Por ANTONIO GARRIDO / Lo que de verdad me gusta es transmitir noticias positivas, lástima que no pueda ser la tónica habitual, por desgracia hay más penas que alegrías, me refiero sobre todo al aspecto socioeconómico. En lo demás ya sabemos que Jaén juega en la Champions, porque tiene grandes fortalezas, oportunidades le llaman los políticos, y hemos de tener confianza en que a pesar de todo esta tierra nuestra, que tantas crisis ha pasado, saldrá adelante, aunque haya que dejarse en el esfuerzo sangre, sudor y lágrimas.
Pero vayamos con la buena noticia del día, rara avis en nuestro territorio, sobre todo si miramos la comparativa de estas fechas previas a la recolección de la aceituna en años atrás, el paro ya se manifestaba en toda su crudeza. Esta vez, los datos que hoy se han ofrecido con referencia al pasado mes de octubre, no solamente no dan aumento del número de desempleados sino que, por el contrario, somos de las pocas provincias andaluzas donde se rebaja la cifra, 731 parados menos, y ya nos estamos acostumbrando de los últimos meses a registros mucho más benévolos de los que históricamente se han ido produciendo. De modo que hoy las diferentes administraciones deben sentirse también contentas y las dos principales, la central y la autonómica, tratarán de barrer para casa, ya se sabe que a las alegrías todos se apuntan, cuando la estadística es negativa son los mismos que se esconden para no asumir la responsabilidad. Pero sí, algo debe estar ocurriendo para que el mercado laboral esté reaccionando, tal vez la reforma, que tantos critican, pero que parece estar detrás de los mejores números. Tanto que hay que retroceder al año 2008, en plena crisis económica, otra más, y las crisis bien sabemos lo mal que sientan a una provincia con una debilidad estructural, pero ahora se vive un periodo de cierta incredulidad que esperamos que no sea pasajero, sino que venga para quedarse porque den resultado todas las acciones que se van sumando para ayudar a la provincia a salir de su bache permanente. Alegra ver que hoy mismo se ha presentado la oficina Acelera Pyme Rural Jaén, creada por la Diputación con la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ), con el objetivo primordial de favorecer la digitalización de empresas y autónomos por toda la provincia, desde el primero hasta el último rincón, propiciando el arraigo al territorio y luchar contra el mal pronóstico de la despoblación.
Lamentablemente no cabe esperar ningún milagro en los próximos meses en el ámbito laboral debido a la escasa cosecha de aceituna, si bien algo habrán ayudado a los datos favorables de hoy los trabajos de la recolección del primer aceite o cosecha temprana (por cierto este fin de semana es la gran Fiesta y la comentaremos), que se va generalizando y es un agradable acontecimiento. Dicen los olivareros que esta campaña a la que nos enfrentamos recuerda a la de 1994-95, por tratarse de una situación límite. Las organizaciones agrarias han estimado las pérdidas en más de 1.000 millones en el olivar de Jaén por esta mala campaña, y hay productores que se niegan a recoger la aceituna porque les va a costar más que los beneficios a obtener. Hay que hacer una llamada a las administraciones y a los agentes sociales para que, entre todos, sean capaces de encontrar salidas para que estos meses que se avecinan no sean tan dramáticos como se nos pintan.
En este sentido hay que recurrir al informe presentado en los últimos días por el Consejo Económico y Social (CES local), que por medio de sus expertos ofrecen un panorama muy pesimista de la situación social y económica en la capital. De hecho han considerado a esta informe como uno de los más negativos al que han debido enfrentarse desde la existencia de este órgano consultivo. El caso es que el Ayuntamiento, mejor dicho, su equipo de gobierno, trata de vender avances y conquistas, y luego llega la hora de la verdad, desde la seriedad y el rigor que caracteriza al órgano consultivo, y nos retrata un panorama pesimista, dice que se avecinan tiempos difíciles para Jaén (¿más?) y que es una consecuencia de la falta de inversiones tanto públicas como privadas.
Los populares en el Ayuntamiento han lanzado sus críticas contra el alcalde, al que consideran responsable prácticamente en exclusiva de la complicada situación. Honestamente la figura del alcalde no debiera ser la percha de todos los palos, porque arrastramos décadas de abandono del conjunto de las administraciones públicas que tienen la sartén por el mango, pero igual que se asumen los hechos agradables como propios, como la rentabilidad que está teniendo la promoción de Jaén y los esfuerzos por situarla en el escaparate y tratar de que no se escapen oportunidades, in extremis, porque además estamos en la cuenta atrás de los comicios del 28 de mayo de 2023, lo mismo hay que cargar con la pesada losa, un problema al que los hoy gobernantes se comprometieron para luchar, pero los resultados son evidentes, el que tenga interés que busque el informe del CES local, que es de suponer habrá sido recibido con poco entusiasmo en los principales despachos de la Plaza de Santa María.
Así es la vida, conviven buenas y malas noticias, y lo que de verdad nos preocupa es que estemos condenados, por unas causas o por otras, ahora la dichosa enésima crisis, a no dejar este callejón sin salida. Lo ha dicho el CES, hay que invertir más, hay que tener más arrojo, y esto ya lo digo yo, hay que espabilar y hacer menos política y más gestión. No lo planteo en exclusiva por el Ayuntamiento de Jaén, que también, es la asignatura pendiente, a veces se trata de soñar una ciudad y una provincia como un traje a la medida de los políticos que ocupan responsabilidades, pero cuando los resultados no ayudan hay que seguir buscando las alternativas y no hacer el viaje a ninguna parte. Cierto, tenemos mucha riqueza para convertirla en oportunidad, pero lo estructural nos impide asentar lo coyuntural. ¿Cuánto nos queda aún para ver a Jaén despegar?
Foto: La cosecha de aceituna que se avecina es un mal pronóstico para Jaén y la provincia.