Por ANTONIO GARRIDO / Muy serio el informe que acaba de presentar el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Jaén, órgano consultivo del Ayuntamiento para el que ha sido renovado en la presidencia el incombustible Manuel Carcelén Barba, el abogado que desde el primer momento motivó el consenso en torno a su persona y ya lleva un porrón de trienios. Es un órgano plural, donde cada miembro es de su padre y de su madre, pero el CES local siempre se ha caracterizado por la seriedad y el rigor de sus informes, también su independencia de criterio, y hay determinados ponentes que vienen realizando una labor impagable, aunque la felicitación la dirijo al colectivo.
Este último informe, presentado esta semana, en 37 páginas, realiza un pormenorizado análisis de la situación socioeconómica de la ciudad, insertándolo en el contexto andaluz y nacional. Recomiendo su lectura para quien tenga interés, porque ahí se encuentra el verdadero estado de la ciudad, más que en la batalla política de los partidos, que ven la apreciación desde su óptica interesada. El CES no presenta el panorama de la capital como un drama, pero tampoco niega las debilidades en diferentes aspectos. Más que en los datos, que aunque recurrentes son conocidos, lo que me llama la atención es el mensaje que traslada, a los políticos responsables y por supuesto a la sociedad. Una de las ideas fuerza del documento es que con una actitud pasiva es imposible avanzar, de ahí que llame a ser proactivos y “abandonar el cierto conformismo que tradicionalmente ha amenazado a Jaén”. El CES, además, se confiesa muy concernido en su apuesta por Jaén y también por la provincia, y clama de esta manera: “Estamos perdiendo una oportunidad para crear nuestro futuro y no estar pendientes del pasado”. De ahí que elogie y califique de gratificante el hecho de que a Jaén lleguen emprendedores buscando nichos de mercado, que la capital se haya convertido en emblema de la gastronomía andaluza, etc.
Pero después viene la invitación: “Jaén debe ser lo que queramos que sea…” Y añade: “Debemos abandonar nuestras tradicionales luchas y aunar esfuerzos colectivos. La ciudad de Jaén precisa mayor nivel de inversión en actividades que generen riqueza, así como que dinamicen y activen los recursos ociosos existentes en nuestra provincia en general, y en nuestra ciudad, en particular”. El CES, con la legitimidad que le otorga su trayectoria, denuncia “la escasa actividad inversora de las distintas administraciones en sus cuentas presupuestarias” y acto seguido alerta de la situación anómala de que no exista un presupuesto municipal, desde el año 2017, como instrumento imprescindible de control, y esto le lleva a solicitar a los grupos políticos que conforman el pleno del Ayuntamiento, “un ejercicio de responsabilidad, hemos advertido la precisa y necesaria discriminación positiva para nuestra ciudad, para ello demandábamos desde este órgano consultivo en innumerables ocasiones, un aumento inversor de los distintos presupuestos de las administraciones autonómica y estatal. Sin embargo, tan importante es dotar a Jaén de inversión, como ejecutar la que se consigue”, y termina: “No es beneficioso que, en una ciudad tan necesitada de inversión, entre el 40 y el 50% de los fondos EDUSI hayan quedado sin ejecución por falta de proyectos o de previsión”. El CES lo dice con rotundidad, pero algo suave. Yo lo diría de manera más contundente y severa: es vergonzoso, indignante y los responsables, quienes sean, no son dignos de estar en el Ayuntamiento representando a los jienenses.
Por fuera de lo anterior, donde se concreta la filosofía de estos trabajos, se pasa revista lógicamente a la situación del mercado laboral, y en la actual coyuntura sobresale el pronóstico de que este año no va a ser especialmente bueno para el empleo. Un toque de atención va dirigido a los poderes públicos en relación con los autónomos, de los que tanto presumen en ayudar y la realidad es que en la capital hay menos en tanto que experimenta una subida en la provincia. Los autónomos son vitales para la viabilidad del sistema productivo, pero están asados a impuestos. Si dudan, pregúntente.
Coincidiendo más o menos con este diagnóstico ha hecho su aparición pública el presidente provincial del PP, Erik Domínguez, a la sazón concejal de Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Jaén y parlamentario andaluz por este mismo partido. El líder de los populares es un político singular, tiene una buena dialéctica, podría ser un magnífico showman, y posee un nivel de persuasión entre los suyos realmente estimable, de hecho con él llegó una especie de refundación del PP y sus logros electorales, a pesar de la Diputación, que se le resiste, es una evidencia, por mucho que bramen en las filas socialistas, que para eso están en la oposición. Ahora bien, lo mismo digo que es un profesional del optimismo y un redomado adulador del jefe Juanma, y me llama la atención porque, aunque tenga mérito el presidente de la Junta, de hecho ni siquiera la complicada situación de la sanidad parece afectarle, creo que resulta ya empalagoso en algunos responsables institucionales del PP la manera con que se refieren a su líder, más que un partido político parece una religión.
Sin embargo, Erik Domínguez donde está sembrado es haciendo de mago, prestidigitador, sacando millones de la chistera. El CES local denuncia que las administraciones ponen cantidades en los presupuestos que luego no ejecutan, pero el presidente del PP nos presenta las cuentas del Gran Capitán, dice que desde 2019 la Junta ha dedicado a Jaén más de 2.300 millones de euros, “este dinero ha llegado a la provincia gracias a la apuesta de Juanma Moreno”, remacha. Esto de la apuesta es también muy socorrido para todos y en todas las siglas. Lo decía enseñando un cartel, esta vez no ha especificado que la Junta “moviliza”, sino que directamente engloba la inversión y tiene el atrevimiento de incluir en ella lo que presuntamente se ha de invertir en la Ciudad Sanitaria y en la Ciudad de la Justicia, que deberían ser cuantificados una vez terminadas las correspondientes obras, porque da por hecho lo que no es cierto aún. Tengo dudas, creo que razonables, de que ninguna de las dos actuaciones las veremos en esta legislatura, aunque le reconozco al PP en el gobierno andaluz, esto sí es de justicia hacerlo, que al menos las ha puesto en línea de salida, cosa distinta es los años que nos queden para verlas y si finalmente las veremos. Excuso referirme al tranvía.
Por lo demás, Erik Domínguez ha lanzado críticas hacia el PSOE y la relación de obras en lista de espera que dejó, y en esto le doy toda la razón, corregida y aumentada. Los socialistas están en su derecho de cumplir con su labor opositora, pero aunque ya queda lejos el socorrido argumento de la herencia recibida, en muchos temas debería ser más prudente porque las hemerotecas le desmentirían. Y en efecto dos ejemplos son la Ciudad de la Justicia y la Ciudad Sanitaria. Si este gobierno finalmente las saca adelante se habrá ganado respaldo por muchos años. Obras son amores. Y al señor Domínguez que se tranquilice, que defienda con ardor guerrero, pero que no nos pretenda hacer comulgar con ruedas de molino. Menos millones.
Por último, ya sabrán que hoy se ha presentado un nuevo logo para el Ayuntamiento, que, dicho sea de paso, va a ser un nuevo tropiezo entre el PP y Jaén Merece Más. No ganan para diferencias, al menos una por semana. Me cuentan que Juanma Camacho se ha pillado un rebote, no olvidemos que él es otro jienense que se conoce su ciudad y tiene su forma de ver estas cuestiones que tienen que ver no solo con la estética sino con el alma de Jaén. Pero lo dicho, otro logo y van… La clave está en el escudo de la ciudad. Por mejor decir, en su denotada ausencia con vistosidad. El escudo identifica plenamente, es la verdadera marca, y el nuestro además es muy antiguo, y bonito, tanto que tener el atrevimiento de tratar de reducir su preeminencia es un error. Reconozco que el alcalde, Agustín González, es una fábrica de ideas y tiene prisa y ganas de agradar y de aportar propuestas imaginativas para la ciudad. Esto me parece alentador, pero a veces las prisas no son buenas consejeras. Como ciudadano no me gusta que la imagen, el logo representativo de una ciudad se improvise, no me gusta ahora ni nunca, hay cuestiones que están por encima de los partidos y que deberían ser objeto de consenso a través de concurso de ideas, en plan serio, pero es lamentable que cada equipo de gobierno trate de hacer la guerra por su cuenta y al final nunca se actúa a gusto de todos. Está claro que cuando vuelva el PSOE al gobierno local habrá terminado la vida de este logo, de ahí mi lamento. Unidos por lo menos en lo que nos define, en lo esencial.
Como cualquier jienense que se precie, tengo una alta valoración del creativo excepcional que es, su propio nombre lo dice, “El Creata”, es un genio del diseño, pero aun reconociendo que es un enfoque innovador, en este momento tengo dudas, igual las resuelvo si se hace familiar, pero tal vez hubiera preferido un logo en el que se combinen la tradición milenaria de la ciudad y el sentir del artista, sin duda un gran jaenero. En fin, necesito tiempo para digerirlo. Insisto en mi respeto al artista y por él precisamente no merecería una polémica, pero siempre qué trabajo cuesta hacer las cosas como Dios manda. En cuanto a las palabras del alcalde en la presentación me ha parecido un poco bastante barroco: “Tiene un enfoque contemporáneo, innovador y renovado donde se plasma la seriedad de la gestión del Ayuntamiento y sigue la senda transformadora que empezamos cuando llegamos al Ayuntamiento”. Podíamos dejar fuera la política. Ya lo dijo don Antonio, el poeta que nos hizo el honor de venir a Baeza, y es que a las palabras de amor les sienta bien un poco de exageración. Agustín González en estado puro.
Foto: Este es el logo con el que el Ayuntamiento quiere que se identifique a la ciudad y que se ha presentado esta mañana.