Por ANTONIO GARRIDO / He de reconocer que el anuncio de María Cantos al informar hoy de que los tres concejales no adscritos aunque pertenecientes al proyecto político Siempre Jaén, han decidido dejar sus actas en el Ayuntamiento, es decir, renunciar a los escaños como concejales, me ha cogido fuera de juego. No pensé que a pesar de la situación creada tras hacer público el alcalde que se retirarían las dos demandas contencioso-administrativas interpuestas por el Ayuntamiento sobre el polémico Plan Colce y las presuntas irregularidades del Ministerio de Defensa a la hora de la adjudicación, donde se quedó fuera Jaén, contra todo pronóstico, iban a dar lugar a esta nueva incidencia, que viene a sumarse a las que se han ido suscitando a lo largo del mandato próximo a expirar en el mes de mayo de 2023. Y, en la mayoría de los casos, el protagonismo lo asume la persona que encabezó en 2019 la candidatura de Ciudadanos, la abogada María Cantos Alcázar.
Creo conocerla bien desde hace algunos años, cuando primero trabajaba y después lideraba el movimiento vecinal, también cuando con su rebeldía cívica fue una de las propulsoras de la plataforma ciudadana Jaén Merece Más y, si decidió dar el paso a la política activa, es porque tenía la creencia de que dentro de ella podía ser más útil, pero la experiencia no ha resultado ejemplar. Primero se vio obligada por los hechos, dolida por su trabajo y su ambición por un Jaén mejor, cuando nos negaron el Colce y se lo dieron a Córdoba, eso le costó salir del equipo de gobierno, ya que tras los comicios locales el grupo se decantó, aunque después se han arrepentido, de dar su apoyo al candidato socialista. Ahora, tras comunicar el alcalde que el Ayuntamiento desiste de mantener los contenciosos con el Ministerio de Defensa, María Cantos y sus compañeros del grupo de no adscritos, Miguel Castro y Bruno García, deciden abandonar el Consistorio. Lo ha justificado diciendo que los principios están por delante de las actas de concejal y que no quieren ser parte de un Ayuntamiento que encierra la esperanza “a cambio de un documento sin compromisos vinculantes”.
Este gesto es inédito y en política solo parece que se lo pueden permitir quienes tienen vida y actividad fuera de ella, no los que viven de ella. La conozco bien, María Cantos representa lo que yo he llamado militancia ciudadana, sé que tiene muchos adeptos, pero también cuenta con no pocos críticos, es normal en una ciudad como la nuestra tan sociológicamente definida. Mientras estuvo sosteniendo al gobierno de coalición, era respetada por el PSOE, después han sido hasta crueles con ella, y en el PP tampoco la han visto con excesiva simpatía, porque a los dos grandes, por las mismas causas u otras diferentes, les gusta poco dejar que otros, y encima con menos peso electoral, les tosan. Pero porque la conozco y me consta que no tiene otras ambiciones que no sean Jaén y su progreso, por mucho que pueda extrañar a quienes no entiendan que una persona posea este tipo de sentimientos, hoy me felicito como jienense y la felicito a ella y a sus compañeros porque han tenido un gesto de dignidad que verdaderamente les honra.
A María Cantos se le pueden reconocer errores, tal vez en algún momento no haya sabido administrar bien su carrera política, en esto no se diferencia del común de la gente, pero considerando sus años de lucha de forma generosa por una ciudad mejor, su carácter indomable, sus convicciones, su amor a Jaén, la actitud adoptada hoy se corresponde con sus principios y con su ejecutoria. Habrá quien diga que debería consumar el mandato para el que fue elegida, pero hay ocasiones en las que conviene tener un gesto contundente. Creo que si no dimitió con el fracaso del Colce es porque tenía la esperanza de que los recursos dieran la razón, pero ya esa puerta también se cierra.
Lamentable que el alcalde haya sido tan desleal con una persona a la que tuvo a su lado y que, digan lo que digan, se dejó la piel por el empeño del Colce y por el Puerto Seco, entre otros proyectos, y no merecía desacreditarla de la manera con que lo ha hecho, tan duramente, dando a entender que la Base Logística había sido el sueño de una noche de verano, de ella, de María Cantos, pero se ha olvidado de que estuvo a las maduras, cuando se trataba de apuntarse el tanto, en cualquier caso supongo que el público en general, no los palmeros de turno de cada cual, deben tener memoria. La retirada de los recursos interpuestos por el Ayuntamiento por el Colce es otro tremendo error y una afrenta a la ciudad, que debe formar parte del canje, del mercadeo al que tan dado es el señor Pedro Sánchez, pero, repito, flaco favor se le hace a los intereses de Jaén. Por si fuera poco, el argumento que esgrime el alcalde a la periodista Manuela Rosa, en Diario Jaén, es antológico, digno de pasar a los anales de la historia local. Los recursos se pusieron para calmar la inquietud social. Juzguen ustedes mismos si les place. ¿Acaso de trata de evitar que la Justicia saque a relucir los trapos sucios? Ya sé que para los que quieren ver el milagro del Cetedex, algo así como que se nos aparece la Virgen, ya tenemos el maná bajado del cielo, pero esos recursos deberían llegar al final para que al menos nos quede a la ciudadanía la versión real de los acontecimientos, para que reine la transparencia y no nos traten de hacer comulgar a través del Cetedex con ruedas de molino. Una cosa no quita la otra. Esto se llama lealtad con Jaén antes que lealtad con el PSOE y con el Gobierno. Ahora falta ver de qué manera cubre Ciudadanos las bajas con personas comprometidas con el proyecto, porque hay una mayoría que desertó antes o después. Igual hay suerte y a la señora Orozco se le suman personas que vengan a robustecer el gobierno de coalición para el tiempo que queda. Pero esa es otra historia.
El caso es que hemos seguido en estos últimos días desde la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el anuncio del Cetedex, los ecos del compromiso de invertir en la provincia en un periodo de seis años la cantidad de 220 millones de euros para crear del orden de los 2.600 puestos de trabajo. Mi conclusión es que llevamos muchos años que no ganamos para “apuestas” y vienen desde todas las direcciones porque en la provincia no es que seamos incrédulos, es que nos han hecho así las administraciones negándonos en décadas el pan y la sal.
Todavía recordamos el brindis al sol de Juanma Moreno, en el Consejo de Gobierno celebrado en Úbeda, anunciando a bombo y platillo una inversión para la provincia en un periodo inferior a tres años, que ya han transcurrido, de más de 800 millones de euros, en una fórmula público-privada, que no se ha visto por ningún lado, ni nadie del PP ha salido a dar la cara al respecto. Claro que son cuatro años gobernando, en tanto que sobre la deuda histórica del Gobierno de Madrid, de todos los colores, ya estamos curados de espanto, si bien hay que dejar bien claro que el actual presidente, Pedro Sánchez, se lleva la palma entre sus colegas, por una razón muy elemental y es que ha demostrado de manera palpable que no es de fiar. Le viene que ni pintada aquella sentencia de Abraham Lincoln: “Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”. Por esto entiendo que esté tan extendido el pesimismo. Obras son amores, y no buenas razones.
Felipe González nos estuvo entreteniendo durante su mandato, achacando que Jaén le había costado a su gobierno muchos millones por la intervención de las entidades cooperativas y esa fue la causa de su ninguneo a la provincia, como si el resto de los mortales hubiéramos tenido la culpa. Zapatero tuvo al menos el gesto de dar luz al Plan Activa, que a la postre fue más una campaña de imagen que otra cosa, pero algunas actuaciones llegaron, hay que reconocerlo. Los gobiernos de Aznar y de Rajoy en realidad fueron cicateros, muy cicateros, pero Sánchez pasará a la historia como el que más prometió y menos hizo, ahí están los ejemplos del Colce, de la ITI, del tren, del Activa, y podría seguir porque la relación es interminable. Tiene sentido que su escaso crédito y con él el de quienes están a las órdenes del jefe, y nunca mejor dicho, esté bajo mínimos.
Ni siquiera voy a poner por el momento en tela de juicio que venga a Jaén o no el Cetedex, aunque el protocolo firmado, que no es sino eso, se trata de una declaración de intenciones, pero sí me llamó mucho la atención ver en las imágenes publicitadas la nutrida concurrencia congregada, mucha gente vip y más o menos en la órbita del establishment, porque, eso sí, las administraciones socialistas son muy cuidadosas y tienen su propia percepción de quiénes sí y quiénes no son sociedad. Y ni las cuento la penosa impresión que me causó ver a los principales líderes jienenses socialistas, todos a coro, en una estrategia bien planeada, en el PSOE como en el Ayuntamiento, saliendo a defender, en un alarde de euforia no contenida, a mi parecer algo grosero en la puesta en escena, el proyecto como si ya estuviéramos disfrutando de él. Cuidado con vender la piel del oso antes de cazarlo, o, lo que es lo mismo, de tratar de hacer campaña sobre lo que no existe aún ni sobre el papel, así que el PSOE en las administraciones que gobierna deberá esperar al menos cuatro años para que veamos no solo que es una realidad sino que las optimistas previsiones que nos han trasladado son tal cual.
Es muy atrevido asegurar que el Gobierno concede a Jaén la mayor inversión de la historia, y la mejor noticia de la última década. Qué pronto los conforman, y es normal, de nada a algo media un abismo. 220 millones entre seis años no llega ni a 40 millones por anualidad, claro que teniendo en cuenta la orfandad inversora, verbigracia en el presupuesto de 2023 con una ridícula partida de 69 millones, les puede permitir los excesos verbales. Curioso que los mismos que brindan por el que consideran pelotazo para Jaén, entre ellos algunos parlamentarios, también el presidente de la Diputación y el alcalde, ambos aplicados dirigentes socialistas, emularan a los leones de las Cortes con su clamoroso silencio. Precisamente los plazos de la política, y, por tanto, el electoralismo, también hace plantearse dudas, porque en unos meses tendremos elecciones municipales y muy poco después, las generales, y cualquiera sabe el futuro que pudiera correr nuestra presunta buena nueva a partir de esas circunstancias. Por cierto, mientras que el PP de Jaén ha sido cauto y escéptico, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, según leo en Diario Jaén, se suma a las felicitaciones, lo cual me parece bien porque es un detalle de lealtad institucional, tiempo habrá de criticar si se da la situación.
Pero a más a más, hoy se ha sabido que tanto la Junta como el PP regional están dispuestos a recurrir la decisión de quitar a Granada la Agencia de Inteligencia Artificial, claro que allí el primer edil, el socialista Paco Cuenca es el primero en echar un pulso al Gobierno y ha dicho con rotundidad que “mi partido es Granada”. Un regidor como Dios manda. Pero la vara de medir de los populares es distinta en unos sitios y en otros, en el caso del Colce en Jaén se mantuvo en la equidistancia, se negó la Junta a reivindicar el acuerdo que había salido POR UNANIMIDAD en el Parlamento a favor de Jaén, luego flirteó con Córdoba, y si no que se lo pregunten a la consejera Marifrán Carazo, mientras que Juan Bravo hizo un papel insulso y cuando pudo se hizo a un lado, pienso que porque estaba de por medio la Alcaldía de Córdoba. El PP de Jaén también se puso y ha seguido de perfil durante todo el proceso, que luego ni unos ni otros nos vendan historietas, todos y cada uno de los políticos han quedado perfectamente retratados, y lo digo con pena, sobre todo porque a todos se les llena la boca con Jaén y a la hora de la verdad son capaces de venderla por un mal tan extendido que se llama disciplina férrea.
Y, desde luego, a la hora de colocarse las medallas, que para eso siempre hay voluntarios, no es admisible que la política y los políticos se pongan en la fila. Todavía se recuerda la visita del entonces ministro Ábalos a Jaén, para reconocer a los dirigentes socialistas jienenses su lealtad con el partido, y se estaba refiriendo al Colce y lo pronto y bien que pasaron página en nombre de la obediencia debida a las siglas, en el momento en que fueron llamados al orden.
Les diré más, el Centro vinculado al Ejército con el que nos pretenden silenciar, y que, lo repito una vez más, seré el primero en celebrar cuando de verdad vea que es un hecho palpable, por ejemplo en el momento en que se firmen convenios de actuación firme con la Universidad, que debe ser pieza clave y garante en el proyecto, no ha sido una conquista política, aunque haya habido políticos que se hayan aprovechado de ello, se ha apuntado el nombre del diputado Juan Francisco Serrano, que está en el aparato federal del partido, y parece que con más arrojo que el desaparecido Felipe Sicilia, porque entiendo que aunque se deben a unas siglas también les duele Jaén, quiero decir que este tanto, al menos lo que hay ahora, su puesta en escena, es una consecuencia de la presión social, ejercida sobre todo desde la sociedad civil, y más en concreto, por la plataforma Jaén Merece Más en sus años de existencia, que logró incomodar tanto al PSOE como al PP, señal de que hizo bien su trabajo. Su conversión en partido supondrá otras rentas, no lo dudo, pero la plataforma, sobre todo cuando al principio destilaba aires de pluralidad y convicción, ha sido un hecho histórico. Esta misma semana se cumplirán cinco años de una manifestación que marcó un antes y un después. Creo más en la sociedad civil abierta y plural que en los partidos políticos, aunque los respeto a todos porque son consustanciales a la democracia. Por cierto que aplaudo que el partido Jaén Merece Más mire en dirección a la Junta, no se trata de mantener la equidistancia para que nadie se queje, sino, o así lo creo, que cada palo aguante su vela y que cada administración asuma sus responsabilidades en esta hora de Jaén y aflore esa deuda histórica enquistada.
Dicho todo lo anterior, también observo las distintas reacciones de la sociedad de Jaén. Insisto en que Sánchez no es de fiar, eso no parece que sea una novedad a estas alturas, pero no es menos cierto que Jaén necesita que se le empiece a tratar como merece, por tanto tenemos derecho a este Cetedex como a todo lo que podamos reivindicar. Los críticos que no están dispuestos ni a aceptar las evidencias, si es que llegan, logran que la adversidad les una. Aunque me gusta más lo que acaban de hacer los empresarios, con la CEJ y quienes disponen de compañías en el Parque Empresarial Nuevo Jaén. Como en la famosa frase de Kennedy, no solo se trata de qué puede hacer el país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu provincia, en este caso por el despegue socioeconómico de la capital. Y se han ofrecido para impulsar la llegada de inversores. Esta es una actitud positiva que ojalá también coadyuve, ya que el presidente de la cúpula empresarial jienense, Bartolomé González, viene clamando por la llegada a Jaén de empresas tractoras y esta del Cetedex podría ser el banderín de enganche.
En fin, ya saben la historia completa de nuestro Jaén, que quitaba el sueño a Franco y que después parece que ha ido ocurriendo lo propio con otros gobernantes porque nos han brindado cheques en blanco, promesas y más promesas, y esta es la hora en que tantos remedios milagrosos nos brindaron que aquí seguimos poco menos que mendigando atención a nuestra extrema necesidad. Si será por planes, porque a lo largo de los tiempos, desde el célebre Plan Jaén, hemos tenido unos pocos. El discurrir de esta tierra está muy ligada al insomnio de una clase política que siempre encuentra la misma salida, un plan. Y ahora ya ni eso. Los políticos, todos y de todos los colores, acaban por reconocer la evidencia, que es tanto como decir su propia derrota, porque la realidad tozuda de todos los indicadores no admite discusión y constituye una bofetada para quienes pretenden complacernos a base de buenas palabras.
Lo que queremos es que se haga justicia con la provincia y aparezca una fórmula que la coloque en el lugar que le corresponde, si bien nos sigue sorprendiendo que haya que seguir recurriendo a la beneficencia política en lugar de haber practicado y tiempo ha habido para ello, acciones que favorecieran los equilibrios territoriales, lo que ahora llaman cohesión y que nos coloca en posiciones marginales, con las mismas desigualdades de siglos atrás. Aún recuerdo cuando la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció el Plan Siglo XXI, otro más, para hacer de Jaén, en su propia expresión, la tierra del oro líquido, el nuevo Dorado del Sur. Otros destacados socialistas eran aún más optimistas, querían para Jaén una nueva Toscana, una tierra de progreso y proyección. Y así sucesivamente casi todas las etapas políticas, la actual también. Ya nos hubiéramos conformado solamente con que Jaén fuera Jaén, haciendo explotar todas sus potencialidades. Palabras, palabras, palabras…
Lo más llamativo históricamente de todo cuando se ha prometido a Jaén fue sin lugar a dudas el Plan Jaén que auspició Franco y que nacía al tiempo que llegaba a las pantallas españolas la popular película de Berlanga “Bienvenido Mister Marshall”, en 1953, que era y es todo un tratado de la ilusión que se puede vender a un pueblo cuando está necesitado y es capaz de soñar a cualquier precio, y a costa de la facilidad de seducción de los políticos, que tienen el terreno más abonado para sus conquistas cuando los que esperan son en esencia material humano noble y confiado. Los papeles de los actores de la celebrada película, José Isbert, Lolita Sevilla, Manolo Morán, Alberto Romea, Elvira Quintillá, etc., bien se pueden asignar, háganlo ustedes mismos si quieren, a políticos de hoy. El pueblo es el mismo, este Jaén nuestro ha cambiado poco, en lo esencial de su carácter, en estos casi 70 años. Como el Villar del Río de la película es un pueblo tranquilo, pobre (tan rico) y olvidado, y lo mismo que él muy encerrado en la rutina, siempre a la espera del maná.
Algo hemos cambiado, hay fuerzas sociales y cívicas vigilantes y ya no estamos en disposición de comprar cualquier mercancía. Precisamente por eso hay que insistir, urgiendo la deuda de la democracia y de la autonomía con Jaén. Ya hemos esperado bastante de unos y de otros, y todos nos han defraudado. Jaén tiene que dejar de ser esa provincia sumisa con los poderes y pasar a la acción, con seriedad pero con contundencia porque hemos perdido mucho tiempo y no debemos permitir ni un minuto más que la política le robe el futuro a esta tierra y a su gente.
Foto: El día de la presencia en Jaén de Pedro Sánchez para anunciar el CETEDEX. La imagen habla por sí sola. (Tomada del Diario El País y su autor: EFE/JOSÉ MANUEL PEDROSA).