BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / «Del fanatismo a la barbarie hay un solo paso» (Denis Diderot). Muy acertada frase de una figura destacada de la Ilustración, como escritor y filósofo, que podemos aplicar a los conflictos que asolan el mundo, que pisotean los derechos humanos en una comunidad internacional con increíbles muestras de pasividad. Por lo que respecta al infierno que se está viviendo en la Franja de Gaza y que entra todos los días en nuestras casas por medio de la televisión, es una consecuencia más de un viejo desencuentro con tintes dramáticos, y que ahora ha retornado con nuevos argumentos y la fuerza de la sinrazón. Lo peor es que no se atisba ninguna salida más que el horror. «La guerra es el infierno», dijo en su día un famoso general estadounidense, familiarizado con este horror, William Tecumseh Sherman. Cuando interviene el integrismo, del tipo que sea, echar el freno es prácticamente imposible. Lo dice bien el historiador holandés Pieter Geyl: «Las guerras suelen tener el efecto de acelerar el proceso de la historia», y es así, los conflictos siempre han estado presentes a lo largo de la historia, el ser humano parece haber deseado siempre alcanzar el poder por la fuerza». Otra expresión que viene al caso corresponde al escritor y periodista Ernest Hemingway: «Una vez que tenemos una guerra, sólo hay una cosa que hacer. Hay que ganarla. La derrota trae peores cosas que las que pudieran ocurrir en la guerra». Cierto, durante los conflictos bélicos las partes sufren pérdidas irrecuperables. Y el también escritor Mark Twain nos sitúa ante otra realidad: «La guerra es lo que ocurre cuando fracasa el lenguaje», porque la paz depende del enfrentamiento entre personas que claramente no quieren entenderse. También es recordada una frase muy elocuente del político cordobés Julio Anguita: «Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen». La guerra únicamente trae espanto, sangre derramada y pone en riesgo, como lo está ahora, la paz mundial. Al final encontrarán expresiones de Miguel Hernández, sus famosas Tristes, tristes guerras. Pero como corolario me quedo con una frase definitoria de esta cruel realidad de todos los tiempos, y es que, en palabras del Papa Juan Pablo II «la guerra es una derrota para la humanidad»…Cambiando de registro. “La paciencia no es la solamente la capacidad de esperar, es cómo nos comportamos mientras esperamos” (Joyce Meyer). Como nos indica la autora, tan importante es saber esperar como adoptar una actitud responsable de comportamiento cada uno para no empeorar las consecuencias. Lo diré mejor ayudado por una luminosa frase del novelista Marcel Proust: “Trata de mantener siempre un trozo de cielo azul encima de la cabeza”, que viene a decir que mejor mirar, mientras llega otra oportunidad, el lado positivo de la vida y aferrarse a él porque nos va mucho en ello…De vez en cuando me gusta incluir en este saludo matinal a algún político, más que por su condición ideológica, por los rasgos de su personalidad. Pues bien, tal día como hoy de 1925 nació Margaret Thachter, la que sería primera ministra británica entre 1979 y 1990 y que falleció hace diez años. Thatcher ha pasado a la historia con el apodo político de Iron Lady, Dama de Hierro. Fue una de las mujeres que más poder ostentó en la Europa contemporánea a lo largo de los once años que ocupó la jefatura del gobierno del Reino Unido. Su firmeza política, que acabaría convirtiéndola en un mito, fue reconocida tanto por sus conciudadanos y aliados occidentales como por sus enemigos del otro lado del Telón de Acero. La personalidad de Margaret Thatcher tuvo en la tensión entre los dos bloques el mejor entorno imaginable para brillar como una figura del mayor relieve internacional, irreductible en sus convicciones y decidida a defenderlas con una firmeza poco frecuente. La recordamos con estas expresiones de su autoría: “No conozco a nadie que haya llegado a la cima sin trabajo duro. Esa es la receta. No siempre te llevará a la cima, pero deberías acercarte mucho” y “Tengo la capacidad de una mujer para aferrarme a un trabajo y seguir adelante cuando todos los demás se marchan y lo dejan”…Asimismo un 13 de octubre, de 2016, nos dejaba el actor y escritor de teatro italiano Dario Fo, que fue Premio Nobel de Literatura en 1997. Situado en el entorno de la izquierda política italiana, es autor de ácidas sátiras, arremetiendo sin piedad contra el poder político, el capitalismo, la mafia e incluso el Vaticano. Le recordamos en estas sentencias: “La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos”, “Un pueblo que no tiene cultura, que no tiene tradiciones, que no tiene historia, es un pueblo vacío” y “Me indigna la gente que no se implica. Callar es una forma de colaborar”…Una cita de Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. El científico más conocido y popular del siglo XX es un prodigio en frases positivas e inspiradoras y esta es un buen ejemplo. La fuerza de la voluntad puede tener gran alcance y es posible invertirla, si así se quiere, en una variedad infinita de proyectos. El mismo autor acuñó esta otra frase también muy recurrente: “La vida es como montar en bicicleta, si quieres mantener el equilibrio no puedes parar”. Eso es, venga pedalear sin miedo, tratando de no caer, y en el caso de que esto ocurra, aprender la lección y levantarse con presteza para seguir en la ruta. El secreto consiste en eso, en quemar etapas y resistir sin rendirse, porque nos va la vida en ello…Una frase del novelista Miguel Delibes: “La máquina ha venido a calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón”…Ahora me quedo con Stephen Littleword, que recrea la estación en que nos encontramos: “Espero la llovizna del otoño, para esconderme entre las personas, en el gris de la ciudad y vivir de melancolía y recuerdos. El otoño permite cosas que en otras estaciones no son posibles”…Y una sentencia que se debería imitar: “Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”…Para final, una cita del admirado escritor uruguayo Eduardo Galeano: “De nuestros miedos nacen nuestros corajes, y en nuestras dudas viven nuestras certezas”.
TRISTES, TRISTES GUERRAS
Miguel Hernández
Tristes, tristes guerras
si no es de amor la empresa
Tristes, tristes armas
si no son las palabras
Tristes, tristes hombres
si no mueren de amores
El mar tiene sed y tiene
sed de ser agua la tierra.
Alarga la llama el odio
y el amor cierra las puertas.
Voces como lanzas vibran,
voces como bayonetas.
Bocas como puños vienen,
puños como cascos llegan.
Tristes, tristes guerras
si no es de amor la empresa.
Tristes, tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes hombres
si no mueren de amores.
La sangre enarbola el cuerpo,
precipita la cabeza
y busca un hueco, una herida
por donde lanzarse afuera.
La sangre recorre el mundo,
enjaulada, insatisfecha.
Las flores se desvanecen
devoradas por la hierba.