Por ANTONIO GARRIDO / En la crónica de ayer, dedicada, como era lógico, a la celebración en Jaén del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, saludábamos la decisión de su presidente, Juanma Moreno, de empezar la peregrinación en esta legislatura por las diferentes provincias en la nuestra, un gesto digno de agradecer. También decíamos que éramos todo oídos, en el sentido de que estábamos expectantes sobre las noticias que pudiera ofrecer y que constituyan motivos de esperanza para la capital y la provincia. Pues bien, he seguido con interés la comparecencia del presidente andaluz y, para resumir una intervención de casi una hora ante los periodistas, podría decir que la suya ha sido una voluntariosa declaración de intenciones. Más que traer a Jaén ninguna sorpresa especial, que, la verdad, alguna esperábamos, lo que ha hecho el presidente, insisto, con su habitual talante y en un tono muy afectuoso con nuestro territorio, ha sido un recorrido por las diferentes consejerías para dar cuenta de cuáles están siendo las prioridades del gobierno andaluz con respecto a Jaén y después en la habitual referencia hemos sabido que en el orden del día los temas predominantes han tenido sello de Jaén. Nada que objetar, pero tampoco nada que no sea la normal asunción de las competencias que le corresponden al ejecutivo autonómico. Pero empecemos por el principio. Antes de la reunión el gobierno en pleno se hizo la fotografía de rigor delante de la fachada principal de nuestro monumento más emblemático, la hermosa Catedral de la Asunción, todos acuden al mismo lugar, tirios y troyanos, si acaso cambian el encuadre, y posteriormente el profesor Galera, el más docto de nuestros historiadores de arte, acompañó a los ilustres visitantes por un recorrido por la seo, también con presencia del obispo, don Sebastián Chico.
El prelado ha pretendido desde el primer momento llevarse bien, y así es, con todas las instituciones, pero en concreto con la Junta está agradecido por el casi millón de euros ofrecido por Moreno Bonilla para la restauración de las vidrieras. Igualmente le afecta al monumento la mejora del entorno, pero en este aspecto, aunque a las administraciones les gusta hacer alardes y dar la sensación de que el dinero sale de los bolsillos de sus responsables, en este caso se inscribe en el programa ITI y son fondos europeos, gestionados, eso sí, por la Junta. Ante el edificio del Museo Íbero, esperaban al presidente tanto una representación de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad de Jaén, pidiendo suficiencia financiera para nuestra institución en el modelo que se está negociando, y también se hicieron presentes miembros de Salud Responde, incluso Jaén Merece Más le hizo entrega de sus propuestas más jaeneras. Moreno Bonilla atiende a todo el mundo de manera muy afable, y además lo hace de natural, y se volvió a la capital andaluza con varios documentos para que no se le olviden las asignaturas pendientes de Jaén.
Vayamos por partes. Lo primero que hizo fue señalar que no se había escogido el Museo Íbero por casualidad, sino porque pretende ser el referente mundial de la arqueología y que en pocos meses se contará con la obra a exponer y al fin el proyecto museográfico, así como que de las más de 6.000 piezas de las que se va a disponer finalmente se mostrarán algo más de 2.300. Tras esta justificación, que algunas veces hemos escuchado en los últimos años, el presidente se deshizo en elogios al territorio visitado, para dejar constancia de que Jaén está muy presente en la agenda institucional, política e inversora de la Junta, aunque, continuó diciendo, que esta provincia necesita de cariño, trabajo, dedicación y esfuerzo de las diferentes administraciones. Y dijo más, que desde el primer momento en 2019 en cada presupuesto de la Junta la provincia siempre ha sido la que ha contado con mayor inversión por habitante, incluso por delante de Málaga, que en este momento es el gran referente. Nos trató de convencer a continuación de que Jaén está avanzando “en la dirección correcta”, aunque les gustaría ver los resultados más rápidos, aún así, en la Junta prefieren el rigor a la improvisación, se explicó. De ahí pasó al terreno pantanoso de las cifras, y ofreció una hasta ahora inédita, 1.500 millones de euros movilizados desde el año 2019, lo mismo que ha concretado en 368 millones los proyectos en ejecución y 735 los que andan “en previsión”, cifras que a su juicio “no se conocen desde hace décadas”. De ahí se trasladó a la Unidad Aceleradora de Proyectos, donde aguardan su oportunidad la Ciudad de la Justicia, previsiblemente mediante colaboración público-privada, como se proyectaba hace algún tiempo, y la Ciudad Sanitaria, en la que se prevé una inversión, lo que no ha dicho es cuándo, de 450 millones de euros.
El presidente Moreno Bonilla ha puesto el acento, como no podía ser de otra manera, en el olivar, sector estratégico de la provincia, y en la estrategia diseñada por la Junta para el periodo 2023-2027 de promover acciones para aumentar su rentabilidad, ayudar a que salga a flote después de los problemas a los que ha debido enfrentarse como la pertinaz sequía, o la crisis económica, además de que la Junta canaliza las ayudas de la PAC. Continuando con la sucesión de datos que en su criterio van dibujando un panorama más optimista de Jaén, ha hecho referencia a que la nuestra ha sido la que en mayor medida ha incrementado sus exportaciones agroalimentarias. De nuevo, ración de realismo: “Jaén avanza, pero queda mucho por hacer”.
Sinceramente donde esperaba alguna novedad es al referirse al capítulo de la sanidad, ha vuelto a vender de nuevo el edificio de lavandería para el nuevo complejo hospitalario con el que la Junta trata de sacar a flote un proyecto histórico, pero en este sentido se ha limitado a señalar que este año se dedicarán 40 millones a infraestructuras sanitarias y ha aludido a los equipamientos que se han incorporado a los hospitales y las mejoras en la mayor parte de los centros de salud. Entiendo que el proyecto de la Ciudad Sanitaria lleva su tiempo y que en esa citada Unidad Aceleradora de Proyectos también debe existir lista de espera. Moreno Bonilla ha sacado pecho con la Inversión Territorial Integrada, la famosa y polémica ITI, plan que concluye este mismo año y en el que afirma que la Junta prevé haber invertido 169 millones de euros. Queremos recordar que la cantidad correspondiente para asumir por el gobierno andaluz eran 220 millones, por tanto lo previsible es que no se llegue a ella, y esto no es muy razonable y menos en una provincia donde hay tanto por hacer. Habrá que preguntarse por los responsables de que no se pueda llegar a la meta.
El trueno gordo se le ha dedicado al tranvía, y aquí, tanto en su intervención como en las preguntas posteriores de los periodistas, sí se ha extendido, Moreno Bonilla ha dicho algo que todos entendemos perfectamente y es que parte del material se ha deteriorado e incluso se ha quedado anticuado en doce años, y que por lo que respecta a las vías hay un evidente abandono, incluso hay zonas en las que ha actuado el vandalismo. Ha sido más rotundo al afirmar que “el tranvía es más fácil hacerlo de nuevo”, porque en determinados aspectos ha habido que empezar de cero, y que le ha tocado a su gobierno rescatarlo, con lo que supone de dedicar tiempo y mucho dinero a este fin. Su compromiso, uno más, es que en febrero próximo se van a hacer varias licitaciones por un importe de 4,3 millones de euros y que también se efectúan las pruebas de vagones. Tan mal está el panorama que en esta ocasión se ha mostrado menos optimista al ofrecer fechas: 2023 debe ser el año del impulso, para que en 2024 se ponga en marcha el sistema tranviario, que en todo caso debe estar funcionando en esta legislatura. Esto es lo que hay al respecto, mientras el Ayuntamiento mete prisa, cada cual midiendo sus tiempos, también los tiempos políticos.
Todo lo demás, insisto, declaración de intenciones, buenas palabras y mejores propósitos. Y punto. El presidente ha cambiado sus compromisos de anteriores campañas por un discurso más pragmático: no todo se puede hacer a la carrera, pero Jaén es prioridad en los proyectos estratégicos, mientras que la implicación del gobierno del Estado está muy por debajo de la suya, etc., y ha hecho la afirmación categórica de que los datos certifican un despegue de la economía de Jaén, tanto en industria como en agricultura o servicios, con referencia especial al turismo, por lo que con todas sus acciones lo que la Junta pretende es estimular ese crecimiento económico, vital para el progreso y que se traduzca en desarrollo y bienestar.
Con respecto a la candidatura de Paisajes del Olivar a Patrimonio Mundial de la Unesco y el rechazo de algunas organizaciones agrarias por si supone riesgo para la libertad de empresa, el presidente se ha pronunciado en favor del diálogo y el equilibrio. Y al hilo de que se había hecho presente la Plataforma Ciudadana en Defensa de la UJA, ha abogado porque la fórmula a la que se llegue en el modelo de financiación que se negocia para el periodo 2023-2027 respete la diversidad de las distintas instituciones universitarias andaluzas sin causar perjuicio a ninguna de ellas. Ha puesto más contundencia en hablar de lo que la Junta ha hecho por la Universidad de Jaén en los últimos años, incluido 2022 con 97 millones, “el mayor presupuesto de toda su historia” (su opinión en este sentido no es muy compartida por quienes en Jaén conocen los datos económicos al detalle) que en enjuiciar el futuro, aunque por sus palabras cabe deducir que firmar el nuevo modelo no va a resultar una tarea sencilla. Será un pulso entre las propias universidades y ya sabemos la historia de que el pez grande se come al chico. Por eso estaremos en situación de alerta. Ah, es curioso, pero ha sido necesario que se encuentre en Jaén el Consejo de Gobierno de la Junta, para que el consejero Villamandos haya bajado a la arena, hablando con miembros de la Plataforma y prometiendo una reunión con ella. Hasta ahora había hecho oídos sordos, ni mención siquiera.
En fin, saquen ustedes sus propias conclusiones. Si les digo la verdad el presidente me ha dejado con la miel en los labios, posiblemente la reunión había levantado demasiadas expectativas y no es que haya sido un encuentro de trámite este “día de Jaén”, pero algunos de los asuntos que llevan tantos años en lista de espera y que esperábamos se aceleraran en este ejercicio, parece que tienen que esperar. Llama la atención que no haya salido en ningún momento el tema Colce ni tampoco el Cetedex dentro del continuo pulso en el que andan siempre las administraciones y que se echan en cara la atención presupuestaria hacia los territorios, en este caso el nuestro. No son comparables las competencias, por tanto no es muy de recibo que hagan carreras con esto. La única realidad es que el gobierno de Pedro Sánchez y los anteriores, al margen del color político, ha actuado de espaldas a Jaén, valga como ejemplo la impresentable cantidad de 69 millones asignados para este año, que han debido sonrojarle y acudir al proyecto que anuncia el Ministerio de Defensa, pero con respecto a la Junta, aunque sus competencias son muy amplias y hay un gran margen de maniobra, es verdad que muchos de los proyectos están encarrillados, pero no es menos cierto que caminan a paso de tortuga y que en concreto la Ciudad Sanitaria merecería ya, puesto que nos han machacado con ella hasta la saciedad, estar en línea de salida, porque al ritmo que lleva en esta legislatura ni soñarlo. Por cierto, terminada la visita el PSOE ha salido en tromba criticando el resultado del Consejo de Gobierno. Ahora está envalentonado por el Cetedex, pero las administraciones socialistas, ni el gobierno ahora ni la Junta antes, se pueden poner de ejemplo, que cada palo aguante su vela, que tenemos memoria histórica solo para lo que queremos.
Sé que, como afirma Moreno Bonilla, todo no se puede hacer a la vez y que en unos pocos años no resulta materialmente posible recorrer el camino de una mala gestión de legislaturas, pero para eso están los planes, los plazos, no justificarlo todo en el recurrente “en esta legislatura” y en este aspecto la claridad brilla por su ausencia. Me agrada mucho oír a los políticos que muestran su afecto por Jaén, cuando ha dicho el presidente que “Jaén necesita y merece cariño”. Por eso les decía ayer que moderación y cariño son magníficos compañeros de viaje de un responsable público, siempre y cuando le acompañen los hechos y los sueños se tengan bien despiertos.
Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, saluda al obispo de la diócesis, monseñor Sebastián Chico, en la visita a la Catedral.