Por MARTÍN LORENZO PAREDES APARICIO / Joaquín Fabrellas, Jaén, 1975. Premio Ópera Prima de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos por su primer libro de relatos ´´Césped Seco´´ y autor de la novela El Imposible Lenguaje de la Noche. Es un autor que mezcla literatura, ensayo, imaginación, investigación académica… y así se refleja en su nuevo libro de relatos cortos Blurb, en el que nos muestra las diferentes encrucijadas del lenguaje escrito.
Insignes de nuestras letras, como su admirado Ferrer Lerín, o su maestro Damiani encuentran dificultades para poder asociar a Fabrellas con una escuela o movimiento literario.
Joaquín Fabrellas es un escritor de sueños, fundamentalmente propios. El autor, casi siempre, construye su literatura confundiendo la realidad con la ensoñación.
Blurb está compuesto por una colección de relatos que, de forma general, podríamos calificar como autobiográficos y distópicos, cargados de un sentido del humor que se combinan con lo absurdo. Es Blurb, la literatura que no fue, pues el lector tiene que ser muy ávido, para adivinar una serie de relatos que quisieron ser el armazón de una novela que, finalmente no nació. Fabrellas, pues, como su admirado Foster Wallace renace de una literatura del fracaso.
En estos relatos, el autor nos invita a la reflexión y a la autocrítica, afeándonos la situación de autocomplacencia en la que nos hemos instalado.
Joaquín es un dominador, un maestro en la construcción del relato, de la historia, por lo que siempre acierta con el hilo narrativo. La conducción de los hechos es semejante a la armonía que crearía un gran director de orquesta.
Fabrellas no se deja embaucar por la retórica. Por lo que sus relatos beben del estilo directo de la lengua anglosajona.
En todas sus distopías, casi siempre, lanza un mensaje de aviso y de esperanza. Nos encomienda a una reconducción de nuestro comportamiento.
Nuestro autor siguiendo la máxima latina ¨Praemonitus, Praemunitus¨, nos alerta sobre el camino tan terrible que puede seguir nuestra sociedad. Apremiándonos a condenar todo tipo de totalitarismo, abuso de poder… El autor, con su mensaje orweliano, avisa de que la historia se puede repetir.
Enumerar todos los temas que abarcan los relatos que vemos en el libro, quizá, puede sonar a tópico. Sin embargo, hay que destacar aquellas historias en las que los protagonistas son escritores o poetas. Al igual que Unamuno jugó con la vida de sus personajes, dando lugar a lo que él llamó ¨Intrahistoria¨, Fabrellas, a través de su imaginación siempre apoyada en un gran rigor histórico, crea lo que podíamos denominar como ¨Intraliteratura¨ cuya finalidad es explorar todas las situaciones personales que el autor vivió. Y esto lo hace Joaquín conociendo a la perfección toda la obra literaria de los autores que cita.
Desde lo absurdo y farragoso, a la manera de Damiani, de Lerín, de Borges, de Foster Wallace, Joaquín Fabrellas consigue convertir sus historias en alta literatura.
Relatos, como ¨La ciudad soñada¨ es un ejemplo, una metáfora perfecta de la creación literaria que, al final, siempre acaba con el autor, sumiéndolo en un mutismo que puede ser eterno, condenándolo a no crear más.
Llama poderosamente la atención otro relato denominado ´´Nichos´´ en el que Joaquín Fabrellas evoca poéticamente el recuerdo lejano que le contaron pero que no vivió. Sintiéndose en deuda con aquellos familiares que le precedieron. Inmortalizándolos en su literatura, cuando dice: ´´De ella recuerdo tan solo su cara de tristeza enterrada. Su mecedora moviéndose porque ayudaba a mitigar el dolor y los besos con lunar peludo de sus labios lacios. La muerte no estará cuando la busque´´.
Y para finalizar este tríptico anunciador de lo que nos podemos encontrar en Blurb, es necesario nombrar el relato que se llama ´´Nora¨ escrito brillantemente sin signos de puntuación, aquí el autor se apoya en la entonación para construir una historia sorprendente.
Javier Cercas dijo hace poco tiempo que la buena literatura no necesariamente tiene que ser minoritaria, y ciertamente lleva razón, Sin embargo, yo digo que algunos escritores, como Fabrellas, sentará las bases de una literatura que sólo podrá ser leída por una selecta minoría.
Foto: Joaquín Fabrellas.