre y no puede entenderse que las autoridades, con desconocimiento y desprecio a la historia de esta población, acepten resignadamente que se maltrate el recuerdo de un hombre que con sus defectos y sus virtudes, forma parte de la nómina de los jienenses de pro.
Entiendo que el consejo escolar del centro no ha obrado con mala fe, así quiero pensarlo, y que se ha dejado influenciar por el tiempo transcurrido, y a lo mejor alguien ha pasado que se trataba simplemente de una herencia franquista más. No se debe perpetrar, si aún es posible evitarlo, este agravio, y si ya fuera irremediable, el Ayuntamiento de Jaén debería tomar la iniciativa y colocar su nombre con todos los honores en el callejero de la ciudad, cuando se cumplen 18 años de su fallecimiento. En cuanto al atleta paralímpico Antonio Prieto, no por ello debe verse afectado negativamente y, por su trayectoria, si no es el nombre del centro no deben faltar espacios o instalaciones deportivas donde se le pueda honrar dignamente.
Una ciudad tiene la obligación de regirse por el respeto a las personas y en el caso que nos ocupa, a la memoria de uno de los grandes alcaldes de Jaén en más de medio siglo. Rectificar es de sabios, háganlo.
Fotos: Imagen de la fachada del colegio “Ramón Calatayud”, publicada en ABC de Sevilla, y una foto de archivo del recordado exalcalde de Jaén.