Por ANTONIO GARRIDO / Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que hoy ha hecho públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al tercer trimestre del presente año 2023, nos despiertan del ligero sueño en el que nos encontrábamos, ya que hemos atravesado por una tregua de varios meses que había levantado cierto optimismo, pero la realidad es muy caprichosa y lamentablemente volvemos de nuevo a la casilla de salida, porque Andalucía encabeza la subida del paro que mantiene un tono discreto en el panorama nacional y en Jaén nos situamos donde tantas veces nos colocaron las cifras, en lo alto del ranking, el porcentaje de parados en el tercer trimestre arroja nada menos que el 23,25% como en los peores tiempos, y el segundo puesto es para Granada, que se queda en el 21,45%, el resto se colocan por debajo. Impresiona el hecho de que últimamente nos habíamos separado del triste destino de Jaén, pero de las cifras lo que se desprende es que no se atajan los problemas estructurales. Ya se lo he escuchado decir a los agentes sociales, sindicatos y empresarios. No podemos vivir eternamente de promesas, ya se conocen sobradamente las fortalezas y las debilidades de Jaén, pero a los poderes, a todos, lo que les mueve es la propaganda de cuanto hacen, tratando de transmitirnos su convencimiento de que coadyuvan a la salvación del territorio, en cambio la frialdad de los datos lo que consigue es desautorizarlos.
No queda lejos el principio de este mes, cuando se conoció el paro registrado, y siempre es lo mismo, cuando el resultado es favorable todos se lo quieren atribuir como medalla al mérito, cuando como ahora sucede nos dan un disgusto mayúsculo, o se quitan de la circulación o buscan argumentos peregrinos para hacernos comulgar con ruedas de molino. Ya sé lo que piensan las dos administraciones, central y autonómica, y los partidos que las sustentan, también a nivel provincial. Nada nuevo bajo el sol, la política es así de previsible, acude a lugares comunes en vez de comprometerse seriamente a combatir los datos. Ahora, en el caso de Jaén, se remiten al Cetedex, pero para que el Centro de Experimentación y Desarrollo esté funcionando y cree el empleo que se pronostica, quedan unos cuantos años, y mi pregunta es ¿qué hacemos mientras llega el maná?
La EPA nos retrata con 64.300 desempleados, con 212.200 ocupados y una tasa de actividad del 52,69%, que, dicho sea de paso, es también la más baja de Andalucía, en realidad llevamos mucho tiempo situados en ese nivel. Lo peor de la estadística que se nos ofrece es que empeora el panorama que nos habían presentado en trimestres anteriores y también la tasa interanual, en la que el crecimiento ha estado cercano a los cinco puntos, que es mucho, y permite el análisis con cierto pesimismo de las circunstancias de nuestro debilitado mercado laboral. No olvidemos que el tercer trimestre coincide con el boom turístico y con buenas expectativas en el sector servicios, por esta circunstancia si en momentos de bonanza las cosas no nos van bien, ¿qué va a pasar cuando transcurra la escasa campaña de aceituna y se ahoguen las perspectivas de una posible recuperación en la provincia? Repite un lastre, la mujer padece en mayor medida el desempleo, en su caso supera el 25%. Los expertos y los políticos, que tienen que buscar razones para explicarse ante la sociedad, sostienen que entre las causas pueden figurar el aumento de la población activa y la incorporación de jóvenes al mercado de trabajo. Lo damos por bueno, pero insisto en que además de analizar las causas hay que plantear soluciones, de inmediato programar los planes de empleo porque el campo jienense no está en disposición de salvar el tremendo bache por el que discurre nuestra economía. Por cierto, un dato que no puede pasar desapercibido, aumenta significativamente el número de hogares con todos sus miembros en paro.
Las administraciones que operan en la provincia no deben esperar a periodos de cierta bonanza para tomar posiciones y exigir medidas a los gobiernos, por el contrario urge actuar, no hay que esperar milagros en desempleo debido a la situación general de la provincia, porque hacen falta muchos cambios y muy profundos para dejar de estar en el selecto club donde el paro está por las nubes y como es lógico, en vez de pelearse nuestros representantes políticos deberían esforzarse mucho más en la búsqueda de soluciones efectivas. En lo que tendríamos que estar todos de acuerdo es en que las elevadas cifras de paro lejos de ser un arma arrojadiza tendría que suponer que los partidos, administraciones y agentes sociales, sentados en una misma mesa, hicieran sus lecturas de la situación de emergencia para buscarle situaciones a esta escalada en lugar de echarse la culpa los unos a los otros como de hecho ocurre cada vez que aparecen los datos. Lo que sucede en Jaén con el desempleo, incluso cuando en el panorama nacional se produce cierta recuperación, es que seguimos estancados y no se ve por el momento la señal de salida, de ahí que volvamos a clamar por un acuerdo de todos los que tienen capacidad de decisión para frenar el drama que con los fríos datos en la mano constituyen una severa amenaza para Jaén.
Cambiando de asunto no quiero olvidarme de que hoy se cumplen siete años, que publicaba en mi perfil de facebook la siguiente información. Lástima que nadie haya apostado desde las instituciones, ninguna, por salvar una entidad vital para estar cerca de los empresarios. El texto de la noticia decía así:
«Como estaba previsto, en la reunión celebrada esta tarde-noche por el pleno de la Cámara de Comercio de Jaén, han dimitido sus miembros poniendo fin a una etapa que con toda ilusión, y a pesar de las dificultades que sabían iban a encontrar, iniciaron en el mes de julio de 2014, como aparece en la imagen de Europa Press, rodeados entonces de algunas de las principales autoridades jienenses, con las que hoy no han contado en la hora del adiós.
Era la crónica de un final anunciado. En este momento, si acaso, hay que lamentar la insensibilidad de Jaén ante esta desaparición de un instrumento útil para prestar ayuda a las empresas y generar riqueza.
El grupo de valientes, con un capitán excepcional como ha sido Manuel Barrionuevo, al menos pueden tener la satisfacción de haber hecho todo lo humanamente posible y que estuviera en sus manos, para salvar la entidad cameral con tanta historia detrás, con sus desaciertos clamorosos que han sido la fuente de los problemas, pero también con sus grandes y sonados logros.
Merecía más apoyo y unir todas las fuerzas para lograr mantenerla. Los que optaban por liquidarla sin más contemplaciones han ganado esta batalla. Posiblemente haya que lamentar este triste episodio final de soledad y decepción. Quien pierde en definitiva es Jaén, en realidad se trata de un suma y sigue. Ahora vuelta a empezar. Como hace dos años, la administración tutelante, Junta de Andalucía, tendría que encomendar las riendas de la Cámara a una gestora y después abrir el proceso electoral. Con la que está cayendo habrá que ver de dónde sale un grupo de empresarios valientes para tomar el relevo a los que se acaban de marchar». Pues eso, han pasado siete años y ni los unos ni los otros han hecho por recuperar la Cámara. Son los mismos que reivindican más peso para la capitalidad de Jaén, pero que normalmente el esfuerzo no pasa de las palabras y las buenas intenciones.
El Ayuntamiento ha iniciado bastante en serio su actuación para disuadir respecto al aparcamiento en el trazado del tranvía. Lo que empezó en su día como algo excepcional se ha ido convirtiendo en un parking público en toda regla, ofreciendo una pésima imagen de la principal vía de la ciudad. Sé que en la situación actual del tráfico, con los aparcamientos públicos llenos por la mañana y con enormes colas por momentos, el problema que se crea es grave y parece que sin soluciones, salvo la imperiosa necesidad de ir olvidándose del vehículo particular en todos los casos en que pueda ser posible. El 2 de noviembre finalizará el primer aviso municipal, que justifica en las obras de acondicionamiento del tranvía. Lo que muchos pensamos es que si el sistema tranviario no va a empezar a funcionar hasta el primer semestre de 2025, y por la experiencia acumulada en los últimos doce años, es bastante probable que dentro de un tiempo haya que volver sobre lo andado porque se trata de un mínimo de año y medio de espera, en el mejor de los casos. Sinceramente, no lo veo. Lo lógico hubiera sido desarrollar los trabajos de puesta a punto con un horizonte más inmediato, seis meses por ejemplo, esto ya lo entenderíamos. Sobre el tranvía todo es posible, y si no, al tiempo.
Imagen: La publica en su edición digital el Diario de Sevilla, y se observa con claridad dónde está cada provincia andaluza.