Por ANTONIO GARRIDO / La semana empieza con una actualidad caliente y propicia a la opinión y al debate, pero hay que dedicar la atención preferente a los problemas más cercanos, los que más directamente nos afectan. No es que, por ejemplo, pasen desapercibidas las elecciones celebradas ayer domingo en el País Vasco, pero se han cumplido los pronósticos. Es natural que las redes sociales desde anoche mismo estén plagadas de reacciones y echen humo, todo el mundo está en su derecho de expresarse, a mí no me gusta el resultado, pero nada podemos hacer por evitarlo, así es la democracia, y lo primero que llama la atención visto desde fuera es la manera en que se rearma EH Bildu, es una muy mala noticia, aunque respeto la decisión soberana de los vascos, cierto también que EH Bildu le debe mucho a Pedro Sánchez porque le ya ayudado, y de qué manera, a blanquear su imagen, incluso sacrificando su propio rédito electoral en aquella comunidad. Pero hay políticos que por el poder hacen todo lo que esté en su mano y más. Y hay otro razonamiento electoral que creo que no admite duda, es un territorio donde existe conciencia de comunidad y si votan a los partidos “propios” es porque conocen perfectamente, están acostumbrados a ello, que en el resto del Estado, empezando por las cámaras representativas y con cualquier gobierno de España, como el actual, van a pactar cuanto sea necesario para favorecer a su tierra. No hay más que remitirse a los hechos, votos a cambio de beneficios. Así que el resultado es un balón de oxígeno para Sánchez, a la espera de los comicios catalanes, que tienen pinta de que van a ser más de lo mismo. Hay tipos con suerte.
El nacionalismo vasco está dividido, casi en partes iguales, uno más moderado y otro radical. Desde fuera es más complicado entenderlo, pero los vascos sí parece que lo tienen bien claro. Tal vez seamos nosotros quienes tengamos que aprender de ellos y votar de acuerdo con nuestros legítimos intereses en lugar de dar el voto a quienes históricamente no solo no nos han dado, sino nos han quitado, y pienso que a estas alturas sobra insistir en todas y cada una de las afrentas que se han dirigido en décadas a la provincia.
Es muy socorrido el refrán de “otro vendrá que bueno me hará”, y pensaba aplicarlo al caso de los ministros del Gobierno con responsabilidad en las infraestructuras, del ínclito Ábalos a Óscar Puente, pero no me sirve, porque si pésimo era uno, peor es el heredero y en este momento me refiero en exclusiva a sus relaciones con los asuntos de Jaén. Basta con echar un vistazo aunque sea por encima a su hoja de servicios y la situación en la que se encuentra políticamente, y asimismo recordar su nefasta presencia en Jaén en un momento dado para dar órdenes a los dirigentes socialistas para que detuvieran la crítica a la decisión del Plan Colce, sin olvidar que no movió un solo dedo para mejorar nuestra pésima situación ferroviaria, es más, no tuvo la más mínima consideración con el excelente informe del CES Provincial que en 2017 abordó una hoja de ruta posible para sacar a Jaén del actual aislamiento ferroviario. Pero no se da el caso de que el siguiente lo hará mejor, el ministro Puente es la demostración palpable de que para llegar a ministro, como a cualquier otro cargo público, basta estar en el sitio oportuno en el momento justo, y esperar a que quien tiene el poder se acuerde de que debe pagarte tus favores a la causa.
Puente, como todos sus antecesores y antecesoras, tanto del PSOE como del PP, viene de rebajas, y siempre con el mismo comportamiento, débil con los fuertes y fuerte con los débiles. Con Jaén nunca hay problema, porque no le tienen temor a la sociedad y desde luego mucho menos a un partido que está total y absolutamente plegado a la acción de gobierno, y abducido por Sánchez, así que hasta el minuto final. El “estilo Jaén” que se jactan de haber puesto de moda, también consiste en coserse a pespunte con los gobiernos socialistas, así ocurrió en Andalucía muchos años, y hasta el extremo en la última etapa de Susana Díaz, a pesar de que hizo bien poco por Jaén, y se ha mantenido con la misma fuerza o más con Juan Espadas, aunque ahora el nivel es bajo, deben ser conscientes de que su liderazgo está languideciendo. Con respecto al Gobierno de España, ya es conocida la postura con Sánchez, de hecho el hoy presidente del Gobierno y líder de los socialistas se la tenía jurada a Jaén, pero con los años, el acercamiento y la diplomacia, que han costado lo suyo, se han ido venciendo obstáculos, de hecho ha venido varias veces y finalmente trató de mandarnos a callar con el Cetedex, que no es un regalo, es el pago de una deuda y también de una traición.
Pero a lo que realmente trato de referirme es al ferrocarril, y en concreto a la noticia conocida la pasada semana de la nueva “cobra” con la que la política ferroviaria pretende castigar a la provincia al suprimir el paso por Linares de la conexión Almería-Madrid. Nada nuevo bajo el sol, primero fue Granada-Madrid, con un impresionante rodeo para evitarnos, y ahora llega esta pésima noticia que es indicativa del desprecio con que actúa con Jaén el Gobierno de España a través de Renfe y Adif. No nos hemos enterado por ninguno de los dos grandes partidos, ni el afectado por la decisión ni el que manda en Andalucía. Ha sido Jaén Merece Más el que ha puesto el grito en el cielo, y he de reconocer a este partido, al que con frecuencia desde los poderes y sus periferias se critica incluso con desprecio su mera existencia, que gracias a que Jaén Merece Más está en nuestro panorama político salen a relucir todas y cada una de las acciones que perjudican a Jaén, ya sean en el ámbito local, andaluz o nacional. Jaén Merece Más, y no me cuesta lo más mínimo reconocerlo, tendrá sus fallos, que los tiene, pero cuenta con algo que a los demás les falta, está de guardia las 24 horas de cada día para vigilar y alertar de todo cuanto supone un perjuicio para nuestros intereses. Y este del tren lo es. No sé si tras la denuncia queda alguna esperanza para evitar otro desaire, un sumando más de aislamiento.
Lleva razón mi buen amigo y experto en política ferroviaria, Salvador Cañones, porque lo ha vivido desde hace muchos años en Linares-Baeza, que fue en su tiempo un envidiable nudo ferroviario, que hace mucho que el tren no vertebra las regiones y que, sigue diciendo “a los cargos políticos los tienen encandilados con el toco-mocho del bypass”. Y se pregunta: “¿Acaso es descabellado unir Almería con Granada y Jaén y crear un eje oriental con 600.000 habitantes, y tener seis circulaciones diarias?, y sigue diciendo: “¿es que la zona central no es Andalucía y España?”.
Siempre está bien recordar, porque ahí empezó todo, lo que supuso el AVE Madrid-Sevilla para algunas provincias y lo que nos hubiera cambiado el porvenir, en términos de progreso y desarrollo, en el caso de haberse apostado y decidido, porque era posible, hacerlo circular por algún lugar de esta provincia siempre tan de espaldas al tren, hace 32 años exactamente igual que a día de hoy. Nos excluyeron y no fue bastante que para culminar el maltrato y la humillación de Jaén, a la hora de diseñar la alta velocidad entre Granada y Madrid y viceversa, los responsables públicos volvieron a las andadas y nos hicieron la conocida “cobra” como pretenden ahora entre Almería y Madrid, optaron por alargar el trayecto con tal de no beneficiarnos, no cabe mayor desconsideración. Y se retrataron los dos gobiernos que ha tenido España, primero el PSOE y después el PP al certificar el aislamiento de Jaén, que parece planteado a perpetuidad.
Es lamentable que los políticos con mando en plaza, decirles líderes no sería correcto, nos pretendan hacer comulgar con ruedas de molino, cuando se está perdiendo un tiempo precioso en ponernos a la par con otros territorios que consiguen la benéfica implantación del tren, no digamos ya la Alta Velocidad. Claro que los políticos saben que tienen fecha de caducidad y están más por contentar a las siglas y a los jefes que en hacer provincia. El ferrocarril es progreso, por eso estamos condenados a seguir en el furgón de cola. Pero nada, que llenen, es lo que tenemos. Y lo mismo me refiero al Gobierno de la nación que a la Junta, los dos se dedican a lo mismo, mucho ruido y pocas nueces.
Imagen: Lamentablemente está más de actualidad que nunca esta viñeta que hace años publicó en Diario Jaén el gran Juancarlos Contreras.