Por ANTONIO GARRIDO / Llegas a Jaén después de unos días de cambio de aires, pero rápidamente se le vuelve a tomar el pulso a la actualidad. Jaén es muy previsible, quiero decir que salvo los hechos excepcionales, que normalmente se inscriben en la crónica negra, no estamos acostumbrados a la sorpresa o al asombro. Lo primero de todo es la que parece constatación de que lo del Cetedex va en serio, de hecho en el pleno extraordinario que el miércoles celebrará el Ayuntamiento, va en el orden del día la cesión de terrenos al Ministerio de Defensa para el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación, 80.000 metros cuadrados iniciales en el Parque Empresarial Nuevo Jaén, que lleva así, prácticamente “nuevo”, desde su creación, made in Jaén. Desde que el 2 de diciembre se firmó el protocolo que parecía simplemente testimonial, han sido varias las reuniones mantenidas tanto en Jaén como en Madrid y la prueba está en que en un plazo relativamente corto, sobre todo sabiendo que las cosas de palacio van despacio, se han dado avances, incluso ya ha habido contacto con la Universidad de Jaén para su implicación. El tener Universidad y estar tan dispuesta a los retos, como es nuestro caso, da mucha seguridad a este proyecto. Es verdad que nació con el descrédito casi generalizado de la población, y por la vía de los hechos es por la única que se nos puede convencer. Ahora bien, necesitamos saber más, sobre todo las asignaciones presupuestarias y el cronograma. De todos modos no creo que haya riesgo de que corra la misma suerte que el Colce. El pasado día 4 se cumplieron dos años de la soberbia estocada a Jaén, y ahora hay quien cree asegurar que no hay mal que por bien no venga y que el Cetedex está llamado a ser todavía una herramienta más valiosa para ayudar al despegue de Jaén. Está por ver, pero por ahora lo importante es que veamos que los políticos se mueven y que mantengamos la esperanza, acaso hayamos cogido en marcha el último tren. Ni optimista ni pesimista, realismo puro. Lo que ven los ojos, no quiero lamentos mientras exista una ilusión.
Dicho lo anterior, sigo insistiendo en que no se crea el señor Pedro Sánchez, ahora, o los gobiernos que pudieran sucederle, que con el Centro Tecnológico de Defensa ya satisfacen la deuda histórica del Gobierno de Madrid para con Jaén y los jienenses. A estas alturas no creo necesario hacer una lista de los agravios, que venimos repitiendo con insistencia para ver si en algún momento se enteran. Pero el más escandaloso de todos es el del tren. Seguimos padeciendo el desprecio más absoluto del moderno ferrocarril, a Jaén y a la provincia se le lleva condenando sistemáticamente, por eso tenemos trenes propios del pasado siglo. El servicio Jaén-Madrid es la expresión más evidente del abandono, un tren averiado casi a diario, en tanto que las soluciones que han dado los políticos, desde Renfe y el Ministerio con la complicidad de responsables públicos provinciales y locales, no deja de ser una solemne tomadura de pelo, la lanzadera a Córdoba, que es chapuza y no solución. El Gobierno, los anteriores pero este en grado sumo, han desoído el clamor de la población, una ciudadanía que ya se ha acostumbrado a estar marginada y prácticamente ni se inmuta cuando de manera tan habitual se producen las incidencias que hacen que los trenes se retrasen, se averíen o cualquier otra causa impropia en estos tiempos. Un servicio en el que ni siquiera hay, por lo general, una máquina de la que se pueda adquirir una simple botella de agua en un trayecto de cuatro horas, cuando no son más. Por eso digo que ni siquiera el Cetedex, no podemos conformarnos, necesitamos y exigimos en todo lo demás servicios propios del siglo XXI, ni más ni menos que los que tienen en otras provincias y otras capitales.
Los políticos cuando vienen tratan de ser muy cariñosos con Jaén. Le ha ocurrido hace unos días a Juanma Moreno, el presidente de la Junta de Andalucía, que se ha prodigado en elogios, aunque fechas más tarde, ya desde la Sevilla en la que gobierna la comunidad, ha reivindicado un AVE directo entre Sevilla y Málaga, es decir, más para los que más tienen, mientras los desfavorecidos, en el furgón de cola, nos seguimos distanciando de la convergencia cada vez más. El día que se nos ofrezcan datos sobre estos niveles nos vamos a sorprender, aunque todos lo sabemos. A nosotros nos relatan el cuento de Alicia en el país de las maravillas, pero las grandes inversiones nos trascienden. No digo nada del líder de los socialistas andaluces y acólito aventajado de Sánchez, el señor Juan Espadas, otro que bien baila, que también, para no ser menos, reivindica mejores servicios ferroviarios para Huelva, Granada y Almería, pero no tiene valor de mirar por la que también es su tierra, Jaén, y por ella plantarse ante su presidente y reclamar de una vez por todas trenes dignos para Jaén, como los demanda para otros territorios. En definitiva, todo hace indicar que el castigo a Jaén con el tren va para largo, que nos engañan como a chinos y que desde hace años, en especial desde 2017 en que el CES Provincial hizo un extraordinario informe en el que alumbraba expectativas sobre el ferrocarril y marcaba el rumbo a seguir, todos, arriba y abajo, han sido incapaces de resolver una necesidad imperiosa. Por eso decía que no se debieran ir de rositas solo con el Cetedex. El gobierno de Sánchez ni siquiera cumplió con la ITI, de la que mañana les contaré más despacio, por tanto que no vengan a hacernos creer que ya nos han redimido.
En el ámbito político nada especialmente destacable, salvo que el PP sigue en su tarea de restar presencia a Ciudadanos. Ser del partido naranja es ya una heroicidad, baste decir que el que ha sido su líder en los últimos años, Juan Marín, más listo que el hambre, fue el primero en pasarse a las filas del partido de Moreno Bonilla, porque en la calle hace mucho frío. Supongo cómo lo estarán poniendo los que fueron sus correligionarios. Por eso admiro más a Miguel Moreno, el alcalde de Porcuna, leal y fiel al proyecto, aunque viva las horas más bajas, si bien creo que su plaza de alcalde no debe estar en peligro, porque regidores como él son los que se necesitan, lo primero tu pueblo. Tampoco me extraña la incorporación en la lista de Linares como número 2 por el PP de Raúl Caro de Accino, que fuera alcalde por Ciudadanos. No me disgusta este hombre, pero es curioso cómo buscan el sol que más calienta. Hay que seguir viendo otras listas, entre ellas la del PP en la capital, porque me consta que hay una parte de la militancia que no ve con buenos ojos que se desprecien los trienios para colocar a los que hacen el trasvase, y es razonable. Los dirigentes se atreven porque se acabaron los debates en las formaciones políticas, son pocos los que tienen la osadía de pedir cuentas, y normalmente las reuniones, cuando las hay, son meros brindis al sol para actos extraordinarios y como dijo en su día Alfonso Guerra el que se mueve ya sabe que no sale en la foto. Parece mentira que estamos en plena democracia, o eso pregonamos, y cada vez las expresiones democráticas están más ausentes. Nada es lo que era y yo he conocido por mi profesión durante medio siglo. ¿Democracia? Si yo les contara…
Foto: El proyecto del Cetedex parece que avanza, de hecho el miércoles se ceden los terrenos.