Estos días veo especialmente activo al ex edil, Miguel Segovia, quien desde su despacho de abogado, sigue la actualidad como es bien visible tanto en sus colaboraciones periodísticas (entre ellas en este Blog que se honra también con su firma) como su presencia activa en las redes sociales. Ha tenido poco eco su presencia esta semana en la tribuna de la Asociación de la Prensa, en la que ha hablado de lo divino y de lo humano. Se ha mostrado especialmente escéptico con el momento por el que atraviesa la ciudad “en la que todo es provisional para siempre”, cree que hay que protestar más y es bastante escéptico sobre el funcionamiento del tranvía. Tampoco ha ahorrado comentarios sobre el PP, que “ha dejado a muchos huérfanos de voto, porque ya no representa la ideología que lo ha caracterizado”.
Miguel Segovia es sin duda un activo del PP, al que la dirección provincial ha ignorado en los últimos años, tal vez por la propia definición que Segovia da de sí mismo, “pienso, luego estorbo”. Con independencia de que se pueda estar o no de acuerdo con él en todo o en parte, Segovia no pasó desapercibido por el Ayuntamiento, su trayectoria fue de mucho trabajo en los equipos de gobierno de los que formó parte en las áreas que asumió, y en el recuerdo de la vida municipal relativamente reciente están los duelos dialécticos entre él y el socialista Manuel López, que eran duros pero que no afectaron a la relación personal, como tiene que ser en política, pero que espolearon el debate en temas de interés para la ciudad. Personajes como Segovia, altamente preparado, le daban caché a la dinámica municipal, por su dedicación y porque se le notaba el cariño a su ciudad, pero ocurre que los que mandan muchas veces prefieren la docilidad a la valía, y esto no solo ocurre en el Ayuntamiento ni en el PP, es algo por desgracia muy extendido. El caso es que se prescinde de personas que no necesitan demostrarlo porque ya tuvieron oportunidad de hacerlo.
En este momento, ante el congreso provincial de los populares, que por cierto todavía no está oficialmente convocado, ya se sabe que hay dos listas que se van a enfrentar para liderar la dirección provincial del Partido Popular jienense, la del actual presidente, José Enrique Fernández de Moya, que reúne en torno a sí a casi todo el aparato, porque lo ha hecho público, y el alcalde de Porcuna, que encabeza una alternativa de alcaldes y cargos orgánicos rebeldes con la oficialidad por las razones que ya han esgrimido sobradamente. En este tesitura, en la que se enfrentan la actual dirección y un núcleo que tiene más seguidores en la provincia, aunque haya afiliados de la capital que se hayan sumado a esta aventura, hay bastantes militantes que están ‘presionando’ a Miguel Segovia para que mueva ficha, lo que no sé en este momento es si él se dejará querer o responderá que pase de él este reto. Creo que para Segovia sería una tarea ilusionante, no cabe duda de que le gusta la política y podría estar en esa carrera.
De hecho para los próximos días se han citado un grupo de personas para hablar de cuestiones relacionadas con la política, y no sé si de ahí puede salir una decisión definitiva. El camino lo tiene mucho más expedito después de que Miguel Ángel García Anguita, que podría haber sido una sucesión natural, se ha apartado de cualquier ambición al respecto, apoyando de manera expresa a Fernández de Moya. ¿Podría haber tres listas en el congreso provincial del PP? Por lo pronto las que hay anunciadas son dos, y una de ellas, la de Miguel Moreno, sigue denunciando “trabas y amenazas”, que dan a entender que algunos han hecho del PP jienense su cortijo y parecen poco dispuestos a dar facilidades, aunque el alcalde de Porcuna no se va a andar por las ramas, se ha ido derecho al notario. La dirección del partido le ha respondido esta tarde, a través de Miguel Contreras, exigiendo rectificación a Moreno y considerando sus declaraciones «desafortunadas y carentes de veracidad». En fin, más enconamiento. Cosas veredes…
No hay que olvidar que el Partido Popular tiene un alto nivel de militancia en la capital jienense, y que no todo es aparato, concejales, parlamentarios, etc., hay varios miles de militantes y de entre ellos un bloque incómodo por el funcionamiento del partido, sobre todo porque no existe como organización de carácter local sino dependiente de la estructura provincial, y esto impide autonomía, debate sobre los problemas de la ciudad, programación de actividades relacionadas con el entorno, en definitiva que la militancia sienta que es tenida en cuenta y no está solamente para pagar las cuotas. Esta situación de malestar puede jugar en favor de Miguel Segovia, que es un político que está en la calle, que habla con la gente y que siempre habla claro para que se le entienda, no tiene un doble discurso, no se mueve en la indefinición, y esto, que insisto, gustará más o menos, es muy considerado por bastantes afiliados que tienen a Segovia como un referente. No sé si saldrá o no al ruedo, pero podría hacerlo, únicamente tiene que proponerse deshojar la margarita.
Foto: Miguel Segovia.