Por ANTONIO GARRIDO / Decíamos ayer…Cuando llegue septiembre todo será maravilloso. Esto decía al menos la letra de una canción de mis tiempos. Pero qué va, nada de eso, por lo menos en nuestro ámbito más cercano, la ciudad de Jaén, que por otro lado no se despereza del todo tradicionalmente hasta que no pasa la feria de San Lucas. Este año, a pesar de las urgencias, que las hay, no creo que se vaya a ir contra la fuerza de la costumbre, aunque los gobernantes, los nuestros y los de fuera, nos están transmitiendo mensajes muy pesimistas, verbigracia la señora ministra de Defensa, Margarita Robles, en la consideración popular non grata en Jaén, que dijo en Bailén, donde vino a exaltar la gesta histórica de la Batalla, que “el invierno será durísimo”. Esta dama es un cenizo, no es portadora de buenas noticias para Jaén, todo lo contrario. Acaso fue su mala conciencia la que le impidió aceptar preguntas, por si acaso a alguien se le ocurría recordar la bofetada sin mano hacia Jaén a cuenta del Colce y la complicidad con otra de infausto recuerdo, la cordobesa Carmen Calvo. Cómo se van a atrever…
De entrada y como recuerdo de algunos de los temas recurrentes de este verano que se nos va, uno de los argumentos que más han llamado la atención es la alarmante queja, totalmente razonable y me quedo corto, a propósito de que el Gobierno de España haya postergado la inauguración y puesta en servicio en la autovía A-32 Linares-Albacete, del tramo entre Torreperogil y Villacarrillo, totalmente ultimado y a la espera de que la ministra tuviera un hueco en su agenda. Incomprensible que a estas alturas se den situaciones de este nivel. Dicen que será en septiembre. Creo que con otros territorios no se hubieran atrevido. Ya es doloroso que llevemos soportando treinta años con el proyecto, con las que parecen obras de El Escorial, para que la apertura se retrase por motivos tan banales.
Como quiera que en Jaén los asuntos se eternizan, los avances son lentos lentísimos, estamos siempre dando vueltas a la rueda de los mismos temas recurrentes, se me ocurre hoy formular una serie de preguntas, interpelaciones, que tienen una finalidad recordatoria de la larga lista de espera a la que estamos abonados y, a la vez, pretenden ser un toque de atención para aquellos responsables públicos que se olvidan con harta frecuencia de que hacer política es resolver los problemas de los ciudadanos. No confundir por tanto con politiquería.
Tras el desempleo, que en las últimas estadísticas viene mejorando muy levemente, bien es verdad que en la misma medida en que vamos perdiendo población, mal que nos pese, el segundo puesto en el ranking jienense nos encontramos inevitablemente con un indudable déficit político, vamos a llamarlo poco peso, el caso es que si pasan los años y no se obtienen los resultados esperados, si no avanzamos en los registros, si seguimos abonados a los últimos de la fila, tiene que hablarse de fracaso y también de no estar a la altura, única razón, a mi modo de ver, de que Jaén no levante cabeza.
Pero, ¿cómo combatirlo? Creo que con una sociedad civil fuerte y organizada, que espero y deseo ni se resigne ni se rinda. Y dado que la que había y era potente ha entrado en el juego político, ojalá que otros colectivos se animen. Ahí está, a título de ejemplo, la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad de Jaén, que tiene un reto inmediato, impedir que en el modelo de financiación que se ha comprometido a negociar el nuevo consejero de Universidades, José Carlos Gómez Villamandos, la UJA no se vea perjudicada lo más mínimo, más bien todo lo contrario. Los datos que se han hecho públicos de su posición en el prestigioso Ranking de Shanghái constituyen no solo motivo de orgullo sino aval para que la institución universitaria de nuestra tierra ocupe el lugar que le corresponde y no el que por capricho y en base a ratios de dudosa ecuanimidad y justicia, le pretendan adjudicar intereses mercantiles y ajenos a la docencia, la investigación y el papel vertebrador que le corresponde como motor del territorio.
Dicho esto, de cara a la cita electoral municipal de mayo del próximo año, para la que se prevé overbooking de ofertas, y el resultado será un Ayuntamiento mucho más fragmentado, los partidos empiezan a tomar posiciones, y otros es que no han parado desde que decidieron poner el turbo, como le ocurre al PP en el Ayuntamiento de Jaén, hay unos cuantos concejales, que supongo que además de preocupados por Jaén lo están también por sumar méritos, que no se han tomado ni un respiro. Juan Espadas ha confirmado a Julio Millán como candidato socialista y el PP hará lo propio, aunque todo hace indicar, salvo error u omisión, que las nominaciones se harán en un cónclave en noviembre, y sigue mandando en las quinielas el nombre de Agustín González Romo, personaje al que vengo siguiendo desde hace unos meses, y aunque de él escribiré en breve con más amplitud, he de decir que me ha sorprendido muy agradablemente, él y su talante. Hoy es el director general de Consumo de la Junta, a la vera de Catalina García, en tanto que para la secretaría general de Turismo se ha optado por una persona experimentada y jienense de pura cepa, Yolanda de Aguilar Rosell, a la sazón hija de Julio Aguilar Azañón, que en su día fuera presidente de la hoy desaparecida Cámara de Comercio de Jaén, una persona también muy proactiva, que en su día tuvo el atrevimiento de pedir al gobierno un aeropuerto para Jaén, hasta ahí llegaba su sana ambición. Soñaba con un Jaén mejor, pero eso no ha estado muy bien visto, ni antes ni ahora. Suena mejor el complaciente “ea” y todos contentos.
Y sí, estamos pendientes a los nuevos nombramientos que ha de hacer la Junta de manera inminente, en algunos casos se supone que mañana. Entre ellos la persona que ha de ocupar la Delegación del Gobierno que ejerce, en funciones, Jesús Estrella. Su buen hacer y la impecable forma de interpretar su responsabilidad institucional, amén de lo bien que ha llevado sus funciones en la delegación territorial que ha regido en los últimos años, le hacen ser el candidato más idóneo y en esto creo que no hay discusión posible. En el resto es obvio que no hay sillones para todos y todas, porque son muchos los llamados y pocos los elegidos.
Pasando a asuntos concretos más domésticos. Pregunto:
¿No iba a ser este 2022, como lo fue en los ejercicios anteriores, el año del tranvía? Miren las hemerotecas. Pues va a ser que no, hay que pensar en 2023 y mucha celeridad tendría que verse. En su día el problema era la firma del convenio, pero ya se firmó y los compromisos no hay que anunciarlos, simplemente hay que cumplirlos. Es bastante vergonzoso este asunto y en cierta manera nos retrata, a Jaén, pero sobre todo a todos los que han tenido y tienen alguna responsabilidad sobre este asunto, hoy en el tejado exclusivo de la Junta.
Mirando en otra dirección, ¿cuándo piensa la Junta abrir de verdad el Museo Íbero?, han transcurrido cinco años, cinco, del fiasco de una apertura que fue un engaño en el que se implicó al propio Rey de España, con tal de vender humo y presentar como grande una gestión pequeña. Ahora se ha logrado la colaboración del Ministerio de Cultura, pero ¿cuándo será una realidad la exposición permanente y definitiva, y que podamos enseñar el Museo y deje de ser solo un gran edificio?
¿Se mantendrá el postureo respecto al casco antiguo?, ¿se abordará en serio el proyecto de la Ciudad de la Justicia o el nuevo consejero de Justicia seguirá el sendero de sus pésimos antecesores, incluido el señor Juan Marín, que tras tomar posesión vino a anunciar al alcalde que la Ciudad de la Justicia era una prioridad?, ¿mantendremos la situación tercermundista en las comunicaciones, sobre todo por ferrocarril, donde estamos, nunca mejor dicho, en el vagón de cola? Por hoy es suficiente, pero les adelanto que tengo una lista interminable.
En fin, todo esto y mucho más nos presenta la dolorosa y pesimista situación de un Jaén que no arranca. Y lo peor de todo, como en la Ley de Murphy, todo es susceptible de empeorar, aunque de veras lamento siquiera tener que decirlo. Que hay cosas buenas, ya lo creo que sí, pero la recogen los medios, también aquí me hago eco de ellas, y especialmente los políticos se encargan de ponerlas en el escaparate. Por supuesto que hay logros, pero siguen siendo muchas más las asignaturas pendientes, algunas con muchos trienios acumulados en la larga espera.
Aunque vayamos a entrar pronto en el otoño, que es una estación que pudiera parecer triste, ya saben lo que le pasa a una persona cuando le invade la melancolía, la resignación o la pereza. Todos los demás pueden pasar a su lado como en una carrera entre atletas, que además tienen el plus de la competitividad. Paisanos, no es hora de echar más tierra sobre nuestro propio tejado ni de prolongar algunas siestas que han durado siglos.
Foto: Agustín González es el director general de Consumo y Yolanda de Aguilar es la Secretaria General para el Turismo.