Por ANTONIO GARRIDO / Acaba de finalizar la edición 2023 de la Feria de San Lucas, la primera del actual equipo de gobierno y en la que se estrenaba la concejal responsable, María Espejo. En mi opinión no ha desentonado respecto a años anteriores, en términos generales, sobre todo si se tienen en cuenta dos circunstancias excepcionales. Una, que se ha dispuesto de poco tiempo, la feria requiere una previsión de meses, y otra han sido las incidencias debidas al temporal, es verdad que ha habido unos días espléndidos, pero otros, tras el ecuador, han sido difíciles, incluso peligrosos, por el viento que asolaba la ciudad y el ferial, que se ha llevado de cuajo numerosos árboles y en el recinto Alfonso Sánchez Herrera lo mejor que pudo hacerse es dar la orden de desalojo, en situaciones de esta naturaleza siempre es mejor apostar por la prudencia, aunque “nunca llueva a gusto de todos”, pero como jienense aplaudo la muy razonable medida, más vale prevenir, y lo mismo el día final, aunque nos quedáramos sin el espectáculo de los drones, que quienes lo han visto por otros lugares afirman que es digno de ser contemplado. Esta es la parte que no se ve, la de las bambalinas, en las que en ocasiones se presentan urgencias y toma de decisiones en las que hay que mantener la cordura y pensar en grande, lo material se puede sacrificar en beneficio de la seguridad. Lo ha entendido todo Jaén, por tanto cabe felicitar al alcalde, Agustín González y a quienes han estado de su lado. Polemizar o discrepar sobre esta circunstancia entiendo que no es responsable, en ocasiones hay que jugárselas a una carta. Por cierto, situación inédita, desconocida en la feria, no recordamos hasta donde alcanza la memoria, que se haya dado una situación parecida.
Ha habido de todo un poco, pero como señalé al principio y en esa idea estoy desde que conozco la cita de San Lucas, es el pueblo quien finalmente hace la feria y el Ayuntamiento lo que tiene que procurar es ofrecer un programa que proporcione momentos de diversión y entretenimiento, él y la iniciativa privada, los feriantes y caseteros, así como las actuaciones musicales, los festejos taurinos con el aliciente nacional de la retirada de “El Cordobés” y el resto del programa. ¿Que se ha podido hacer mejor? Pues claro, y para esto siempre hay capitanes a posteriori que pueden opinar, yo entre ellos, ahora mismo se me ocurre añadir una relación de ausencias que se me antojan, pero no es el momento y resulta extemporáneo. A este equipo de gobierno y a su concejal de Cultura cuando habrá que valorarla es el próximo año, porque entonces ya habrá pasado el tiempo suficiente para exigirle que en lo posible mejore no ya lo de este año sino los anteriores, aquí a todo el mundo, me refiero a los equipos municipales, se les ocurre que siempre lo suyo es lo mejor, incluso califican sus etapas como históricas, creo que lo correcto es dejar que los ciudadanos sean quienes se expresen, más de 100.000 jienenses no se pueden equivocar, piensen lo que piensen. De todas maneras no está el horno para bollos, no es compatible exigir a un Ayuntamiento ruinoso, que se ve obligado a hacer el milagro de los panes y los peces, que monte una feria 10. Ya recordamos ferias pretéritas, pero era cuando las arcas municipales gozaban de buena salud. Ahora, entre unos y otros, las han dejado tiritando y en este 2023 puedo suponer que han debido administrar la miseria, por lo cual el resultado es meritorio.
La impresión general es que ha habido menos gentío en el ferial, los dicen los propios feriantes. No lo sé porque no los he contado, he visto algunos momentos de lleno, pero en efecto las condiciones climatológicas han sido un obstáculo serio. Ni que decir tiene que doce días nos siguen parecido excesivos, por lo cual es lógico que se noten altibajos, no siempre los horarios y la actividad laboral permiten vivir la feria a tope, y no digamos la economía, a lo que en Jaén hay que añadir el caso verdaderamente inédito de que no haya ni un solo día de vacaciones para los escolares, quitando el 18, San Lucas, y fines de semana. Entiendo que el Ayuntamiento quiera hacer un guiño a los caseteros y a los feriantes para que estas fechas les sean productivas, pero no hay fiesta que dure doce días ni cuerpo ni bolsillo que lo resista. Con respecto a la duración, hay poblaciones que han logrado concentrar la feria en un máximo de siete días y ya está bien, además de esta manera se piensa en el interés general que es el que ante la duda debe prevalecer. Doce días (desde la noche del día 11 ya había feria, aunque oficialmente se iniciara el día 12) es una exageración se mire por donde se mire y hay que poner freno a este despropósito. Por otro lado el Consejo Escolar Municipal debería tomar cartas en el asunto para que la feria no pase tan desapercibida para los niños y niñas, que debieran ser los grandes protagonistas y no conformarlos con el día del niño, que va restando éxito porque los escolares tienen clase al día siguiente, incluso exámenes, doy fe, y esto es incompatible con vivir la feria con plenitud, así ha sido toda la vida.
El tiempo ha hecho todo lo demás, aunque como es bien sabido la lluvia se ha reservado sus huecos, si no hubiera sido así no estaríamos en San Lucas honrando la sagrada tradición. También ha habido un ambiente animado en el centro de la ciudad y en el casco histórico (magníficas las chilindrinas), una opción que se sigue abriendo paso ante tantos jienenses que la prefieren al bullicio, aunque la realidad indica que hay público para todos los gustos. En los medios de comunicación, en persona, y por las redes sociales, hemos visto que el “todo Jaén” ha vivido la feria, de un modo especial los políticos, más unos que otros, también es cierto, este ha sido sin duda el año del desembarco del PP y también de Jaén Merece Más, incluso exhibiendo sus diferencias, que haberlas, haylas, aunque los demás también hayan estado, pero en un plan más discreto. En cuanto a visitantes, no hay duda en señalar que se concentraron más en la primera parte, un buen puente, con tiempo estupendo, en tanto que el temporal ha deslucido la recta final. Imposible luchar contra esta adversidad. Por fortuna los daños que se han producido han sido materiales. Hemos tenido la fiesta en paz, incierta, pero en paz.
La programación festiva podemos concluir que ha sido austera, insisto, son los tiempos que nos han tocado vivir por la situación económica del Ayuntamiento y el ciudadano en parte parece haberlo entendido. Pero nada que ver con ferias de tiempo atrás con unas programaciones muy completas, con los mejores artistas del momento y muchos atractivos, en fin todos los ingredientes de una gran feria propia de una capital. En esto también consiste el foco que debe tener la verdadera capitalidad. Baste el ejemplo del pórtico ferial, que más ha parecido el de cualquier pequeño pueblo jienense que el de una capital de provincia que quiere estar en el escaparate. Muchos pueblos de la provincia nos ganan por goleada. Nada que ver con las portadas de la etapa de Cristina Nestares, que hicieron época, con la réplica de nuestra Catedral y del Castillo de Santa Catalina, como recordé días atrás. Dicho lo anterior, el protagonismo hay que anotarlo, como siempre, en el haber de todo Jaén que se involucra a manos llenas en la defensa de su feria de San Lucas y crea el ambiente propicio desde el primer momento hasta el último. En fin, con lo bueno y lo menos bueno, San Lucas ha pasado y lo ha hecho dignamente y sin sobresaltos a pesar de todo, y tenemos en el horizonte un año para que a quienes les corresponde puedan sorprendernos haciendo más grande si cabe esta enorme cita jaenera.
Foto: La novedad este año, además inédita, ha sido el desalojo del recinto ferial a causa del temporal. También se ve la austera portada. (POLICÍA LOCAL).