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Antonio Garrido

“No es que –como explicó en el Parlamento el presidente Manuel Chaves- los que mandaban en la Junta se encerrasen en un cuarto oscuro para delinquir. Nadie duda de que intentaron buscar soluciones adecuadas a problemas reales, de que el primer impulso político fue una honesta reacción ante severas crisis industriales que necesitaban respuestas firmes y ágiles. El problema es que por salir de un atolladero –primero el de Molina y luego otro mayor aún en Santana– crearon, según jueces y fiscales, un sistema opaco y discrecional para gestionar el dinero público”. Es una frase contenida en la introducción del libro que acaba de publicar el avezado periodista jienense de Ideal, Juan Esteban Poveda Sanchez, al que conozco muy bien porque hemos trabajado juntos durante bastantes años, sé por tanto mucho de su capacidad de trabajo, de su intuición periodística, de su buen olfato para oler los temas, su vocación por el oficio. Y del gran periodista todoterreno que es, no me ha sorprendido en absoluto el libro que acaba de salir a la calle editado por “Comunicación Social, edición y publicaciones” dentro de una colección sobre periodismo de investigación, que lleva por título nada menos que “Caso ERE. Las entrañas de la corrupción institucional en Andalucía”. Ya he felicitado al compañero y amigo Juan Esteban Poveda por el acierto de este trabajo periodístico, que acabo de leer de corrido. Hay otros libros que se han publicado recientemente que abordan la misma temática, pero en concreto el que nos ocupa indaga en los orígenes, y nos recuerda que todo empezó en Jaén, más concretamente en una empresa cárnica denominada Hijos de Andrés Molina, una industria que también trató de salvar la Junta y en la que se formó tal maraña que de la noche a la mañana desapareció y supuso un duro varapalo para las numerosas familias que vivían de ella.

Pues sí, como recuerda el autor de este libro, que me imagino va a ser devorado con interés, sobre todo en Jaén, porque se apuntan las claves, con nombres y apellidos, de cabecillas de estas tramas corruptas, el caso de los ERE no se inició en Mercasevilla en el año 2011, sino que hay que remontarse a años atrás, 1999, en la citada empresa de embutidos de Jaén. Aquí está el comienzo de “una historia de política y de dinero que lleva al mayor escándalo de corrupción conocido en Andalucía”, escribe Poveda. El relato del periodista es impecable, y parte de esta premisa: “El caso de los ERE no es un feo lunar en un sistema político y administrativo inmaculado y transparente en todo lo demás. No responde sólo a una serie de sucesos aislados protagonizados por cuatro golfos. Es parte de un entramado mucho mayor, construido desde el principio de los ochenta hasta ahora. Es un fragmento de una tela de araña gigantesca, tupida, enrevesada. Una red que se basa en la confusión entre institución y partido, que en Andalucía pasan a ser la misma cosa”.

MOLINA LOS UNIÓ

Lo que más me llama la atención de este interesante trabajo periodístico en forma de libro, en sus 228 páginas, son los temas relacionados con Jaén, porque son los más conocidos, pero con el paso del tiempo han podido quedar o desdibujados o, lo que es todavía peor, en el olvido. El autor se encarga de refrescarnos la memoria con una crónica de absoluta fiabilidad. “El que podría ser el mayor caso de corrupción –escribe- de la democracia española nació en una fábrica de chorizos –en esto enfatizan mucho ahora todos los medios- y embutidos. Bajo sospecha el destino de 850 millones de euros con los que según la magistrada que ha instruido la causa, Mercedes Alaya, se compró la paz social en una región devastada por el paro, y con los que se enriqueció a personas vinculadas a la Junta y al PSOE andaluz”. Pero pasa a concretar sobre el escenario de Jaén: “Molina no sólo fue el principio. El origen. El primero. Fue también donde se pusieron en contacto y trabaron una relación los que luego serían protagonistas de lo que hoy es un escándalo mayúsculo. Los que se mancharon las manos y los que pisaban la moqueta. Diecisiete años después del ERE de Molina, buena parte de los que participaron directa a indirectamente en aquella negociación están siendo procesados por un supuesto fraude masivo sostenido durante una década. Y a todos los juntó Molina”.

Refiere que los pactos con la Junta para Molina fueron firmados por parte sindical, en representación de UGT, por el conocido ‘conseguidor’ Juan Lanzas Fernández, a quien se considera clave en todo el fraude, y Luis García de los Reyes, investigado también y con su mujer jubilada fraudulentamente. Por parte de CCOO la firma la hizo Damián Jiménez, igualmente investigado por los ERE y cuya mujer fue prejubilada en una empresa en la que nunca trabajó, entre otros casos. La persona, sigue exlicando el periodista, que según las pesquisas judiciales alentó políticamente las ayudas a Molina, el entonces consejero Gaspar Zarrías, también está encausado. “Zarrías sólo respondía ante el presidente Chaves, que también será juzgado por los ERE. La bola que echó a rodar Molina arrastra también a su sucesor en la presidencia de la Junta, José Antonio Griñán, y la cúpula de la administración que dirigió la comunidad más poblada de España durante una década. Y todo comenzó en una fábrica de chorizos y otros embutidos”. Levantado el interés, el resto lo dejo para que lo lean ustedes mismos y se empapen de esta historia de fraudes, sinvergüenzas, afrentas y daño para la imagen y la economía de Jaén.

SANTANA, A BASE DE TALONARIO

Tampoco tiene desperdicio el capítulo que el autor dedica a Santana, que con el tiempo sumió en una profunda crisis económica y de identidad a una ciudad de 60.000 habitantes, Linares. Baste recordar el dato de que esta empresa llegó a tener 5.000 trabajadores en sus mejores tiempos, a los que había que añadir otros numerosos empleos de las empresas auxiliares. De todo eso a la nada, es la historia que se cuenta, el espejismo de años atrás sostenido por subvenciones y fondos públicos “hasta que hubo que tomar decisiones drásticas. Hoy lo que era Santana es una ruina industrial prácticamente abandonada. Y Linares, una ciudad de parados y prejubilados. Y los prejubilados no llevan mono”. Es bastante exhaustiva la narración de todo lo ocurrido en torno a la crisis de Santana, tratada con minuciosidad de hechos, personajes, negociaciones, y unos años duros, muy duros, para la ciudad de las minas, y la Junta fue enterrando en ella un dinero que como el periodista reconoce fue tirado, porque no se supo gestionar una salida airosa y únicamente se dieron palos de ciego, a base de talonario, pero que resultaron muy costosos para todos los andaluces porque el dinero público, en contra de lo que algunos han dicho, sí tiene dueño, es de todos.

METÁFORA DE LA DEGRADACIÓN MORAL

Se refiere Juan Esteban Poveda, siguiendo el relato de los acontecimientos en el territorio andaluz, cómo ante situaciones tan poco ejemplares como las comentadas los dirigentes de Andalucía podían sacar pecho, tratando de vender una Andalucía imparable, la Segunda Modernización…un lenguaje político que refiere el periodista era la prueba más evidente de la distancia entre los gobernantes y la calle. Y luego ya entra a saco en el contexto andaluz, con todo lujo de detalles, porque Poveda, que lleva muchos años informando de tribunales, conoce el lenguaje y se ha estudiado a fondo este asunto, que acerca de la manera más clara posible. No me quiero olvidar del caso Primayor, también con identidad jienense, “trabajadores robando a trabajadores”, como titula el brillante periodista, que pone de manifiesto que en este caso se ponen en juego apenas 100.000 euros que han desaparecido de una cuenta en la que se ingresaban subvenciones. “Son la metáfora de la degradación moral, del itinerario que va desde un ERE en una fábrica de embutidos al mayor caso de corrupción institucional de España”. En la película de los hechos que se relatan aparecen, en un quién es quién, todos los nombres, empezando por el famoso Lanzas, el todopoderoso director general Francisco Javier Guerrero y su chófer jienense Juan Francisco Trujillo (el que compraba por orden de Guerrero cocaína y artículos de lujo, con dinero procedente de subvenciones públicas). Incluye una guía práctica para seguir los juicios y un anexo gráfico.

En resumen, felicito al autor, el periodista de Ideal, Juan Esteban Poveda, por esta documentada aportación en la que siguiendo el hilo de la trama, sin olvidar todo el proceso, lo acerca al escenario más local. Creo que tenemos que sentir algo de vergüenza por el mal ejemplo que se ha dado, pero al mismo tiempo reconforta que el periodismo valiente y comprometido salga al encuentro y nos rescate de la pesadilla y el hedor de tanta inmundicia.

FOTO: El autor del libro, el periodista de Ideal, Juan Esteban Poveda, con su libro recién salido, delante de los restos de la antigua Molina, empresa que tiene el triste honor de haber sido el origen del caso de los ERE de Andalucía.

 

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