Por ANTONIO GARRIDO / Hay que volver de nuevo a la Noche en Blanco, aunque sea para hacer alguna apostilla. Fue impresionante lo que se vivió en Jaén la noche del pasado viernes, cuando la Universidad de Jaén con el apoyo de las diferentes administraciones, Junta, Diputación y Ayuntamiento, junto a numerosos colectivos sociales y culturales, en esta suma de esfuerzos y con un programa cultural amplio y variado dieron vida por una noche al mejor escenario posible, nuestro Conjunto Histórico, con Jaén y los jienenses apoyando. No se puede pedir más. Hasta ahí totalmente de acuerdo, pero me sumo a la reflexión publicada en este digital enjaendonderesisto, con la firma de Martín Lorenzo Paredes Aparicio, en el sentido de que un día está bien porque sube nuestra autoestima y nos hace valorar lo que tenemos en su justo término, y lo que nos distingue es un enorme patrimonio. Bien por la UJA, bien por todos los que han contribuido, también por las iniciativas que se han consolidado a través del tiempo como la de Jaén Genuino, pero a la postre son flor de un día y lo que el Casco Histórico necesita es atención permanente, inyectarle vida, de manera que los jienenses, también de otras zonas, se sientan atraídos por mudarse a este corazón de la ciudad. Hace unos días mientras tomaba café con un catedrático de nuestra Universidad me comentaba lo bien que se sentía viviendo en el Casco Histórico, a un paso de la iglesia de La Magdalena, dice que fue la mejor decisión que adoptaron él y su familia. En esta ciudad que es la nuestra, estamos muy hartos de tanta palabrería, de propuestas que se llevan hasta el Parlamento andaluz o a la Junta, o por lo menos en distintas ocasiones, sobre todo en campaña, nos han metido la trola de que se trataba de una prioridad.
No voy a abundar en los argumentos esgrimidos por una persona como Martín Lorenzo Paredes que conoce perfectamente la zona, sus fortalezas y sus debilidades, y ha puesto el grito en el cielo de una realidad penosa, que el barrio más emblemático de Jaén padece la enfermedad de la indiferencia mientras en el Ayuntamiento los principales partidos que deberían dar ejemplo consensuando en favor de los intereses generales de la ciudad, están en batallas dialécticas permanentes. Y, por supuesto, en más de una ocasión he abogado por la presencia de la Universidad en el Casco Histórico, pero no lo que he escuchado decir de centros de segundo nivel que tendrían escasa significación en lo que se refiere a alumnos de manera permanente por estos barrios, no, lo que demandan es una facultad que pudiera integrarse en esta geografía, con todos los beneficios que ello conlleva. Hemos visto en los últimos años, con el propio gobierno municipal anterior y también con el presente, determinados gestos, todavía insuficientes. Lo primero de todo es conocer perfectamente el barrio, hacer una especie de plan estratégico del mismo, conocer su paisaje y su paisanaje, las necesidades de la gente, el patrimonio…incluso clamar si hace falta para que Santo Domingo no esté pendiente de un acuerdo que se antoja improbable entre dos administraciones que parece que no están por la labor y cuyas consecuencias pagan Jaén y los jienenses. No me quiero olvidar de que hay colectivos como Iuventa que realiza actividades habituales en la zona, sobre todo en torno a la Judería, y las empresas turísticas, etc. Y luego está el movimiento vecinal que conoce el barrio y debería ser el primero es escucharse porque se sabe el diagnóstico mejor que nadie. En resumidas cuentas, toda esta labor pro Casco Histórico es impagable, pero el esfuerzo de las administraciones con competencias, Ayuntamiento y Junta, más la segunda por la ruina de la primera, debería notarse, pero con un plan sobre la mesa y un cronograma, esto de acudir a Santa Bárbara cuando truena es muy de Jaén, pero no nos hace avanzar.
A propósito de este asunto que puede relacionarse con el turismo, llevo tiempo muy sorprendido porque cada vez que aparecen los datos turísticos, es decir, de visitantes a la provincia, en los que normalmente se toma como referencia los que proporciona el Sistema de Inteligencia Turística de la UJA (SIT), los políticos, antes y ahora, se enzarzan en un asunto como mínimo poco delicado, y es quién lidera las cifras de visitantes. Este es un síntoma más de las odiosas comparaciones a las que nos quieren acostumbrar los responsables públicos. Yo soy mejor que tú, yo lo hago mejor que Úbeda y Baeza, o el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Entre ciudades hermanas no es deseable esta competición. Lo que debe hacer cada Ayuntamiento y cada concejalía de Turismo es trabajar con esfuerzo para conseguir atraer el mayor número de turistas, pero bien sabemos que eso no siempre está en la mano ni puede colgarse la medalla el edil de turno, depende de muchas circunstancias, no siempre el visitante busca lo mismo en sus escapadas. No me gusta que entre nosotros hagamos carreras. Jaén tiene su singularidad y debe trabajarla y Úbeda y Baeza como Patrimonio de la Humanidad, ya tienen mucho ganado por esa condición. No está bien la envidia entre nosotros mismos, porque ¿a quién beneficia?, en mi caso cada vez que lo observo me molesta porque tenemos una ciudad maravillosa pero formamos parte de una provincia única e irrepetible, y lo que corresponde es sumar, nunca restar.
Y enhorabuena a la Catedral por el magnífico trabajo de la restauración de las vidrieras y lamento mucho que, en contra de mi deseo, no haya podido asistir a ninguna de las explicaciones, me cuentan que magistrales, a cargo del Dr. Rafael Casuso, que en tres charlas ha contado a la gran cantidad de personas interesadas tanto el proceso de restauración que se ha seguido en los últimos meses, un trabajo impecable y muy necesario, que ha devuelto su calidad a esos trabajos de excelencia, algunos bien antiguos, de siglos, y que constituyen un aliciente más dentro de la riqueza patrimonial de nuestra seo. Ha sido la Junta de Andalucía la encargada de esta restauración como había prometido en su momento, en una visita, el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla. Hay obras de una calidad y categoría que impresionan, incluso otras que son especialmente significativas, como la imagen de la Verónica sujetando la reliquia de la Santa Faz, la joya por excelencia que se conserva a buen recaudo y con frecuencia se da a besar o con el sagrado lienzo se ofrece la bendición desde la balconada del templo, en fiestas especiales, a la ciudad y a los campos, según manda la tradición. El Santo Rostro además de un emblema para la cristiandad es un orgullo para Jaén.
Foto: La restauración de las vidrieras de la Catedral pone en valor este riquísimo patrimonio dentro de nuestro principal templo.