Por ANTONIO GARRIDO / Es curioso, pero la situación en la capital tras la jornada electoral del domingo nos plantea un panorama casi idéntico a lo ocurrido hace cuatro años, el PSOE obtuvo los mismos concejales que ahora, pero el PP consiguió ocho, en tanto que Ciudadanos se colocaba en el papel de árbitro con cuatro ediles y dos cada uno Adelante Jaén y Vox. En aquella oportunidad primero hubo un diálogo fluido entre Ciudadanos y PP y estuvo a punto de fraguarse un principio de entendimiento, si bien se trataba de una mayoría endeble y además surgieron contratiempos en la negociación y esto posibilitó el acuerdo in extremis, con el grupo socialista encabezado por Julio Millán. Ahora cualquier mayoría absoluta de gobierno para los grupos que están empatados a 11 concejales, PSOE y PP, pasa necesariamente por negociar con el partido emergente Jaén Merece Más, que logra más de 7.000 votos, que son muchos dada la sociología de la ciudad, con bloques muy definidos a ambos lados del espectro político, y me ha sorprendido, aunque relativamente, que Vox mantenga sus dos concejales, habida cuenta de los cuatro años tan atípicos de un grupo que terminó dividido y sin pena ni gloria, aunque sea entendible desde el convencimiento de que hay un suelo electoral, que incluso se ha visto aumentado, que mantiene posiciones ideológicas a la derecha del PP y que alimenta este caudal de votos, que en otras circunstancias hubieran ido a las filas de los populares. En cuanto a la izquierda del PSOE, nada nuevo que decir, ha sido un fracaso estrepitoso, y no únicamente por la existencia de dos candidaturas diferentes, sino porque el electorado le va dando la espalda, ellos ponen toda clase de excusas porque reconocer el fracaso es duro, pero la verdad no tiene más que un camino, la evidencia. En cuanto al mapa que queda a nivel nacional y andaluz se trata de un avance de enormes proporciones que hace que tanto Núñez Feijóo como en Andalucía Juanma Moreno se muestren eufóricos, aunque el líder andaluz, y es lo que más admiro de él, fue mesurado en la asunción del triunfo, y es verdad, hay que ser humildes en las victorias y elegantes en las derrotas.
El gran perdedor en estas elecciones ha sido Pedro Sánchez, de ahí que se haya visto obligado a convocar elecciones generales al entender que el paso del tiempo puede aumentar la debacle. Unas elecciones de urgencia, nada menos que el 23 de julio, en vacaciones, con menos asistencia a las urnas, una decisión un tanto a la desesperada para coger desprevenidos a los adversarios y que le puede dar la puntilla, por la propia impopularidad de su iniciativa, aunque por otro lado es un clamor la cita electoral y cuanto antes mejor. Me estaba refiriendo a Sánchez y a su grupo de palmeros, más papistas que el papa, entre los cuales hay muchos en Jaén, aunque en bastantes casos de nuevo cuño, e incluyo también a uno de sus mejores aliados, el líder andaluz Juan Espadas. No creo que se haya castigado tanto la acción de gobierno, que también, sino sobre todo su estilo de gobernar, la suficiencia, el talante de autócrata, representa bien la conocida expresión francesa, atribuida a Luis XIV: “L’État, c’est moi” (El Estado soy yo). En cuanto a los grupos a su izquierda, algunos de los cuales justifican su derrota con el clásico “que viene la derecha”, en vez de defenderse con ataques deberían reflexionar que hay una gran parte de la opinión pública que rechaza por igual que el PP se alíe con Vox o que el PSOE, también con tal de gobernar, pacte con independentistas, Bildu y algún etcétera más, cuando se había prometido hasta la saciedad que jamás iba a ocurrir. Pero a lo que iba, la personalidad de Pedro Sánchez daría para hacer un tratado, pero se puede resumir afirmando que su ego lo delata y causa un perjuicio de incalculables consecuencias para el PSOE, que afecta a dirigentes de este partido que sin comerlo ni beberlo, incluso con gestiones solventes, pagan las consecuencias.
Paso directamente a la batalla de la capital, tratando de analizar uno a uno a los grupos políticos que han participado de ella. De entrada reconozco que no me he equivocado en algunas de mis predicciones, están escritas en los últimos días y semanas, no ha habido excesivo lugar a la sorpresa, conociendo el comportamiento electoral de la ciudad, su sociología, y el ambiente que se respira en la calle. No hay que ser necesariamente politólogo, se trata de colocar el termómetro ciudadano, abrir los ojos y los oídos y, cuestión muy importante, estar libre de cargas y gravámenes, es decir, abrirse a la pluralidad, porque es muy difícil entenderse con aquellos a los que sólo importa lo que quieren escuchar. Todo esto me lleva a plantear, ante el dilema que tenemos en Jaén y ya que es inevitable el pacto, dos preguntas muy sencillas: el acuerdo, ¿con quién? y ¿para qué?
Empiezo con el PSOE, que aunque por poco ha resultado ser la lista más votada en la capital, caso singular en Andalucia. Lo he repetido en muchos círculos en los que me preguntaron durante la campaña, lo mismo que siempre estuve seguro de que Jaén Merece Más sería la llave, advertí que Julio Millán encabezaría la lista más votada. A esa conclusión llegaba, como también he repetido machaconamente, tras ser permeable a la opinión de la calle e interpretar que estaban en un error los que pudieran pensar que este gobierno de PSOE con Ciudadanos estaba achicharrado. Nada de eso, por lo menos en las proporciones que algunos pronosticaban. Es absolutamente verdad que ha habido aciertos y errores en la gestión y que un sector de la ciudadanía no ha entendido parte de la hoja de ruta, pero sobre todo en la recta final se han empezado a ver los frutos de un trabajo forjado en tiempos de dificultad. Yo no soy ni de Millán ni de ninguno, no tengo hipotecas ni mochilas políticas, por eso puede afirmar que algunas concejalías me han sorprendido agradablemente en tanto que otras dejaron que desear y ahí lo dejo.
Ser la lista más votada es una victoria moral para Millán, sobre todo después del episodio del Colce, de Onda Jaén, y algunos etcéteras más. Julio Millán tiene una buena valoración personal, lo he podido constatar en diferentes ámbitos políticos y sociales y creo que eso le ha salvado, a pesar del sanchismo y de que en la campaña electoral ha tenido un papel un tanto plano y creo que no ha vendido bien sus fortalezas, tal vez por timidez o por exceso de confianza. Las posiciones socialistas de agresión verbal constante hacia los postulados de Jaén Merece Más en los últimos años, a quien reiteradamente consideraron alarmista y catastrofista, por defender lo que creían que era mejor para la ciudad, y que el PSOE planteó en numerosas ocasiones de manera agresiva, creo que imposibilita de facto al cien por cien un entendimiento entre las dos fuerzas políticas, motivo por el que el PSOE tendrá que pasar a la oposición si las matemáticas no posibilitan otro tipo de alianza de gobierno, totalmente improbable. Hoy, Julio Millán acaba de tenderle la mano al partido bisagra, un poco tarde, aunque no me atrevería a plantear una negativa categórica, únicamente apunto su complejidad. En cuanto a las declaraciones de Domínguez que considera «acabado» a Reyes, no es más que una frase ocurrente para la ocasión. La realidad es que pese al correctivo, los muertos que vos matáis gozan de buena salud, al momento presente, el futuro está por escribir para todos, la política tampoco son ciencias exactas
Por lo que se refiere al PP, con Agustín González Romo, el cabeza de lista del Partido Popular, es más fácil deducir que tiene casi todas las papeletas para ser el próximo alcalde de Jaén, por poco que se alineen los astros. A sus méritos, que los tiene, porque ha pasado de 8 a 11 concejales y además junto a su equipo ha protagonizado una campaña proactiva, con el hándicap inicial y la enorme desventaja de ser poco conocido y hacerse visible en todos los lugares, una maratón en toda regla, no cabe duda de que se ha beneficiado del tsunami PP, de Ayuso, Feijóo y compañía, y también lo que algunos hemos considerado un posible error de su campaña ahora resulta que ha sido un aval, fiar su futuro al de Juanma Moreno, el líder que sale igualmente reforzado en Andalucía. Agustín González tiene experiencia de gestión, ha presentado un proyecto de ciudad en el que hay cuestiones que son discutibles, pero sobre todo si profesa la humildad y es capaz de escuchar, tiene talante para ser un buen alcalde.
Un acuerdo con Vox no le proporciona estabilidad, por lo que su única salida es entenderse con Jaén Merece Más, que ya le adelanto que puede ser un socio incómodo por exigente, reivindicativo y tenaz, cuestión distinta es la fórmula que se escoja para hacer que la ciudad funcione en los próximos cuatro años. De su lista al Ayuntamiento parece que tendrá que salir el presidente del partido, Erik Domínguez, porque tiene poco sentido que un concejal que es de Guarromán y que estaba en la candidatura de la capital porque quería ser presidente de la Diputación, se quede en el escaño cuatro años, con lo perjudicial que resulta meter a los partidos en los consistorios, ya hemos tenido amargas experiencias y no deben repetirse. Tiempo habrá para hablar del equipo que acompaña a González Romo.
Como jienense celebro la presencia de Jaén Merece Más, que estaba seguro iba a ser la llave del nuevo Ayuntamiento, y los 7.000 votos, frente a los 10.000 de las últimas elecciones autonómicas, me parecen pocos para la trayectoria que tiene el partido provincialista que antes fue conocidísima plataforma ciudadana nacida en el año 2017. Ha tenido un gran candidato, una persona inteligente, con amor a su ciudad y con lenguaje fácilmente entendible, incómodo para PSOE y PP, pero cada vez más asumido por los vecinos a los que de verdad lo único que les interesa es que su ciudad progrese. Fue providencial el nacimiento de JM+ porque su lucha es únicamente contra el ninguneo a Jaén y a la provincia por parte de los gobiernos de Madrid y de Andalucía. Su ideal lo componen cuatro letras, las de J-A-É-N. Quiero pensar que con estos tres concejales en el Ayuntamiento cambiará el status quo de la ciudad y especialmente del Ayuntamiento y que la prioridad será la defensa de todas aquellas cuestiones para el despegue de la capital que desde su nacimiento proclama Jaén Merece Más, una relación de cuestiones sobre las que lleva clamando, desde el tren, que no es competencia del Ayuntamiento pero que sí le corresponde exigir un trato de igualdad con otros territorios, hasta que se cumplan los compromisos con el Cetedex, como ha demandado ante notario, ante la indiferencia de la mayoría de los partidos, incluso la financiación de la UJA, etc, más aún con elecciones a la vista y con las interrogantes que se abren.
Confío en que con Jaén Merece Más la ciudad mejore. Ahora bien, durante los próximos veinte días lo que deben acordar las dos fuerzas políticas es qué tipo de relación establecen para sumar en favor de la capitalidad. ¿Un pacto de gobierno clásico, sin más, como el que tuvo el PSOE con Ciudadanos y que en una primera fase terminó como el rosario de la aurora, un pacto en el que el grande acabe engullendo al pequeño?, ¿o un pacto sin necesidad de entrar en responsabilidades de gobierno, pero con un decálogo, o lo que quiera que sea, con todas las prioridades que tiene Jaén, para que ninguna se quede sin programar? Lo bueno que tiene Jaén Merece Más es que se ha posicionado en favor de Jaén y sus críticas han estado dirigidas por igual a las dos administraciones, estatal y autonómica, en función de sus competencias. Por lo antes dicho en este momento procesal parece que el pragmatismo político pasa por entenderse mejor con PP, porque gobierna en Andalucía y posiblemente está a un paso de hacerlo en España, con lo cual va a tener en su mano dar respuestas a Jaén, las mismas que el PSOE carece de poder político y parece que lo va a ser en algún tiempo. Pero dejémoslo decidir en libertad, ha recibido los votos que no tenían como destinatarios a los dos grandes, por tanto carece de sentido presionarle, debe escuchar con atención y hacer simple y llanamente lo que más convenga a los intereses de Jaén. Para eso está mandatado. Y punto.
El acierto de esta relación marcará el rumbo de esta ciudad en los próximos años y retratará la verdadera voluntad política, por ejemplo de los populares, que por mucho que se jacte Juanma Moreno en sus visitas por tierras del Santo Reino, aparte de la mejor sonrisa y los halagos que ya resultan hasta empalagosos, no ofrecen resultados de una acción de gobierno que esté dando frutos en Jaén y para Jaén. Es de esperar que Jaén Merece Más haga cambiar las palabras por los hechos, por lo pronto ha logrado su propósito frente al ninguneo, doblegar la sociología de Jaén y el bipartidismo, tan instalado en la comodidad.
De Vox, poco que decir. Lo mismo que a Jaén Merece Más se le supone un papel influyente, cualquiera que sea la fórmula elegida, Vox puede pasar por una presencia testimonial. Me hablan bien de Manuel Ureña, que es el cabeza de lista que ha presentado este partido y que ya era concejal en la etapa recién terminada en la que la presencia del partido de Abascal no creo que fuera merecedora de premio, pero los designios de los votantes son inescrutables y plantean este tipo de interrogantes, y el pueblo es soberano, haga lo que haga. Sus votos es obvio que han salido del espectro de la derecha, de no haber existido, el PP estaría hoy celebrando otros supuestos.
Otra batalla no menos importante ha sido la de la Diputación. Una vez más, porque ya se vivió en tiempos de Fernández de Moya, el hoy presidente de los populares en la provincia, Erik Domínguez, había puesto desde el principio el foco en la conquista del organismo provincial, daba tan por sentada la victoria que se puso de número dos en la lista por Jaén para apostar sobre seguro. Alegan que había que acabar con más de 40 años y ya tengo escrito que la verdadera transición llegará el día que se produzca esta alternancia, pero acto seguido hay que subrayar que es la expresión de la voluntad popular y esto no se discute. Otro modelo es posible, claro que sí, o lo supongo, pero esta vez tampoco va a poder ser. Francisco Reyes ha revalidado la mayoría absoluta para el Ayuntamiento de Ayuntamientos, donde, se podrá estar o no de acuerdo, faltaría más, pero hay que reconocerle una labor importante, la Diputación es uno de los grandes activos de esta provincia, un agente muy pendiente del desarrollo y con sus recursos, que tampoco son ilimitados, llega a muchas atenciones, sean o no de su competencia. El PP tendrá que esperar.
A pesar de todos los pesares y del avance del Partido Popular, el PSOE sigue siendo el partido mayoritario en la provincia, en votos, en ayuntamientos, tanto con mayorías absolutas como con minorías, aunque ya no se trata de los datos de antaño, les separan 9.000 votos, y el PP es verdad que se puede considerar ganador moral porque ha dado el estirón y se ha hecho fuerte en algunas grandes ciudades y en muchos municipios, como Alcalá, Andújar, La Carolina, Linares, por supuesto La Guardia y hasta en Quesada, que siempre fue feudo del PSOE. Los socialistas mantienen bastiones como Úbeda y Martos, mientras en Baeza hace falta acuerdo y está la duda de si es posible que PSOE y Baeza Merece Más se entiendan, porque el cabeza de lista de la última es un escindido del PSOE. En Bedmar, el PSOE de Reyes ha retrocedido, su holgadísima mayoría se reduce, los liderazgos cuando son tan prolongados empiezan a decaer. Una sorpresa agradable de la jornada la ha proporcionado también el alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, el superviviente más relevante de Ciudadanos con mando en plaza, y es que se nota cuando al frente de un Ayuntamiento hay una persona querida y respetada como Miguel y me alegro de esta elección tan merecida.
En fin, en tres semanas se constituirán con estos mimbres los nuevos ayuntamientos. El pueblo ha elegido y como se suponía muchos consistorios tendrán que decidirse por medio del acuerdo y de la negociación. Que Dios reparta suertes, y que la confianza que han otorgado los ciudadanos en cada uno de los casos tenga respuesta en trabajo y gestión para hacer más grande nuestro territorio, que eso es al final la política entendida en su acepción más noble.
Foto: Agustín González, Manuel Vallejo y Julio Millán, en el debate organizado por el Foro Jaén de Opinión y Debate,