Por ANTONIO GARRIDO / Hay un refrán muy conocido, que todo el mundo sabe, y que se entiende a la perfección: “Prometer hasta meter; y una vez metido, nada de lo prometido”. Es una crítica, con un picante doble sentido, a los que ofrecen el oro y el moro con tal de conseguir algo, y una vez logrado el objetivo olvidan sus promesas. Viene muy bien para entender la historia de lo que ha ocurrido con una infraestructura de comunicaciones considerada de vital importancia para dos provincias, Jaén y Córdoba, convertir en autovía los casi 60 kilómetros de la carretera A-306, que discurre entre Torredonjimeno y El Carpio. Como cualquiera de los proyectos que duermen en Jaén el sueño de los justos, los sucesivos gobiernos andaluces se comprometieron a afrontar esta obra con total decisión, socialistas y populares, unos antes y otros después, enviaron mensajes de compromiso a más no poder. El PSOE durante tantos años tuvo en su mano ofrecer a Jaén este logro, de hecho hubo sucesivos movimientos e incluso en el año 2007, algo ha llovido, ya se anunciaba la licitación del estudio informativo para la redacción del proyecto, al que se daba un plazo de 24 meses. En aquella oportunidad se concretaba la inversión prevista en torno a los 180 millones de euros, después creo que se pasó a 450, eso sí, contemplando en la financiación los fondos europeos. Se debieron marear con las cifras, ¿tanto dinero a invertir en Jaén? Hay que decirlo alto y claro, el PSOE que ahora reivindica con tanta firmeza, porque está en la oposición, pasó su tiempo, movió papeles, trataba de satisfacer a sus alcaldes, pero a la postre no llevaron a cabo la ejecución de la obra y esta es la única evidencia, lo demás son cuentos chinos.
Ese tiempo ya no puede volver, y durante el gobierno del PSOE la movilización de los populares tampoco se hizo esperar, ellos aspiraban a alegrar la vida de los pueblos afectados con la promesa, una más de la etapa de Moreno Bonilla, de que cuando tocaran poder estaría todo resuelto. Maldita hemeroteca. Me podría extender en relatar una historia que ya suma algunas décadas de espera y desencanto, sobre todo de la política y los políticos, pero me voy a ahorrar el disgusto para los lectores, porque sentirán vergüenza de la facilidad que tienen los responsables públicos para prometer primero y olvidarse después. Sí les contaré que en el año 2018 hubo una notoria puesta en escena del PP de Córdoba y Jaén, quiero recordar que fue en el kilómetro 24 de la A-306, claro que estábamos en campaña, y se juramentaron en el sentido de que si llegaban al gobierno de la Junta la autovía iba a constituir una prioridad. Una más, la primera era la Ciudad Sanitaria. Y llegaron, hecho que ocurrió hace cinco años, y no solo no se abordó este proyecto, sino que se ha sustituido por algo más ligero, con una notable menor inversión, un charipeo más o menos, 16 millones ha costado la broma, pero aquel mensaje de “compromiso firme y decidido de nuestro partido con la conversión en autovía de esta carretera, que es la única vía que une ambas provincias”, se quedó también en agua de borrajas. De modo que menos euforia.
Los alcaldes de uno y otro partido han tenido que ir haciendo mutis por el foro, ninguno ha tenido el coraje y la valentía de defender una causa que vinieron persiguiendo, con lo cual supeditaban la disciplina y la sumisión, como siempre, a las siglas antes que a los intereses de sus municipios, que en principio era lo verdaderamente importante. ¿O unos y otros solo tenían el propósito político de hacer ruido, de ganar puntos ante el PSOE unos y ante el PP, otros, en tanto que los de otras formaciones ni pinchaban ni cortaban? Profunda decepción cuando los servidores se olvidan de a quién sirven. Me permito hacer una distinción, la del alcalde de Porcuna, que se mantiene con toda lealtad y principios éticos y políticos, Miguel Moreno, que yo sepa sigue fiel a Ciudadanos, pero su dignidad estriba en ser el único que reivindicaba al PP, cuando militaba en ese partido, el que alzó la voz ante Ciudadanos cuando gobernaba en coalición con los populares en la Junta, y el que no se ha cansado de exigir lo que cree vital para que una zona de la provincia, los pueblos afectados por la A-306, se vean favorecidos por unas comunicaciones propias del siglo XXI, es decir, en vías de desarrollo. Es de los pocos que han dado la cara y puede mirar a los ojos a sus vecinos. Ahora encabeza de nuevo la protesta contra viento y marea, más fuerte que nunca. Los socialistas se unen a la exigencia, les toca, mientras que los populares esta vez se sienten complacidos, faltaría más, sin que falten elogios hacia el jefe de la Junta. Esta actitud de acatamiento de unos y otros hacia los aparatos de los partidos y de los gobiernos si les digo la verdad siempre me ha parecido vergonzosa, y utilizo a propósito una expresión comedida.
Las obras de la Junta en 15 kilómetros de la carretera, ya lo creo que se agradecen, aunque se traten de una chapuza, algo resuelven en un trazado en malas condiciones, pero es una huida hacia adelante que delata que el compromiso con el territorio tiene mucho de palabras y poco de hechos. En un momento de trascendental importancia para las comunicaciones, no hablemos del ferrocarril en el que el Gobierno de Sánchez, como los anteriores, nos ha dado por completo la espalda, pero esta vez con nocturnidad y alevosía, porque no estamos igual que hace 20 años, sencillamente estamos mucho peor y las mejoras futuras ni están ni se le esperan, como digo, frente a actuaciones tan de espaldas al ferrocarril en Jaén, que es algo que tendremos que soñar y que nos va a costar mucha postración, la confianza en parte tendríamos que depositarla en las comunicaciones por carretera, en acabar la A-32, que tras más de 25 años parece que tiende a su fin, y en culminar la Autovía del Olivar, aparte de esta autovía de la A-306 entre Torredonjimeno y El Carpio, que es la única, repito, la única, conexión entre dos provincias andaluzas que no está dotada de autovía, a pesar de que repetidamente se nos haya estado comprometiendo. ¿Qué se les ocurre pensar de los políticos de antes y de ahora que nos trataron y nos tratan a Jaén como si fuéramos ciudadanos de segunda o de tercera, y no tuviéramos derecho a infraestructuras dignas, propias del tiempo en que vivimos, tratados como otros territorios, ni más, ni menos, y unirnos debidamente por la vía más rápida, con la vecina Córdoba?
Ni siquiera la presión de los interlocutores sociales, en realidad siempre tibia porque tienen que mantener sus convenios con las administraciones, complicada papeleta, ha logrado variar el rumbo de los acontecimientos. Recuerdo que a finales de 2022, se celebró un encuentro entre empresarios de Jaén y Córdoba y la plataforma de municipios en defensa de la A-306, y se hacía conjuntamente una petición bien clara, que la Junta incluyera en el Pitma el desdoble de la actual carretera y que, por favor, no diera carpetazo al proyecto con el que nos han estado engatusando durante tanto tiempo desde los respectivos gobiernos, y el actual también. Lo tiene expresado con acierto el actual presidente de la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ), Bartolomé González, cuando ha repetido para el que quiere escucharlo, que no hay que parar en la reivindicación constante ante los incumplimientos de infraestructuras que nos relegan como territorio y, esto es lo más sangrante, porque es donde nos la estamos jugando, ahondan en una Andalucía de las dos velocidades. Han creído y creen que esa autovía necesita mucho dinero y es posible que también piensen que es demasiado para Jaén. No más preguntas, señoría.
Foto: Una pancarta en torno a la exigencia, situada en Porcuna, pueblo que encabeza la reclamación de la Autovía A-306 de Jaén hasta Córdoba, en los 57 kilómetros exactamente que discurren desde Torredonjimeno hasta El Carpio. El propio alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, afirma que “el camino será largo y duro, pero estamos preparados y lo conseguiremos”.
Es cierto, tanto PSOE como PP han jugado este partido, pero también es cierto que se ha jugado mucho más tiempo en el campo del PSOE. Dicho ésto, el problema sigue siendo que Jaén da muchos votos a unos y otros, pero carece de gente con carácter y personalidad para exigir que se cumplan los compromisos. Mucho servilismo, obediencia debida y apego al generoso salario público.