Por ANTONIO GARRIDO / Me declaro un tanto euroescéptico pero al mismo tiempo totalmente convencido, aunque parezca una contradicción, de la importancia de estar en Europa, donde se dirimen muchas de las cuestiones que nos afectan, especialmente las cosas de comer, a la economía, y no únicamente por la Política Agraria Común, sino por la cantidad de dinero que procedente de Europa llega a los territorios por diferentes vías para que provincias como la nuestra encuentren un bote salvavidas, porque la mayor parte de los recursos que se nos destinan proceden de fondos para zonas especialmente desfavorecidas, en donde estamos situados desde hace muchos años. Ya lo creo que necesitamos a Europa, es la salida que nos queda cuando nuestra propia política, la estatal y la autonómica sobre todo, nos vuelven la espalda. Siempre nos queda Europa, aunque sea por la vía de la beneficencia, que no de la convergencia ni de la justicia.
En estos días, ya en la recta final de la campaña, seguimos asistiendo, la verdad es que creo que con escaso fervor, a las proclamas de los partidos, que tal vez hacen un mayor ruido en estos comicios porque les conceden una notoriedad y trascendencia con la que unos y otros pretenden hacer una traslación de los resultados al actual escenario político nacional, que está en plena efervescencia, razón por la cual cunden los mensajes catastrofistas a cualquier lado del espacio político. Junto a los grandes se ha organizado una amplia oferta electoral, así que hay donde elegir el 9 de junio, domingo próximo, porque ir a votar es un derecho ciudadano que se debe ejercer. Llama la atención cuando los políticos de cualquier signo se dirigen a nosotros y nos interpelan sobre lo que nos jugamos, cuando en muchos casos bien sabemos que lo que sienten es qué se juegan como organización política e incluso en primera persona, porque ir a Bruselas es una buenísima canonjía para quien le toque, dicho todo esto por el fiasco que de manera general ha sido para la provincia la lucha real por sus intereses desde Bruselas. Hoy unos nos ofrecen el paraíso y otros nos asustan con los riesgos si no son ellos los que gobiernen. Nada que no conozcamos. Ojalá que encontremos a alguien que, como tantas veces en las campañas se nos ha prometido, sean la voz de Jaén en Europa. Por soñar que no quede.
Hoy se han conocido los datos del paro registrado durante el pasado mes de mayo, y lo mismo que España y en Andalucía, mejoran los registros y es un importante alivio. Baste decir que actualmente estamos en 40.192 parados, frente a la media de 50.000 que teníamos un par de años atrás, es el mejor referente en muchos años, pero no cantemos victoria, a pesar de la euforia oficial no sé bien cómo se hacen las cuentas y si no nos estaremos haciendo trampas al solitario, perdonen que sea mal pensado. Según la estadística las expectativas van creciendo y me alegra que también afecte a los jóvenes de menos de 25 años. Sigue siendo una asignatura pendiente el paro femenino, doble que el de los hombres, y como siempre ha de haber situaciones no deseadas, de lo contrario no estaríamos en Jaén, es la provincia donde se han hecho menos contratos indefinidos, es decir, lo que no cambia es la debilidad de nuestro mercado de trabajo. Hoy todas las administraciones están de enhorabuena, todas se apuntan al carro y remiten a sus líderes. Y bien, pero que aprendan a repartirse por igual los fracasos, que en esos momentos no se escondan. Al respecto traigo a colación la buena nueva de que va aumentando, y va por el 60%, la empleabilidad de nuestros titulados universitarios, recién salidos de la UJA, que es el mejor síntoma para que se cumpla uno de los grandes objetivos a perseguir, que nuestro talento se quede, al menos el que voluntariamente lo decida. Y lo mismo digo de los titulados de la Formación Profesional en las diferentes ramas, especialistas en el amplio catálogo de formación que se ofrece en los centros de Jaén y provincia.
Por lo que respecta a la vida municipal, ya vemos que el alcalde persiste en su prioridad, la ruina económica del Ayuntamiento. Ni corto ni perezoso se ha ido a Estepona a reunirse con el alcalde de aquella ciudad costasoleña y conocer medios para rebajar la deuda municipal, aprender de otra experiencia. La oposición socialista le ha criticado que se vaya a copiar precisamente a un municipio donde una de las fórmulas ha sido reducir la plantilla. En Jaén siempre se rechazó esa opción, todo lo contrario, los distintos gobiernos han seguido haciendo oídos sordos y engordando el problema, que alguien debería analizar con detalle porque ahí radica uno de los grandes males en mucho tiempo, desde que la deuda empezó a dispararse hasta hoy. Y no hay manera, seguimos instalados en los 600 millones de ruina, cuando por simple lógica, si no disminuye es que aumenta. A propósito, sobre el viaje a Madrid de hace unos días tanto el subdelegado del Gobierno, Manuel Fernández (que cuando era portavoz del PSOE en el Ayuntamiento pedía la quita de la deuda y exigía más contundencia al gobierno de Rajoy), como el grupo socialista municipal afirman que la embajada acudió sin propuestas documentadas, y se extrañan de que entre los asistentes no estuviera el concejal de Hacienda, y es verdad y me he preguntado varias veces en los últimos meses en el perfil bajo que mantiene Francisco Joaquín Martínez Garvín, al que Agustín González sacó de la Junta porque pretendía convertirlo en el salvador de las cuentas locales. Por ahora, no, y además está ausente de los focos, parece haber delegado sus responsabilidades, pero ni está en presencia ni tampoco, que se sepa, ha informado de la deuda total a día de hoy, para que no sigamos insistiendo en los 600 millones recurrentes, lo mismo que hace dos años. Para solucionar el problemón, no creo que haya fórmulas milagrosas, ni todas las poblaciones son iguales, lo digo por lo de Estepona, pero todo menos la resignación y la rendición.Y a pesar de las críticas y de la comprensión del PSOE sobre el Ministerio de Hacienda, creo que en la situación extrema, en la que el actual Ayuntamiento solo es responsable en su cuota parte en tiempo tan escaso, debería ser cierto que se le concede oxígeno. Cuanto peor, mejor, no es una salida responsable, entre otras razones porque ya dejó de ser una cuestión de políticos y de partidos, y se transfirió a la ciudadanía, que si nos lo tomáramos en serio deberíamos dar un escarmiento a cuantos han jugado con nuestros intereses dejando a la ciudad en una situación límite.
Y ahí se les ve apagando fuegos, como el del cementerio de San Fernando, para el que ningún Ayuntamiento ha planteado una solución a medio y largo plazo, porque de vez en cuando hay que actuar de urgencia para construir nichos, ahora 240 y 144 columbarios, lo impone la demografía, hay más fallecimientos que nacimientos, esta es una realidad irrefutable. Prohibido ponerse malo tal y como nos pintan la sanidad y desde luego prohibido morirse, por una falta de previsión de la que la responsabilidad debe ser compartida, pero tener que reconocer que faltan nichos es ya el colmo y en las dos últimas décadas ya ha ocurrido varias veces. Además me cuentan que en este momento hay un control estricto del gasto y ojalá no llegue a mayores. Las dificultades económicas y las obligaciones sobrevenidas, por ejemplo es un contrasentido tantos sueldos en un Ayuntamiento en la UVI financiera, son un freno a tanto por hacer, por esta razón ese Jaén del futuro que hay que seguir construyendo va con retraso. Es de esperar que el nuevo PGOU, cuando llegue, sea provechoso y además se obre el milagro de que nos coja con mejor capacidad económica porque estar hipotecados hasta 2050 y lo que te rondaré, tiene que ser desesperante. La verdad es que cuesta criticar a los munícipes, a estos y a los anteriores, sobre todo los que estén libres de culpa, aunque la dinámica les haya hecho sumar deuda porque el mercado es así, pero hay que ser muy valientes para asumir una responsabilidad en tiempos de indigencia económica, de pronto se convierten en héroes, no me gustaría estar en el pellejo ni del alcalde ni de quienes a su lado tienen que gestionar una ciudad.
También estos días que he visto al equipo de gobierno en amor y compaña, como en la procesión del Corpus, recuerdo las conclusiones a las que llegaron las partes tras la crisis de los pasados meses en las que las diferencias eran tan ostensibles, no sé si es que de verdad ha mejorado la relación o es que están haciendo un esfuerzo por dotar al equipo de la necesaria estabilidad.
Cuando pasen las fiestas de la Virgen de la Capilla será el momento de ir analizando el año transcurrido en el Ayuntamiento, pero me he acordado de la figura del project manager para la gestión de los proyectos de la Junta y que se sepa nadie nos lo ha presentado. La figura de ese gestor no se conoce, lo que sí se sabe es que la relación de los compromisos de la Junta con Jaén caminan a un ritmo lento lentísimo. Las declaraciones son mucho más rápidas que las acciones, y llevamos medio año 2024, con el verano a la vuelta de la esquina, un pronóstico reservado. Hace unos días estuvo por aquí el presidente Juanma Moreno, vitoreado, pero no pasó de las buenas palabras, Jaén puede esperar. El PSOE por su parte cree que con el Cetedex ya nos han pagado la deuda histórica, otros que miran hacia Madrid con un sentido impresionante de la disciplina y en el primer tiempo de saludo, no vaya a enfadarse Sánchez el implacable, que ya tuvo oportunidad de castigar a los de Jaén, quienes osaron en su día optar por Susana, por cierto ahora una díscola del aparato y repudiada por quienes la aclamaban. Qué tiempos…
Foto: Una imagen del cementerio de San Fernando, que de nuevo se queda sin nichos.