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Por ANTONIO GARRIDO / Me acaba de recordar facebook una imagen de hace un año por estas fechas, cuando se cumplían los cien primeros días del nuevo ayuntamiento surgido del acuerdo entre el Partido Popular y Jaén Merece Más y vino a bendecir la unión nada menos que el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, entonces estábamos aún en los días de vino y sosas. La foto ya no sería la misma, ha habido varias salidas y nadie es capaz de pronosticar si más pronto o más tarde en lo que aún resta de mandato pueda haber más deserciones. En el pleno del lunes el propio concejal socialista Francisco Lechuga confesó que en el pasado mandato estuvo a un paso de abandonar, nada que no se pueda entender, porque como bien dijo en su día Julio Millán el Ayuntamiento es como una silla eléctrica, no obstante en vez de criticar a los políticos tenemos que darles las gracias porque en un panorama de tanta dificultad sean capaces de poner en una balanza la voluntad de servir a los intereses de la ciudad. De manera especial hay que hacerlo con quienes tienen un medio de vida solvente y pese a ello afrontan el riesgo con todas sus consecuencias. Por lo pronto ha habido tres salidas, las de Erik Domínguez, presidente provincial del PP y diputado andaluz, cantada desde el primer momento cuando el PP no logró “tomar” la Diputación, y las otras dos no tan cantadas pero entendibles porque uno de ellos, Francisco Martínez Garvín, se vio totalmente superado por las circunstancias y era imposible en la práctica la elaboración de un presupuesto, como se había prometido.

En cuanto a Manuel Carlos Vallejo, el catedrático de la UJA metido a redentor, hasta hace poco primer teniente de alcalde por Jaén Merece Más, hubo un momento en el que se encontraba cómodo en su papel, o así me lo parece, pero prolongar la estancia por cuatro años en un Ayuntamiento que tiene muy poco remedio o ninguno, cuando posee una carrera universitaria relativamente cómoda, era exigirse demasiado. Jaén Merece Más le reconoció su esfuerzo y dedicación porque, en efecto, su reino no era de este mundo. Ahora, en el grupo de Jaén Merece Más, tras la entrada del arquitecto José María Cano Ayllón, me da la impresión de que hay más homogeneidad y sintonía, no digo que la relación entre los tres concejales fuera antes mala, porque sería incierto, pero ahora el trío Espejo, García y Cano constituyen una familia muy bien avenida, y esa es una garantía para su labor como socios de gobierno, desde una lealtad ligera de equipaje, ya lo vimos y escuchamos en el pleno del lunes, cuando Luis García denunció a diestro y siniestro el sistemático olvido de Jaén por los gobiernos. ¿Habrá más renuncias en el mandato? Tal y como veo el panorama parece que va a ser irremediable.

Hoy se ha presentado el programa ferial y María Espejo sigue dando la cara, esta concejalía es de las más visibles cara al público y hasta ahora en los grandes eventos que se han debido organizar, también el Festival de Otoño, la concejala responsable del Patronato de Cultura, etc., demuestra que cuenta con el plus de conocer la casa, aunque sobre todo prima la eficacia. Ya dije hace unos días que está que se sale y no me importa recordarlo, a María Espejo, lo que le echen. Por cierto que han elegido a un buen pregonero para la inminente feria de San Lucas. En una sociedad en la que tanta gente tiene acceso a las nuevas tecnologías, la figura del profesor Ángel Cantero será un excelente reclamo, porque quien es capaz de inundar las redes con sus mensajes de apoyo a Jaén, sobre todo mediante su marca @Lavinquehistoria, difundiendo nuestras grandes fortalezas frente a quienes insisten en que en Jaén no hay “ná”, seguro que tiene grandes argumentos para seguir creyendo en Jaén y en que esta ciudad sigue estando en edad de merecer.  No se pierdan este pedazo de pregonero, el día 12 de octubre.

Esta mañana comenté el resultado de la mesa redonda y posterior debate en el Foro Jaén sobre el Museo Íbero y por primera vez, al menos el que suscribe, me enteré de algo que creo que nunca supimos, y es que en su momento, 2017, se procedió a inaugurar el edificio del Museo Íbero por la sencilla razón de que existía el riesgo de que el soberbio edificio pudiera cambiar de función, y fue el motivo de actuar con desde la urgencia. Jamás había escuchado esa versión, puesta hoy en boca de la directora del Museo, Concepción Choclán, y lo peor es que se nos acusa a los periodistas de haber puesto al Museo Íbero en el escaparate, cuando en la práctica se encontraba bajo mínimos en obras expuestas. Ya sabemos a lo que nos exponemos, cuando no hay nadie a quien dirigir las culpas, siempre están/estamos los periodistas a quienes derivar la responsabilidad. Ahora va a resultar que los periodistas somos los culpables de todos los desaguisados que se han ido haciendo en Jaén en las últimas décadas. Aquí estamos para que la política se distraiga tratando siempre de matar al mensajero. Pero lo peor es la política entre bastidores, lo mal que se ha actuado con Jaén y todavía pudo ser peor. Ya les conté tiempo atrás, de fuentes totalmente fiables, que incluso la Universidad de Jaén corrió peligro y se salvó gracias a que un jienense, Antonio Pascual Acosta, dio un puñetazo sobre la mesa. Así se escribe la historia.

Por otro lado no me extraña en absoluto que desde la política ya se esté empezando a hablar de previsiones para la próxima Política Agraria Común, y esto a pesar que la actual, 2023-2027, tiene todavía recorrido. Hace unos días en un acto de la Cátedra José Luis García-Lomas de la Universidad de Jaén ya se empezaron a escuchar los tambores de guerra. Fue el delegado del Gobierno de la Junta, Jesús Estrella, el que abrió el fuego para mirar al futuro, ya que según sus datos la PAC que está en vigor supuso el pasado año una pérdida de 25,4 millones para el olivar de Jaén. No se ponen de acuerdo para las cosas de comer. El PSOE provincial hace seguidismo de lo que hace y dice el ministro de Agricultura y no reconoce pérdidas. Siempre lo mismo, dos realidades paralelas y nos toman el pelo porque prefieren estar en sus batallas en vez de sumar para que Jaén, en este caso el bosque olivarero, no salga perjudicado. El año 2027 está aún lejano, pero ya empiezan a marcar territorios. La PAC que está vigente y que costó Dios y ayuda, llegó con un cambio en su enfoque, la obtención de resultados y de objetivos, y se nos vendió como un instrumento más efectivo ante retos como los que suponen el cambio climático, la transformación digital o la mejora del equilibrio social o territorial. Quedan tres años para la nueva PAC, ya tenemos argumentario hasta para aburrirnos, este es el sino de esta provincia, ya que pensar en la unidad de acción no pasa por la política que está abonada al enfrentamiento y los intereses partidistas.

Por otro lado, aunque se ha bajado bastante el listón, aún quedan coletazos en torno a la aspiración que nos ha tenido en vilo durante casi una década, que los Paisajes del Olivar andaluz fueran declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. No les voy a cansar con la repetición del proceso y la historia de una decepción, porque casi en el último minuto, cuando creíamos que se habían dirimido todos los interrogantes, surgió el malestar de colectivos olivareros, concretamente circunscritos a una zona de la provincia. La Diputación, principal inspiradora y valedora de la iniciativa, con proyección en otras provincias olivareras, lideró esta aventura y al final, ante el plante de quienes han creído ver afectados sus derechos e intereses, fue la propia Diputación la que decidió dar cerrojazo a toda su obra, incluida la importante inversión realizada. El propio organismo provincial y su presidente han explicado el proceso y son entendibles las razones, lo que pasa es que no tiene sentido transferir la responsabilidad a la Junta, porque aunque fue cómplice no actuó desde el protagonismo. Desde que Diputación abandonó sin posibilidad de retorno han sido varios los organismos y colectivos que han dejado oír su voz para que el expediente se mantenga y en lo posible puedan resolverse las dudas que plantea, incluso cambiar de escenario para la zona en la que han surgido las protestas. Ese trabajo nadie lo puede hacer que no sea la Diputación porque ha dispuesto de las personas y el método adecuado. Sinceramente creo que estamos hacia el final de los plazos y del sueño y no veo que el ayuntamiento de ayuntamientos tenga quien le reemplace, ni la Junta ni nadie.

Hace unos días el colectivo de empresarios y profesionales PROA se ha sumado al clamor por la declaración, hace unos meses surgió una plataforma, en realidad los apoyos son numerosos y las voces en contra escasas, pero deben ser oídas. Tal vez ha faltado en el trabajo realizado una mayor labor de pedagogía a pie de obra, de hecho he escuchado a olivareros expresarse en el sentido de que no saben en lo que les afecta. Una pena, porque estamos a punto de perder una magnífica oportunidad para el territorio, no solo para el olivar. Nuestra manera de ser, la indolencia que nos caracteriza, respetando todas las posiciones, faltaría más, va sumando frustraciones una tras otra. Creo que podemos olvidarnos, al menos por ahora, de los Paisajes del Olivar. Y en cuanto a la Catedral de Jaén, tampoco percibo en el horizonte el menor compromiso en activar un sueño que ha cumplido veinte años largos, y lo que te rondaré. Este es el Jaén que me desconcierta, porque hay ocasiones en las que se toma impulso y al tiempo abdicamos, tal vez por una mezcla de pereza y de falta de ambición. Me encanta Jaén, pero esta cara de Jaén y de los jienenses, empezando por sus responsables públicos, desde luego que NO.  

Foto: Esta imagen tiene un año y unos días y se corresponde con la primera visita del presidente de la Junta de Andalucía al Ayuntamiento. Algunos personajes ya han desertado. Y es posible que haya más en el futuro.

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