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BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle” (Stephen Hawking). Creo que se puede apreciar la ironía de esta frase, que va dirigida a aquellos escépticos sobre las consecuencias de la actitud para cambiar las cosas…Para empezar recordamos al escritor cubano Alejo Carpentier, que además era periodista y musicólogo, autor de obras conocidas como Viaje a la semillaEl reino de este mundoLos pasos perdidos y El siglo de las luces. Se trata de uno de los autores más importantes del siglo XX para la lengua castellana y un puntal en la renovación de la literatura latinoamericana. Lo que le llevó al éxito fue su don de escritura y el uso de lo “Real Maravilloso”. Dos frases en su recuerdo, “Si yo dijera algo, si yo hablara a solas, como a menudo hago, me asustaría a mí mismo” y especialmente esta que me encanta por razones obvias: “El periodismo es una maravillosa escuela de vida”…También un 26 de noviembre, en 1731, nacía a la vida el poeta inglés William Cowper, uno de los grandes de su época, que nos ha dejado interesantes expresiones, como estas: “El dolor es, él mismo, una medicina” y “Goza de libertad aquel a quien la verdad hizo libre; todos los demás son esclavos”…Un testimonio de Peter Bamm, escritor y médico alemán: “Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlo”. Es verdad, de nada sirve fijarse objetivos si luego tiramos la toalla a mitad de camino…Una expresión de Timothy Ferriss: “El universo no conspira en tu contra, pero tampoco se sale de su camino para acomodar las cosas. Las condiciones nunca son perfectas. ‘Algún día’ es una enfermedad que llevará tus sueños a la tumba…”. Esta frase del gurú de la productividad, autor del afamado libro La semana laboral de 4 horas, se la dedico a los inmigrantes que se encuentran en Jaén para dar vida a los albergues de temporeros, entre ellos el de la capital. Nos da pie para pensar en esas personas que dejaron su país de origen en busca de la tierra_prometida, de la ilusión por una vida mejor. Tampoco nosotros les podemos asegurar el trabajo, pero no podemos condenarlos al fracaso, ya sabemos que nada es fácil, pero se trata de valientes que han venido alentados por esa fe que dicen que mueve montañas. Seamos solidarios, y en la medida de lo posible, al menos desde la acogida y el respeto, veamos en cada uno de ellos a hermanos que tienen todo el derecho a ver cumplidos sus sueños…Hoy es el Día Mundial del Olivo y la conmemoración no puede ni debe pasar desapercibida en una provincia que tiene 66 millones de ellos. Esta conmemoración nació con la finalidad de proteger y preservar un árbol emblemático que según la UNESCO servirá para fortalecer los valores humanos y culturales entre los pueblos, ya que representa la sabiduría, la armonía y la paz. El olivo siempre está ahí, omnipresente, para recordarnos lo que fuimos y lo que somos. Hay una poética sentencia que dice: “Para nacer y nacer bien, ¿hay una cuna más grande que un olivo de Jaén?”. El escritor Muñoz Cuesta, dejaba este testamento poético: “Cuando muera/quiero que/un olivo tenga/sobre mí su cabellera./Cabellera de raíces/que me rodee/y me envuelva/en mi soledad primera./Quiero que mis huesos sean/huesos de las aceitunas/donde mi yo se enfurezca/y que mi sangre se haga/agrio aceite, en las venas/del olivo que me tenga…” Una cita final, es del gran Beethoven: “Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”.

LOS OLIVOS

Antonio Machado

¡Viejos olivos sedientos

bajo el claro sol del día,

olivares polvorientos

del campo de Andalucía!

¡El campo andaluz, peinado

por el sol canicular,

de loma en loma rayado

de olivar y de olivar!

Son las tierras

soleadas,

anchas lomas,

lueñes sierras

de olivares recamadas.

Mil senderos. Con sus machos,

abrumados de capachos,

van gañanes y arrieros.

¡De la venta del camino

a la puerta, soplan vino

trabucaires bandoleros!

¡Olivares y olivares

de loma en loma prendidos

cual bordados alamares!

¡Olivares coloridos

de una tarde anaranjada;

olivares rebruñidos

bajo la luna argentada!

¡Olivares centellados

en las tardes cenicientas,

bajo los cielos preñados

de tormentas!…

Olivares, Dios os dé

los eneros

de aguaceros,

los agostos de agua al pie,

los vientos primaverales,

vuestras flores racimadas;

y las lluvias otoñales

vuestras olivas moradas.

Olivar, por cien caminos,

tus olivitas irán

caminando a cien molinos.

Ya darán

trabajo en las alquerías

a gañanes y braceros,

¡oh buenas frentes sombrías

bajo los anchos sombreros!…

¡Olivar y olivareros,

bosque y raza,

campo y plaza

de los fieles al terruño

y al arado y al molino,

de los que muestran el puño

al destino,

los benditos labradores,

los bandidos caballeros,

los señores

devotos y matuteros!…

¡Ciudades y caseríos

en la margen de los ríos,

en los pliegues de la sierra!…

¡Venga Dios a los hogares

y a las almas de esta tierra de olivares y olivares!

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