BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Y he llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también” (Mario Benedetti). Hermosa frase como todas las del escritor uruguayo. Ya lo creo que las cicatrices enseñan, al menos para el común de la gente. Las caricias también son aleccionadoras, y me refiero a tantos gestos nobles como se prodigan, cada buen ejemplo es como una caricia que no va a caer en saco roto ni se nos va a olvidar en mucho tiempo. Ahora más que nunca tenemos que fortalecer el entusiasmo. Nos lo dice el poeta Rubén Darío: “No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura”. Para completar el mensaje de hoy me ha venido a la mente la figura del escritor Antoine Saint Exupéry, el autor de El principito, libro en el que se nos muestra la esencia de la vida, de ahí que escoja esta cita para aplicarla a nuestro día a día para descubrir la verdadera naturaleza de las cosas: “Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. O esta otra: “Cuando uno está verdaderamente triste, son agradables las puestas de sol”…Además tal día como hoy, en 1844, nacía el escritor y poeta francés Anatole France, que obtuvo en 1921 el Premio Nobel de Literatura, un agudo librepensador, que está considerado un maestro de la prosa por la sencillez y precisión de su escritura. Suyos son estos textos: “Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá cerrada”, “Prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría” y “La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo”…También un 16 de abril, pero de 1889, vino al mundo Charles Chaplin, símbolo del humor y un destacado representante del cine mudo. Su fama, extendida entre otras cosas gracias a su personaje de Charlot, le llevó a obtener múltiples reconocimientos, incluso fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 1942. He aquí unas frases que definen su obra: “Nunca te olvides de sonreír, porque el día que no sonrías, será un día perdido”, “Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar” y “Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”…Asimismo en esta fecha, en 1927, nacía en Alemania Joseph Ratzinger, que sería elegido Papa el 19 de abril de 2005 con el nombre de Benedicto XVI, hasta el 28 de febrero de 2013 en que asumió el título de emérito, alegando problemas de salud, con la intención de dedicarse a la oración y al retiro espiritual, como hIzo hasta su muerte. Hay que reconocer que le tocó regir la nave eclesial en momentos difíciles, de importantes controversias, con la principal dificultad en la relación de la Iglesia Católica con el mundo moderno, y seguramente será recordado más como gran figura del pensamiento, que lo ha sido, de una gran talla intelectual, un erudito y experto teólogo, que como el gestor necesario, aunque sea complejo resumir en pocas palabras su pontificado, si bien él siempre se consideró, lo dijo al principio de su tarea, “un trabajador sencillo y humilde en la viña del Señor”. Recojo dos frases de Benedicto XVI: “La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin razón no será humana” y “Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos”…Un 16 de abril, de 1828, está registrada la muerte de Francisco de Goya, pintor y grabador, especialmente conocido por desarrollar un estilo que inauguraría el Romanticismo. Junto a Velázquez y Picasso representa uno de los grandes pilares del arte de origen español. Tiene muchas obras célebres, de entre las que destacamos El quitasol, La maja desnuda o Los desastres de la guerra. Dos testimonios de este artista: “La fantasía, aislada de la razón, solo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos” y “Velázquez es una de las tres mayores influencias de mi arte. Las otras dos son la naturaleza y Rembrandt”…Por último, en este mismo día, en 1972, nos dejaba, por suicidio, el novelista japonés Yasunari Kawabata, que fue Premio Nobel de Literatura en 1968 “por su maestría narrativa, que con gran sensibilidad expresa la esencia de la mentalidad japonesa”. Autor de títulos como País de nieve, El maestro de Go o Lo bello y lo triste, su obra ofrece un rico mundo interior descrito con estilo detallista y personal, abarcando grandes temas del siglo XX como la soledad del ser humano y las contradicciones de la sexualidad. Dos frases suyas: “La literatura no hace sino registrar los encuentros con la belleza” y “Ninguna palabra puede decir tanto como el silencio”…Una cita de Oscar Wilde para el final: “Algunas personas causan felicidad a donde van: otras, cuando se van”.
PD. Hoy palabras como libre o libertad adquieren por razones obvias un significado especial. Por esta razón me permito incorporar la letra de la canción “Libre”, que interpretaba el cantante valenciano Nino Bravo, fallecido en accidente el 16 de abril de 1973, con toda una vida y una carrera por delante. La letra fue escrita expresamente para él por José Luis Armenteros, que había sido integrante de Los Relámpagos. Bonita canción que todavía se sigue escuchando al paso de medio siglo.
LIBRE
Nino Bravo
Tiene casi veinte años y ya está cansado de soñar,
Pero tras la frontera está su hogar, su mundo y su ciudad.
Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal,
Algo que nunca puede detener sus ansias de volar…
Libre, como el sol cuando amanece,
Yo soy libre como el mar
Libre, como el ave que escapó de su prisión
Y puede al fin volar.
Libre, como el viento que recoge mi lamento y mi pesar.
Camino sin cesar, detrás de la verdad,
Y sabré lo que es al fin la libertad.
Con su amor por bandera se marchó cantando una canción,
Marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó.
Y tendido en el suelo se quedó sonriendo y sin hablar,
Sobre su pecho flores carmesí brotaban sin cesar…
Libre, como el sol cuando amanece,
Yo soy libre como el mar
Libre, como el ave que escapó de su prisión
Y puede al fin volar.
Libre, como el viento que recoge mi lamento y mi pesar.
Camino sin cesar, detrás de la verdad,
Y sabré lo que es al fin la libertad.
