Por ANTONIO GARRIDO / Hice una advertencia hace unos días, a propósito de las críticas, más que merecidas, al tratamiento que se da a Jaén en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023. No esperaba otra cosa, pero había una última esperanza de que tras las afrentas que ha habido que digerir en los últimos años, Colce y cía., algún que otro desfile de ministros, incluso tras la presencia de Pedro Sánchez en el mitin de Torredelcampo, un paseo militar entre vítores y aplausos, los responsables de hacer las cuentas, empezando por María Jesús Montero, que tanto se hace ver en Jaén, pero jamás ha tenido el menor gesto de apoyo a esta provincia, al final se acordaran de las tantas veces que han pronunciado la palabra “apuesta” y la trataran como lo que es, una asignatura pendiente. Falsa ilusión, los PGE llegaron no ya como todos los años, mucho peor, y nos quedamos asombrados, sobre todo porque cuesta entender tanta desatención a un territorio que no exige por capricho, sino por necesidad. Esto lo saben hasta los propios dirigentes socialistas, pero ni tienen influencia política ni disponen de la valentía suficiente para enfrentarse a quienes de verdad ostentan o detentan el poder. Claro, así se entiende que en Jaén y en Andalucía el PSOE siga perdiendo apoyos, porque hay evidencias que la gente percibe, y ha sido visible también en la conmemoración en Sevilla de los 40 años de aquella fecha histórica en la que Felipe González recibió esa inmensa mayoría absoluta del cambio. Ahora todo es diferente, y encima Espadas cada vez parece más un acólito de Madrid, y le están sirviendo en bandeja la campaña a Juanma Moreno.
Ahora bien, tuve la precaución de señalar, ante las severas críticas de los adversarios políticos a los 69 míseros millones de los Presupuestos del Estado para Jaén, echando mano del refranero, que “no te rías del mal del vecino, que el tuyo viene de camino”. Y es que, conociendo a los políticos, tan dados a exagerar en sus apreciaciones cuando tratan de vendernos sus mercancías, ya era fácil advertir que no íbamos a obtener respuestas milagrosas por parte del Partido Popular, que gobierna en solitario en la Junta, de modo que en el documento en el que ya parece que no ha tenido mano Juan Bravo sino el nuevo responsable de la Consejería, para el inicio de la nueva legislatura, la atención preferente a Jaén también se deshace como azucarillo en un vaso de agua, de modo que hemos sentido muchas veces la caricia de los nuevos y renovados compromisos, pero en el balance de los últimos años, tan importantes, porque otras capitales andaluzas y otras provincias han seguido creciendo en tanto que se distancia la convergencia o la confluencia, la pura verdad es que Pedro Sánchez no ha cumplido con Jaén y Juanma Moreno tampoco lo ha hecho para dar respuesta a sus propios compromisos. Nos podrán venir a contar milongas, pero la hemeroteca, que tengo siempre a mano, está repleta de declaraciones grandilocuentes, y lo que queda de ellas es más de lo mismo, es decir, decepción tras decepción. Tampoco este año va a llegar el maná andaluz para sacar a Jaén del pozo en que se encuentra, y creo que es oportuno recordar, aunque no le guste a los populares, que Juanma Moreno prometió a Jaén en las campañas días de vino y rosas, sugerente de una época de feliz despreocupación porque todo lo comprometido tendría que llegar.
Analizados los presupuestos de la Junta para Jaén en 2023 desde una comparativa con el resto de las provincias se podrían establecer dónde están o no las prioridades, sin embargo lo que seguimos reivindicando son medidas de discriminación positiva, de las que el PSOE tanto alardeó, sin resultado positivo. En la misma actitud recurrente se posicionó Juanma Moreno al anunciar planes y más planes que se quedaron en el camino.
Aún así no se sostiene la misma actitud crítica hacia las dos administraciones, la estatal y la autonómica, porque sus niveles de competencias son diferentes, la Junta es la que tiene más, y la Administración central posee muchas posibilidades para invertir en Jaén, pero sencilla y rotundamente se ha negado a ello. Es curioso que para esconder unos malos datos nos quieran vender los presupuestos con variedad de adjetivos, hasta agotarlos, los mejores de la historia, los más sociales, etc.
El presupuesto que la Junta de Andalucía va a destinar a la provincia de Jaén en el próximo año, es de casi 391 millones de euros, y de entrada ya nos preparan el cuerpo al presentarlos como que los números están “centrados en las personas y en las familias, ya que 57 de cada 100 son para gasto social”. Y hay más, 2023 será “el año de la revitalización del Sistema Sanitario Público de Andalucía”, que viene a ser una confesión de que es manifiestamente mejorable. Por supuesto, no falta el recurso de siempre: “Es un año de compromiso del gobierno de la Junta de Andalucía y del presidente Juanma Moreno, que cree en la provincia y sus oportunidades”.
Hemos visto que, en lo concreto, se dedican 5,2 millones a facilitar la puesta en marcha del tranvía, cantidad insuficiente, aunque ya han dicho que el año pasará in albis, y entendiendo todas las dificultades que haya podido haber, la Consejería de Fomento se ha dormido en los laureles y no ha sido capaz de acelerar la entrada en funcionamiento del sistema tranviario, en tanto que sí lo ha hecho en otras provincias. Me voy a fijar preferentemente en los asuntos que son recurrentes año tras año, y en estas cuentas de 2023 hay un par de partidas con destino a proyectos para dar vida al fin al Museo Íbero, aunque ni se sabe cuándo estará a punto de serlo en verdad con su exposición permanente y definitiva como Museo Nacional. Hay una partida considerable para seguir avanzando en el proyecto estrella de la Ciudad Sanitaria, pero está por ver si en el próximo ejercicio se logran dar pasos definitivos, al margen del inicio de las obras de la lavandería, y desde luego es vital que esta infraestructura no se demore. Por lo que respecta a la Ciudad de la Justicia, también la dotación es de largo me lo fiais. Se destina poco dinero a infraestructuras de comunicaciones, aunque vemos que 59,8 millones se anotan en carreteras con cargo a la ITI de Jaén, sí hay un esfuerzo en obras hidráulicas, que son una prioridad, y otra partida destacada en atenciones en materia de centros de salud y equipamientos sanitarios. Igualmente hay consignados 8,8 millones para el ramal Linares-Vadollano y su conexión con Santana y 4 millones para una buena iniciativa, el Centro de Referencia de la Calidad del Aceite de Oliva, en Geolit.
Con todo, hay que reconocerle a la actual Junta, primero que se ha atrevido a presentar unos presupuestos provincializados, al contrario de lo que hizo el PSOE en sus últimos ejercicios, por temor a las críticas y para endulzar a su antojo la política dirigida a provincias, que en el caso de Jaén fue un fracaso, baste decir que en los últimos años la acción del gobierno se concretó en el Museo Íbero y el Centro de Salud del Bulevar, que necesitaron de una muy prolongada espera porque les costaba trabajo invertir en Jaén. Ahora, en estos últimos años con el cambio de gobierno, por lo menos hay ya signos más que evidentes de que la Ciudad Sanitaria ha dejado de ser un proyecto fantasma y que está en línea de salida, ahora lo que hay que urgir es que nada la detenga. También hay que poner en el haber del ejecutivo de Juanma Moreno, porque sin su disposición era imposible, el inicio en este curso del Grado de Medicina, otra reivindicación histórica, que el PSOE anunciaba en el año 2010 en una reunión en Jaén del Consejo Andaluz de Universidades, con Griñán a la cabeza, y que nunca llegó a alentar, fue un brindis al sol, y la insistencia del rector de la UJA y el plácet de Moreno Bonilla lo han logrado, algo muy importante para Jaén y su provincia. A propósito hay que señalar que la futura Ciudad Sanitaria, si el ritmo de su construcción es el debido, será de capital importancia para desarrollar las prácticas en las mejores condiciones, por tanto se trata de dos realidades que deben caminar en paralelo. Todavía diré algo más, donde realmente se la juega con la provincia la actual Junta es con el modelo de financiación de las universidades públicas y que se haga justicia con la UJA para que crezca, se le reconozcan sus enormes fortalezas y siga siendo faro de proyección, progreso y desarrollo de la provincia. Si este gobierno es sensible con este tan decisivo asunto, habrá ganado muchos enteros en la consideración popular y política de los jienenses.
Decía antes que he tenido la curiosidad de analizar, en lo que permite la hemeroteca digital, el reparto del Presupuesto andaluz para el próximo año, y alabo ese gesto de valentía y transparencia en lo que nos beneficia y nos perjudica, pero me parece positivo. De ese conocimiento he sacado conclusiones como que en Cádiz las cuentas se han presentado “con sello muy gaditano”, “únicas e históricas”, y el consejero Sanz llegó a decir que “nunca antes, la provincia había tenido tanto protagonismo en unos presupuestos”, que conceden prioridad al tranvía, 55 millones para compra de trenes y 15,9 para su explotación (serán de sello gaditano porque nos ganan por goleada), y figura el Hospital Regional con fondos europeos del Marco 21-27, entre otras inversiones; Málaga se lleva casi 35 millones también de fondos europeos para la redacción del proyecto del tercer hospital, que lleva velocidad de crucero, tiene más de 73 millones en infraestructuras y más de 20 millones para el metro, además de 5,3 millones para las cubiertas de la Catedral; en Granada, la consejera Marifrán Carazo ha recibido grandes halagos por las cuentas para su tierra, en lo que han venido en llamar “el año del metro” con inversiones supermillonarias y la prolongación prevista, todo un despliegue (en Jaén no será ni el año del tranvía), en fin, que no me extraña que le feliciten, desde luego es difícil que lo hagamos en Jaén; por lo que respecta a Almería, también a los presupuestos los consideran “más sociales, inversores y almerienses”, con especial atención a las actuaciones agrarias; en Córdoba, los números se centran sobre todo en la agricultura y el medio ambiente, y no pasa desapercibida una partida de 10 millones de euros para la urbanización de los terrenos de la Base Logística del Ejército, que nos da algo de envidia sana; en Huelva aparece una pequeña cantidad para iniciar el proyecto de hospital materno-infantil, entre otras prioridades, y por último en Sevilla, sobresalen partidas para las universidades, 36 para la Hispalense y 6,7 millones para la UPO, por la queja que expresaron de la deficiente situación económica que soportaron por los recortes en los años 2019 y 2020, y de la misma manera hay partidas millonarias, de más de 20 millones, para la línea 3 del metro y 81,7 millones para el tranvía de Alcalá de Guadaíra.
En la presentación de los presupuestos provincializados para Jaén, la consejera Catalina García, que estaba acompañada por el delegado del Gobierno, Jesús Estrella, se mostró convencida de la bondad de los números, y en ella misma y en su equipo está depositada la confianza en que las cuentas salgan, porque no solo se trata de colocarlas sobre papel, sino hacer que se cumplan las previsiones. El presidente provincial del PP, Erik Domínguez, también ha salido a la palestra, aquí van todos a una, y la euforia le ha llevado a decir que la Junta sextuplica el anuncio del gobierno de España, y es verdad, pero al tiempo no es comparable. Lo mismo que Domínguez se une al coro de las satisfacciones, el secretario provincial de los socialistas, Francisco Reyes, ha sido extremadamente crítico, hubiera sorprendido lo contrario, ha calificado la parte de tarta para Jaén como “truco, engaño y trampa”. Creo que en realidad lo que esconde es un ataque impresionante de celos, porque muy probablemente hubiera soñado con presentar él mismo estos presupuestos de Juanma Moreno. En resumidas cuentas, sí, pero no, o no, pero sí. Se atisba un nuevo modo de hacer política y si bien es cierto que no responden en términos generales a las necesidades y a las expectativas de Jaén y su provincia, en un momento complicado, en el que más que nunca las administraciones públicas deben asumir responsabilidades, empezando por los territorios con más debilidades, y Jaén está ahí, porque la han dejado unas y otras en el olvido, no solo se ha mantenido la deuda histórica sino que se ha aumentado y la política y los políticos han dejado de asumir esta realidad. En su día nos pusimos a la cola y lamentablemente ahí seguimos y no nos va a sacar nadie de ella si no es con discriminación positiva.
Y ya sé que esto no les va a gustar, pero no se nos ha olvidado que un Consejo de Gobierno celebrado en Úbeda en plena luna de miel del ejecutivo tras su primera victoria, nos brindaba 810 millones de euros, que al parecer se sacaron de la manga, como si de pronto nos hubiera tocado la lotería, porque ese dinero parece que se esfumó entre los cerros de la hermosa ciudad Patrimonio de la Humanidad. Seamos realistas y no presumamos de lo que no tenemos, recuerdo cuando Juan Bravo se atrevió a decir que con los presupuestos Jaén iba a ser un ejemplo ante toda España. Las palabras a veces hieren más que los hechos. Con realismo, ni vamos a recibir estas cuentas con la Novena Sinfonía de Beethoven, sería una exageración en toda regla, ni tampoco vamos a aprovechar, aunque lo propicien las fechas, el Réquien de Mozart. Un término medio, hay voluntad, pero el objetivo sigue aún lejano y esta no es la mejor de las noticias para Jaén.
Foto: La consejera de Salud, Catalina García, en la reciente presentación de los Presupuestos de la Junta para Jaén, acompañada por el delegado del Gobierno, Jesús Estrella.