Por ANTONIO GARRIDO / La Universidad de Jaén sigue hiperactiva, desde su toma de posesión el rector, Nicolás Ruiz, comprometió cercanía con todos los agentes políticos, sociales y económicos de la provincia para trabajar juntos por un futuro más prometedor para Jaén, y también, obviamente para la UJA. Pero en su idioma, incompatible con las medias tintas y con seguir aplazando la solución a las grandes rémoras del territorio, allí donde se le da la palabra, da igual que sea en la Comisión del Cetedex que preside, en el Plan Estratégico donde la Universidad ocupa la vicepresidencia, y en general en todos los ámbitos en los que se mueve la institución universitaria, que amplía sus horizontes para no estar ausente de cualquier proyecto grande o pequeño que afecte al futuro de Jaén, más si se necesita el apoyo de la UJA para salvar obstáculos o simplemente para provocar credibilidad y consenso, el caso es que la Universidad en general y el rector en particular, se han erigido en un elemento clave para apuntalar el futuro de nuestra tierra, y su verdadera obsesión no es otra que favorecer los grandes proyectos transformadores, entre los cuales el Cetedex es ahora la joya de la corona, el principal referente, ojalá que esta vez el proyecto se vea culminado.
Pero hay mucho más trabajo que desarrollar y en eso está el propio rector y el vicerrectorado de Desarrollo Territorial, encomendado en su día a un catedrático conocido en el ámbito universitario y social por su especial sensibilidad, demostrada con creces, para favorecer el despegue de la provincia y dejemos el victimismo porque hayamos alcanzado un grado de convencimiento e implicación entre todos los agentes implicados en demostrar que ha llegado la hora de Jaén.
Me estoy refiriendo a Alberto del Real Alcalá, Vicerrector de Comunicación y Desarrollo Territorial, de cuya conciencia social deberían tomar nota e imitar una gran masa de profesorado de la UJA, ajeno por completo a la realidad de la institución, y también el colectivo estudiantil que por muchas y variadas razones se muestra ausente de los grandes retos a los que tiene que enfrentarse la Universidad que viene, tampoco se ha movilizado en momentos difíciles en torno a la financiación, viven en un mundo de comodidad, se ve que no se han leído nada en relación con el mayo francés del 68, y se muestran ajenos al porvenir del lugar donde se forman. Lo que no hacen muchos son capaces de liderarlo unos pocos y gracias a eso y a un esfuerzo ímprobo la Universidad de Jaén es la gran esperanza de la ciudad y de la provincia, que no se nos olvide.
En el día a día la UJA proporciona un sorprendente caudal de información, la agenda del rector es un termómetro para medir cómo de implicada está. He escogido al azar algunos acontecimientos, a título de ejemplo de los últimos días. La creación de la Cátedra Pieralisi UJA para la investigación, la reflexión y el debate en torno a la agricultura y la industria agroalimentaria. Diálogo con los ayuntamientos, en los últimos días ha sido con Santiago-Pontones y Villacarrillo, en este último municipio con el deseo de contribuir con el Centro de Vuelo Experimental ATLAS, pero el objetivo es ir a todos para buscar fórmulas de colaboración que ayuden al desarrollo.
También ayer, en el Día de las Ingenierías, se insistió en el objetivo irrenunciable de la apuesta por la promoción de titulaciones tecnológicas para dar respuesta a las necesidades de personal cualificado para el sector. No menos importante ha sido el contacto con el COI y los que desde el Vicerrectorado de Desarrollo Territorial se mantienen con las organizaciones agrarias, dado que la Universidad pretende estar en el debate de sus reivindicaciones y de cuanto acontece en el mundo agrícola, sin dejar atrás a otros sectores como el del plástico, en definitiva la UJA toma el pulso con el tejido industrial del territorio. Asimismo participa en el proyecto de Bioforestal Jaén, para el aprovechamiento de los recursos naturales y de creación de empleo verde en la provincia. Todo ello con la permanente reivindicación a las administraciones para que destinen más inversiones para ciencia. Hace ya más días, pero no quiero dejar de destacarlo, la UJA ha distinguido a los proyectos profesionales destacados de sus egresados en el Programa Almuni, en lo que han llamado Paseo de la Fama. Da igual el nombre, lo que sí es positivo es que se haga este reconocimiento, la Universidad se honra de esta manera.
Y llegamos al punto al que hoy se ha referido el rector en conferencia de prensa, la programación académica para los próximos años que ha presentado la Universidad de Jaén y que en la práctica la Junta asume al 100%. Ya dijimos hace varias semanas que tras el “acuerdo de Linares” la relación entre la Consejería de Universidades de la que es responsable José Carlos Villamandos, y la Universidad de Jaén, con su rector, Nicolás Ruiz al frente, se iniciaba un periodo de entendimiento, de hecho, algo que hasta ahora parecía imposible, ambas partes suscribieron un comunicado conjunto, lo que puede entenderse como que tras una dura negociación, porque las bambalinas casi nunca son fáciles, hay que contentar a todas las partes, etc., y después de unos meses tormentosos con las reivindicaciones mantenidas por Jaén, con toda la razón, para salir del “modelo Velasco” que nos condenó a la irrelevancia y aún colean los efectos de este pésimo político, al menos para Jaén, se ha impuesto la cordura que es tanto como reconocer que una parte exige lo que le corresponde en justicia, hasta llegar a tener el peso que se le ‘robó’ con el silencio de los políticos en el gobierno de la Junta, también los de Jaén, que lo justificaban y vendían que éramos grandes beneficiados, una mentira como la catedral, sin que hayan pedido perdón por ello.
Pues bien, la Junta nos ha concedido el 100% de las propuestas académicas solicitades, con alguna titulación a la vista del Cetedex, cuando esté en funcionamiento. Ni que decir tiene que tras esta respuesta de la Consejería de Universidades, el consejero, Gómez Villamandos, se apunta una victoria. El rector no ha tenido reparo en agradecerle su intervención: “Por la voluntad política de adaptar el mapa andaluz de titulaciones a las demandas actuales de la sociedad, con visión de futuro, y por saber escuchar antes de actuar”. A Nicolás Ruiz, que ha cargado de optimismo su valoración, al calificarla como el camino que asegura el impulso y el liderazgo de los proyectos transformadores, se le nota satisfecho porque el trabajo realizado por el Vicerrectorado de Enseñanzas Oficiales, con Hikmate Abriouel a la cabeza, ha sido impecable y se ha impuesto, de hecho serán los títulos que se ofertarán en el periodo 2025-2028, en el que el catálogo va a presentar hasta 18 nuevas titulaciones (5 grados, 11 másteres y 2 doctorados) y se aprovechará también para actualizar algunos o hacerlos más atractivos, con el objetivo de que respondan a las necesidades del mercado laboral, pues uno de los retos irrenunciables es contribuir al cambio sustancial en nuestro modelo productivo y la reindustrialización de la provincia, de hecho en las peticiones cursadas a la Junta se ha puesto especial énfasis en las que van a ser profesiones del futuro, porque hay que adelantarse a él y no ir a remolque de las situaciones de cada momento.
Claro que inmediatamente hay que añadir, para ser realistas, que este catálogo que se ofrece a bombo y platillo, necesitará en su momento la implementación económica, no se trata de dudar, de hecho el primero que no lo hace es el rector, y él suele hablar claro, pero los planes hay que apuntalarlos con los suficientes recursos financieros. Será la única forma de que todos estemos de enhorabuena. Al respecto me remito al año 2010 cuando el Consejo Andaluz de Universidades, reunido en Jaén, con el propio presidente de la Junta y el consejero del ramo, dieron aprobación al Grado de Medicina. Ha habido que esperar bastantes años para que se implante, y a pesar de ello, no se puede decir que los medios sean los apropiados para que el Grado llame la atención. Por tanto, vamos a alegrarnos de las buenas nuevas, pero acto seguido los hechos nos invitan a mantener la prudencia.
Causa buena impresión esta luna de miel de la Consejería de Universidades de la Junta con la Universidad y el rector. Este es el camino y además que cada una de las partes cumpla estrictamente los compromisos adquiridos. Si es así, al menos a corto y medio plazo tenemos asegurada la hoja de ruta de la UJA, en la que no debe olvidarse, en lo relativo al Modelo de Financiación, como decía al principio, que queremos volver a ese 6,2 por 100 de peso en el sistema universitario para que, al menos por el momento, pasemos página de la pesadilla, aunque la Universidad, como una gran empresa en movimiento, necesita que sus responsables, pero también la sociedad civil, se mantengan vigilantes, para que no vuelvan a producirse medidas y tensiones que nos pudieron costar caro y que por fortuna, en gran parte gracias a la sociedad civil, se lograron salvar a tiempo. Ya se ha dicho repetidamente, pero la UJA no se toca como no sea para engrandecerla, que crezca y sea el verdadero motor de la provincia, un término que puede estar muy manoseado, pero que tiene que ser su principal razón de ser.
Foto: El rector, Nicolás Ruiz, y la Vicerrectora Hikmate Abriouel.