BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad” (Albert Einstein). Y es que como viene a decir el célebre científico y ocurre en nuestros días, nos encontramos con frecuencia con situaciones donde la injusticia y a veces la maldad pasan por delante sin que hagamos nada por evitarlo, y tantas veces soltamos esa frase de “eso no va conmigo”. Siempre habrá gente mala, cierto, pero no podemos dejar que triunfen…Una sentencia muchas veces repetida, porque me encanta, de San Francisco de Asís: “Yo necesito pocas cosas, y las pocas que necesito, las necesito poco”. La pobreza, aunque a veces no la veamos, porque sencillamente no observamos a nuestro alrededor, no hay que irse más lejos, está muy presente, como saben bien en Cáritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos, etc. Cuando hay que elegir entre lo superfluo y las cosas significativas de la vida. El santo de Asís tiene legitimidad para esta afirmación porque su vida fue ejemplo de estricta pobreza. Lo dejó escrito en estas expresiones: “La cortesía es hermana de la caridad, que apaga el odio y fomenta el amor” o “Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, solo lo que has dado”. Luego está el a veces difícil equilibrio entre la austeridad y las continuas llamadas al consumismo, donde tampoco se trata de caer en el extremismo. La pobreza no está en “no tener” sino en qué hacemos con lo que tenemos. Como nos recuerda la madre Teresa de Calcuta: “El hambre de amor es más difícil de eliminar que el hambre de pan”. Mahatma Gandhi se expresa con esta rotundidad: “La pobreza es la peor forma de violencia”. El escritor francés Anatole France, que fue Premio Nobel de Literatura, se confiesa de esta manera: “Le agradezco al destino por haberme hecho nacer pobre. Ser pobre me enseñó el valor de las cosas verdaderamente útiles para la vida”. El filósofo griego Tales de Mileto hace una invitación contundente: “Sea tu oráculo la mesura”. Y el escritor español del Siglo de Oro, Baltasar Gracián, lo remacha de esta manera: “Huye en todo de la demasía”…Dos personajes nacidos en un día como hoy. Por un lado el poeta Paul Claudel (1868), principal representante del catolicismo francés en la literatura moderna, que cultivó la poesía lírica en la que utilizó un versículo bíblico en ritmo libre de su propia invención. Estas dos frases son suyas: “No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él” y “Habla de Cristo solo cuanto te pregunten por él. ¡Pero vive de tal forma que te pregunten por él”…El otro es el científico británico Alexander Fleming (1881), famoso por ser el primero en observar los efectos antibióticos de la penicilina, entre otras investigaciones. Precisamente el descubrimiento de la penicilina, en 1920, significó un cambio drástico para la medicina moderna. Dos frases de este eminente científico: “Para el investigador no existe alegría comparable a la de un descubrimiento, por pequeño que sea” y “No son los vestíbulos de mármol los que proporcionan la grandeza intelectual, sino el alma y el cerebro del investigador”…La cita final la recojo hoy de la obra del escritor Ken Blanchard: “Hoy en día la clave para un liderazgo exitoso es la influencia, no la autoridad”.
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